No pasa nada, es diciembre

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Caer a estas alturas en paranoias y dramatismos desmesurados sólo contribuiría a hacer el servicio propagandístico de aquellos que, váyanse a saber las razones, desean tener cada día desde 2011 la cabeza de Laso en una bandeja de plata.

La crítica es buena, necesaria, interesante, ilustrativa. Lo que no es tan positivo es el despelleje, el linchamiento a un entrenador y a un equipo que si han demostrado algo, es el saber atinar y dar con la tecla cuando toca, no necesariamente en diciembre.

Pero a los amigos del odio, a los que piensan que el Madrid se entrena solito, a esa parroquia de profesionales de carnicería de barra de bar, nunca nada les parece suficiente. Y a las primeras de cambio, dos derrotas seguidas, quizá tres el jueves, ya sacuden su alfombra queja, sus lecciones desde el sofá.  Es la vida misma, la que sufre el Real Madrid eternamente, pero con la variante de que, en la sección de baloncesto, son algunos de sus propios seguidores los que conectan el ventilador de porquería, los que babean bilis cada jornada. Esa gente que o ha perdido el foco bajo el que se desarrolla el mejor Madrid de siempre o simplemente lo conoce, pero lo ignora.

El Madrid ha salido derrotado con el Betis, lo hizo en la Sala Pionir y lo hará más veces en este curso. Puede que no gane la ACB, que caiga en la Euroliga o que se deje la Copa, que ha ganado cuatro veces desde 2012, por el camino. O puede que nada de esto ocurra y haya doblete, triplete. Dará igual. Siempre habrá una horda de aficionados del Madrid que nunca entenderá el punto intermedio que equilibra, el que habla de Laso no como el mejor entrenador de la historia del baloncesto pero sí como el que más provecho ha sacado al Madrid, al menos en la época contemporánea.

Perder en diciembre no es alarmante, ni una tragedia como muchos lo desean vender. Caer fuera de casa, en el último segundo fallido, no es un desastre. Y menos para este Madrid que si ha demostrado a lo largo de los tiempos algo, es que sabe jugar con el tempo de los cursos. Y esto seguirá igual, aunque pierda el jueves. Laso será el entrenador perfecto para este Madrid, el de ahora,  también el jueves 29 de diciembre, suceda lo que suceda en Turquía. Parece sencillo de explicar, pero no a todos les interesa entenderlo.