Maccabi Tel Aviv: a restituir el honor perdido
Uno de los históricos del Viejo Continente buscará este curso 2016/17 restablecerse de las heridas ocasionadas hace justo una temporada, cuando firmó la peor campaña europea posible, al no clasificarse para el Top-16 de la Euroliga y caer posteriormente en el Last 32 de la Eurocup. Los hebreos, que no ganan el campeonato doméstico desde 2014, algo inusual para un plantel que acostumbraba a llevarse siempre la liga de Israel, continuaron con su mal fario este verano, cuando el recién fichado Quincy Miller se rompía la rodilla en una pachanga en Estados Unidos. El interior estadounidense estará de baja toda la campaña, aunque en las filas del Maccabi confían tanto en su figura que lo renovaron hasta 2019 al poco de conocerse su lesión.
El calendario de la Euroliga ha querido que el Real Madrid juegue sus dos primeros duelos contra los dos verdugos en las finales de 2013 y 2014. Primero fue turno para el Olympiacos y ahora es momento del Maccabi, que desde ese día de Milán, con Tyrese Rice a los mandos, no ha vuelto a ver el sendero de los grandes títulos.
Y es que desde hace un par de años el Maccabi no sólo no brilla en Europa (en 2015 tampoco fue su momento en la Euroliga, cetro que defendía) sino que le cuesta hacerlo en los torneos locales, donde no hace demasiado firmaban doblete de Liga y Copa año sí y año también.
Sin embargo, nada de todo esto, ni tampoco el hecho de que ya hayan perdido el primer título del curso, la Copa de la Liga ante el Hapoel Jerusalén de Amare Stoudemire, hacen del Maccabi un equipo sencillo de vencer.
Andrew Goudelock, líder de un perímetro temible
Los hombres de Erez Edelstein, nuevo en un cargo de entrenador que compatibilizará con el de seleccionador de Israel, vienen de perder de manera ajustada y polémica en Milán, con una acción final del exGran Canaria DJ Seeley que no terminó de materializarse como canasta. El de California es uno de los fichajes del Maccabi, que sin duda puso los dólares por delante para reconstruir todas sus zonas. Seeley viene de hacer un gran trabajo en el Herbalife Gran Canaria, previo paso por Manresa, donde debutó en España.
Escolta peligroso, lo conocen bien los jugadores del Madrid ya que le sufrieron en la final de Copa de 2016. Si con Seeley se acabaran las buenas noticias del Maccabi en el perímetro los blancos estarían de enhorabuena. Pero nada más lejos de la realidad, porque la auténtica amenaza se llama Andrew Goudelock, uno de los mejores anotadores que puede haber en la Euroliga. Mini-Mamba llega a Israel tras brillar en las 2014-15 con el Fenerbahçe y dividir el curso pasado entre China y algunos partidos en los Rockets. Jugó con los Lakers, fue campeón y MVP de la D-League en 2013 y MVP de la Eurocup en 2014. No le puedes dejar ni una centésima de segundo libre, porque entonces ya es tarde.
De la NBA también procede un ilustre de la Euroliga como es Sonny Weems. El alero, que sabe lo que es jugar en un grande de Europa como el CSKA, lo intentó en la 2015/16 en la NBA. No funciono ni en Phoenix ni en Filadelfia y dejó cerrada su segunda etapa en la NBA para llegar a Israel “a ganar la Euroliga”.
Weems, Goudelock, Seeley o el mítico Devin Smith conforman una batería exterior temible, muy bien apoyada por un juego interior que no se queda atrás. Un exACB como Colton Iverson además de Malik Zirbes pondrán el efecto tanque en la pintura. Centímetros, kilos y potencia para que la zona del Maccabi no quede desguarnecida. Zirbes, precisamente, ya hizo mucho daño con el Estrella Roja al Real Madrid hace once meses en Belgrado, en uno de los peores momentos de la temporada para los de Laso, muy debilitados entonces en sus puestos altos. Aunque ahora el juego interior del Madrid está más sano y reforzado, no conviene dejar muy suelto a Zirbes en posiciones cercanas al aro.
Victor Rudd, en esa posición tan interesante como es la cuatro abierto (al estilo Trey Thompinks) o el eterno Pnini, camino de una década en el Maccabi y que se las sabe absolutamente todas, son otras piezas importantes de un equipo completo en todas sus líneas al que quizá le puede fallar la inexperiencia de Erez Edelstein en un torneo como la Euroliga.