Euroliga Jornada 5 Real Madrid 80 Khimki Moscú 86

Maldita Ansiedad

Cargando...

Primera derrota de la temporada de un mal Real Madrid que fue justamente derrotado por culpa de un 38% de acierto y 19 pérdidas de balón. Un gran partido de Jeff Taylor fue insuficiente ante un partido terrenal de Doncic que no consiguió punto alguno en la segunda parte, teniendo el tiro ganador a falta de 29 segundos.

Realmadrid.com Víctor Carretero Realmadrid.com Víctor Carretero Realmadrid.com Víctor Carretero Realmadrid.com Víctor Carretero Realmadrid.com Víctor Carretero Realmadrid.com Víctor Carretero Realmadrid.com Víctor Carretero Realmadrid.com Víctor Carretero Realmadrid.com Víctor Carretero

Cansancio. Así podríamos resumir la semana pasada para el Real Madrid. Cuatro partidos en seis días que dejaron a los blancos resoplando y con ganas de coger algún día libre hasta la noche de ayer, donde les esperaba el Khimki de Moscú. Creía yo que esos cinco días sin viajes ni partidos, podrían venir bien a los de Pablo Laso para recuperar energías renovadas y enfilar el duro mes de noviembre con expectativas, ¿Por qué no?, de seguir manteniéndose invictos. Mi cabeza y mi concentración se desviaba para resumir el brillante mes de octubre que el Real Madrid nos había ofrecido tanto en juego como en resultados, pero había vuelto a olvidarme del cansancio. Los blancos afrontaban anoche un partido muy importante ante un rival, pese a no tener un gran nombre europeo, que contaba en sus filas con numerosos jugadores muy físicos, algo que precisamente podría penalizarle a nuestro Real Madrid, confiado sintiéndose prácticamente invencible con el extraterrestre Luka Doncic en sus filas. Ser dos veces consecutivas MVP de la jornada en la máxima competición internacional, en el Real Madrid y con sólo 18 años, tenía que ser una pasada. Pero Thomas Robinson, Malcolm Thomas, James Anderson y el espectacular Alexey Shved, nos prometían guerra y de la buena. No obstante, Khimki venía con 3-1 de balance, habiendo sido únicamente derrotado por el todopoderoso – este año - Olympiacos griego. 

Jeff Taylor era titular para la defensa sobre el máximo anotador del pasado Eurobasket, Alexey Shved. Con él, un dubitativo Fabien Causeur quería recuperar las sensaciones mostradas en los primeros inicios de temporada. Cuatro puntos, anotaría el escolta francés en sendas internadas al aro. Pero el equipo moscovita, estaba acertadísimo. Sin fallo en el lanzamiento dentro de la zona, el Khimki Moscú se mantenía siempre por delante en el marcador, aunque el Real Madrid, no perdía rueda 15-15 minuto 5. Causeur y el mermado por enfermedad, Luka Doncic, mantenía al Real Madrid en la lucha, donde descubríamos de nuevo al mejor Jeffrey Taylor en acciones ofensivas palmeando tiros de Gustavo Ayón o Felipe Reyes. La buena defensa rusa se acoplaba con la ansiedad madridista en querer entrar en partido. El excelente acierto en tiros de dos 10/12 de Khimki, gracias a los 6 puntos de Gill y James Anderson, mantenía por delante a un muy buen Khimki Moscú que no sorprendía a nadie, que vino a hacer su partido y desquiciar al Real Madrid. Y en el primer cuarto lo consiguió. 23-25 tras los diez primeros minutos de partido con un 69% en tiros de campo siendo un 83% - el comentado 10/12 - en los tiros de dos puntos. Ante tal datazo, poco podía ofrecer el Real Madrid con los triples - 1/6 - como talón de Aquiles a pesar de sus 8 rebotes – 4 en ataque – y ya 5 asistencias. Jeffrey Taylor no había conseguido su objetivo de detener a Alexey Shved – 7 puntos – pero estaba cuajando un gran partido en ataque con 4 puntos 1 rebote y 1 recuperación de balón. 

La buena noticia para los 9500 espectadores que se dieron cita en el WiZink Center fue el regreso a la convocatoria y al partido de Anthony Randolph, dos semanas después de su dura lesión en el hombro derecho en el partido contra CSKA Moscú. Pero Khimki seguía mantenía su gran acierto en el lanzamiento, ahora exterior con dos triples consecutivos que armaban el parcial de 3-8 en apenas dos minutos, lo que provocaba nuevamente un ataque de ansiedad madridista, donde llegaron a fallar hasta tres lanzamientos consecutivos tras sendos robos de balón del especialista Facundo Campazzo. Hasta 5 robos de balón conseguía el Real Madrid en apenas 12 minutos, aunque no sirvieran para que los blancos pudiesen anotar punto alguno.  El partido se había convertido en un correcalles, donde los asistentes disfrutaban de una especie de concurso de triples. Disfrutar, está mal dicho, porque eran los rusos quienes con su 3/8 en el segundo cuarto, se llevaban tan curioso título ante un Real Madrid negado desde el tiro exterior 1/7 en triples en el segundo cuarto. Ese dato sirvió para seguir aumentando la ventaja Khimki Moscú hasta el 28-40 del minuto 16, siendo partícipes de un parcial de 2-15 en cinco minutos. Pablo Laso seguía buscando soluciones en el banquillo, devolviendo a cancha a parte de su quinteto inicial, con la aportación de Jonas Maciulis que consiguió recuperar dos balones para frenar algo la embestida rusa. Las acciones en defensa acompañados de 5 puntos consecutivos de Luka Doncic metían al Madrid y al público nuevamente en el partido. Los puntos de Doncic y las acciones de Campazzo provocaban el enésimo acercamiento del Real Madrid hasta el 39-45 final del segundo cuarto. Los 8 rebotes en ataque, los 6 robos de balón y el 91% en tiros libres eran la mejor noticia de un Real Madrid que contaba con un escandaloso 32% en tiros de campo - 2/13 en triples – y mantenía las mismas 5 asistencias del primer cuarto. Aun así, se encontraba a solo 6 puntos de un Khimki con un 56% de acierto en el tiro de campo y unos jugadores americanos enchufados, amén de Shevd que, con 12 puntos, ya era el máximo anotador del partido, junto a Luka Doncic que, curiosamente, ya no volvería a anotar en el partido.  

