Gripe común
El Real Madrid volvió a perder un nuevo partido por 7 puntos o menos de diferencia ante un Estrella Roja excelso en el lanzamiento triple. Los nervios y las precipitaciones provocan un mal partido donde solo Luka Doncic con 20 puntos, pareció tener la medicina correcta.
Tras una semana de descanso – provocada por las innecesarias, en baloncesto, ventanas FIBA – en las competiciones de clubes, la Euroliga volvía a escena al WiZink Center. Una semana que a muchos de nosotros nos ha venido para reposar de tanta actualidad del Real Madrid y permitirnos disfrutar de la NBA y tenerlo claro, de 12 jugadores españoles que nos representaron a las mil maravillas tanto en Montenegro como en Burgos, consiguiendo dos importantes victorias en otros grandes partidos, sin necesidad de tirar de ni un solo jugador que disputa Euroliga y/o NBA. Pasada la comentada semana, nos encontrábamos nuevamente en el WiZink Center para comprobar el estado del Real Madrid, algo tocado en los resultados, que evidentemente tocaba la moral de jugadores y afición. El frío reinante en la capital de España y la visita del Estrella Roja provocaban la tensa calma en la afición madridista. Los serbios venían como colistas en la competición europea tras haber sido derrotado en los últimos cinco encuentros de la Euroliga. Parecía pues, un partido balsámico para los jugadores de Pablo Laso, que debían desconfiar, ya que Estrella Roja terminó noveno la temporada pasada empatado a balance con el octavo clasificado.
Esta vez, Laso decidió guardar a Luka Doncic como sexto hombre, colocando un clásico quinteto con Campazzo, Causeur, Yusta, Thomkins y Tavares. El frio reinante en la calle, rondando los cuatro grados a las nueve de la noche, parecía afectar también al interior del WiZink Center, viéndose la primera canasta a los dos minutos de juego, con un mate de Edy Tavares. Tan helado parecía estar el ambiente, que ni siquiera funcionaban los video marcadores y los primeros catarros se escuchaban por la grada en forma de toses y estornudos. El acierto del Real Madrid, unido a las dos faltas en cuatro minutos de la estrella serbia, Taylor Rochestie, parecía decantar de manera plácida el encuentro para los intereses del Real Madrid. Ni siquiera las 3 personales precipitadas cometidas por Santiago Yusta en cinco minutos o las ya preocupantes 5 pérdidas de balón madridistas, parecían preocupar a los aficionados madridistas 8-11 minuto 5. Era claro y lógico que el Estrella Roja se jugaría su partido desde el acierto en la línea de 3. Hasta 11 lanzamientos realizarían los serbios en los primeros diez minutos de juego. La mejor medicina madridista, debía ser la anotación con acierto y la buena defensa del tiro exterior. Las “bacterias” serbias se mantendrían alejadas ante el poder de los medicamentos que los blancos tomasen para superar esta gripe que parece haberse convertido este último mes de resultados. Y el mejor medicamento, el que recetan todos los médicos especializados en baloncesto, se llama Luka Doncic. La entrada del jugador esloveno – como revulsivo jarabe se tratase – hizo reaccionar a un helado y frío Real Madrid hasta conquistar la remontada del 10-14 del minuto 7, hasta el 24-19 del final del primer cuarto. Exactamente, parcial de 14-5 liderado por 12 puntos del crack madridista en esos 5 minutos que estuvo en cancha. Un 56% en tiros de campo, 11 rebotes y 8 asistencias, eran buenos números para un Real Madrid convaleciente, que esperaba que no se terminasen nunca las existencias del medicamento Doncic para el devenir del partido.
Los blancos habían conseguido detener su sangría de balones perdidos quedándose en los 5 de los primeros cinco minutos y obligando a Estrella Roja a mantener un 31% en tiros. Quizás ese dato, relajó de manera al Real Madrid, intesificando la defensa sobre el jugador con balón, permitiendo pases abiertos y tiros liberados de los jugadores serbios. Además, los nervios hacían acto de presencia entre los jugadores blancos, volviendo a cometer pérdidas de balón por precipitaciones, exigiendo mejor trato arbitral y olvidándose del aumento en el acierto balcánico en el triple. Un tapón sobre Tavares – curiosa maniobra ante un jugador de 2.20 m – provocaba, sin quererlo, una gran epidemia que contagió por completo el juego madridista 32-33 minuto 15. Los más de 9200 espectadores que desafiaron al frío intenso, se empezaban a alarmar pidiéndole al doctor una solución para tal enfermedad. Los síntomas eran casualmente conocidos por todos, el acierto en el tiro de Estrella Roja ya en el 46% al descanso y el de Taylor Rochestie con 9 puntos en el segundo cuarto. El Real Madrid se había congelado en la anotación, anotando su última canasta en juego en el minuto 13 – un pedazo asistencia de Doncic para una canasta en solitario de Reyes – y desde ahí solo vivió de 4 tiros libres en 4 minutos, lo que provocó que la simple gripe fuese ya tratada casi como una neumonía. El lógico atasco madridista, con el miedo ante otro posible fiasco en la temporada, provocaba un intenso estado de nervios, del cual se volvían a aprovechar los jugadores de Estrella Roja para ir haciéndose mas grandes en la pista. Con todo esto y con Thompkis & Maciulis como juego interior, se llegaba al descanso con un inquietante 39-46 para Estrella Roja, más por los miedos del Real Madrid, que por los aciertos serbios. Los buenos números del primer cuarto, se vieron derrotados hasta tener un 40% en tiros de campo – casi el mismo solo en triples, 39%, de Estrella Roja – sin apenas rebotes y asistencias. Solo Doncic parecía tener la medicación oportuna para superar esta epidemia, pero solo podía detener una simple gripe.
Y como toda enfermedad, siempre busca debilitar al medicamento. Una férrea defensa sobre Luka Doncic impidió a este seguir manteniéndose a un gran nivel. Anulado ese punto, Estrella Roja, pudo seguir utilizando su mejor alma anoche, el triple. Casi sin habernos tomado nuestra dosis para el dolor de garganta, nos encontramos en el partido con un 43-52 en el minuto 23, gracias como no, a dos tripes convertidos por el equipo balcánico. Luka Doncic conseguía esparcir a duras penas gotas de su propia medicina sobre sus compañeros para intentar atajar la ventaja de Estrella Roja pero el porcentaje en el triple 55% en el tercer cuarto, hacía imposible tal acercamiento. Un triple del veterano Pero Antic colocaba la máxima diferencia del equipo serbio 47-60 en el minuto 26. La gripe volvió a sentirse como una epidemia y planeando algunas bajas en combate, por parte del aficionado madridista. Los blancos volvieron a tirar de carácter, aquel medicamento que les influye algo de adrenalina en poco espacio de tiempo para intentar reaccionar lo antes posible. Pero ese carácter no alivió para nada los males de los aficionados blancos y más preocupante, para sus jugadores, que se veían incluso incapaces de ganar este tercer parcial que llegábamos con 19-21 para Estrella Roja que seguía dominando el partido 58-67 en el minuto 30. Es verdad que el 5/9 en triples de Estrella Roja era mortal, que la suerte influía en sus lanzamientos, pero el nivel de acierto aumenta, si los lanzamientos son ejecutados sin defensa alguna. Defensa de un equipo nervioso y demasiado preocupado por recuperar lo más pronto el balón e iniciar ataques rápidos que acabasen en transiciones fáciles. Solo Doncic superaba los 10 puntos en un equipo donde todos los demás anotaban sin apenas aportar y apoyar al joven esloveno. El partido se asomaba muy complicado y esperando un cambio muy drástico si los de Pablo Laso querían llevarse el partido.
Y el cambio se produjo. Se produjo con un parcial de 9-0 en 90 segundos con 3 triples de los dos jugadores más entonados en esta parte definitiva. Rudy Fernández aportaba 8 puntos con dos triples y Jaycee Carroll otros 8 para conseguir 16 puntos, que parecían de inyección para tan pobre partido madridista. Es de ventajista si, pero quizás la verdadera medicina que necesitaba el Real Madrid en la noche de ayer, suponía en inyectarse de moral en ataque y proteger el acierto de Estrella Roja en defensa. Esto último el Real Madrid lo consiguió. Un 5/13 fue lo cosechado por los serbios en el final del encuentro y era el momento del Real Madrid, de rehabilitarse y de jugar un nuevo partido, como parecía indicar en 69-70 del minuto 33. Pero la moneda volvió a darse la vuelta y un 3-9 de parcial devolvió a la realidad a los madridistas 72-79 minuto 36. Todo desde el dichoso triple, mal defendido lógicamente. Y el definitivo 40 lanzamiento triple de Estrella Roja fue el que sentenció un encuentro que nunca mereció ganar el Real Madrid, porque creyó que su gripe era algo más parecido a una enfermedad mucho más grave.
Doncic volvió a brillar con sus 20 puntos 3 rebotes y 5 asistencias para 32 de valoración, pero con el resto de sus compañeros aportando en pequeñas rachas que no conseguían ni molestar al enemigo serbio. Con esta derrota, el Real Madrid es séptimo clasificado tras el primer tercio de la Euroliga con un balance de 5-5. Podría ser mejor – y más después del 4-0 de inicio – pero también podía ser peor – tras el 1-4 final – pero afortunadamente, esto no es como vas, sino como terminas. Aunque queramos dramatizar, el Real Madrid sufre una pequeña gripe común. Nunca mejor venido lo de “común” porque todos los equipos del mundo sufren pequeñas crisis en su juego. Los propios Warrios del 73-9 de hace un par de temporadas, perdieron hasta dos partidos consecutivos. Realmente, son preocupantes las sensaciones que viene demostrando el Real Madrid últimamente, pero afortunadamente, está ocurriendo en noviembre, donde aún quedan más de 60 partidos por jugar y con hasta 5 lesionados en plantilla. Líder en ACB y con el objetivo – de momento – de llegar al TOP 8 de Euroliga en… ABRIL. Por tanto, creo que esta enfermedad tiene cura y que el enfermo puede recuperarse porque tenemos las medicinas necesarias para levantar a este – como yo, ahora mismo – enfermo de una simple gripe común.