 

Ese iba a ser uno de los mayores problemas del Real Madrid en la segunda parte. El extraterrestre Luka Doncic, había decidido ser anoche humano. Un mate de espaldas del mejor – personalmente – jugador ayer del equipo blanco, Jeffrey Taylor, remontaba de nuevo, - por segunda vez en el partido de ayer – un partido que se estaba complicando. Un parcial de 9-2 en 3 minutos colocaba nuevamente al Real Madrid por delante en el marcador 48-47 minuto 23. Pero el de anoche no era el partido del Real Madrid. A su nefasto acierto en el tiro, se juntaba la horrible segunda parte de Luka Doncic y 3 pérdidas consecutivas del Real Madrid que provocaba nuevamente la escapada del Khimki Moscú gracias a sus americanos, consiguiendo otro parcial de 0-9 para distanciarse cómodamente en el marcador 48-56 minuto 25. Los blancos no funcionaban, Luka Doncic andaba desaparecido y contagiaba a sus compañeros que eran incapaces de mantener un ritmo anotador. Charles Jenkins con sus 8 puntos en el tercer cuarto, dominaba en defensa a la estrella madridista a quien ganaba en intensidad. En este cuarto, Khimki no necesitaba de los puntos de su estrella Alexey Shved, que solo conseguiría 3 puntos. Pero con las 7 pérdidas de balón del Real Madrid en el cuarto, ayudado con la intensa defensa de los rusos, no conseguía que los blancos pudieran acercarse en el marcador. Así se llegaba al final del tercer cuarto con 59-66 para un Khimki que seguía siendo mejor con un 52% en tiros de campo y ya 10 recuperaciones, también provocadas por las 13 pérdidas de balón de un Real Madrid sin respuesta. Su 38% en tiros de campo, acompañado de las 13 pérdidas ya comentadas, hacía inútil los 10 rebotes ofensivos. Las escasas – para esta temporada – 10 asistencias, era otro hándicap para un equipo muy fallón donde se mantenía los puntos y rebotes conquistados por Ayón y Doncic en la primera parte. A destacar el trabajo de Jeffrey Taylor con 10 puntos y 3 rebotes, pero sobre todo su intensidad muy diferente al del resto del equipo. 

El partido pedía una nueva actuación heroica del Real Madrid. Sin darnos cuenta, un parcial de 10-2 en 3 minutos volvía a poner al Real Madrid – por tercera vez – 69-68 minuto 33. Pero otra vez más, el Real Madrid olvidó la calma y la mesura. Sus acciones volvían de carecer de esa sensación y el partidazo de Shved hizo lo demás. Cinco puntos de la estrella rusa, gracias a las tres pérdidas madridistas, volvían a dar un respiro en el marcador a los rusos 69-78 minuto 36. Era un quiero y no puedo de un Real Madrid que seguía jugando con demasiada ansiedad queriendo solucionar el partido ahondando en sus errores habituales, el tiro de tres y los malos pases en ataque. Un desacertado Luka Doncic volvía a cancha con 73-80 a falta de 3 minutos para intentar un último arreon de un equipo con pilas recargadas pero demasiados ansiosos por recuperar el mando en el partido. Y otra vez el corazón de este equipo, le dio una segunda oportunidad. Cuatro puntos consecutivos volvían a poner al Real Madrid a tiro 77-80 minuto 39, pero un error de Ayón solo bajo aro y dos faltas comprometidas, dieron el partido a un mejor Khimki Moscú. Su porcentaje descendió hasta el 48 % pero supieron mantener la calma ante un Real Madrid que desconocía ese adjetivo. Doncic con sus 0 puntos en la segunda parte fue una losa para su equipo, fallando el triple decisivo que pudo dar la victoria a un Real Madrid increíble, que peleó hasta el final con 80 puntos anotados con un 38% de acierto y 19 pérdidas de balón.  

No seamos egoístas, el Khimki fue mejor desde el minuto 1 hasta el 40. Jugaron como deben hacerlo, tirando de todo su equipo y consiguiendo 86 puntos y 100 de valoración. Pocos equipos pueden perder con esos datos. Pero el Real Madrid no estuvo a la altura ayer del partido. Pese al 10+10 de Gustavo Ayón y a las 12+7+3 de Luka Doncic, el partido del Real Madrid necesitaba algo más de acierto y sobre todo mejor manejo de balón. Con semejantes estadísticas, es imposible ganar cualquier partido. Pero quiero destacar el partido de Jeffrey Taylor, un excelente defensor, olvidado de mirar el aro en ataque pero que en la noche de ayer sostuvo al equipo blanco en los peores momentos del partido. Como hemos dicho anteriormente, el tener el tiro para ganar el partido a falta de 30 segundos con semejantes estadísticas, es para mantenerse fiel a este equipo y esperar que lo de ayer, fue simplemente "culpa" de la maldita ansiedad por ganar.