Euroliga Jornada 20: Khimki Moscú 102 Real Madrid 94

Tiro al blanco

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El Real Madrid cierra su semana en Moscú con una segunda derrota, esta vez, en la pista de Khimki Moscú. El equipo ruso aniquiló las opciones blancas con 102 puntos y 121 de valoración, con más de un 60% de acierto y un Shved sensacional con 21 puntos y 13 asistencias. El Real Madrid no pudo aguantar el ritmo ruso a pesar de terminar con 94 puntos y 114 de valoración. Los blancos siguen segundos en la clasificación de la Euroliga.

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Terminábamos la semana rusa con la visita ayer del Real Madrid al Arena Mytishchi para enfrentarse al Khimki Moscú. El Real Madrid se dejaba su racha victoriosa el pasado martes contra el CSKA Moscú y ayer esperábamos que la normalidad volviese al vestuario madridista, para afrontar un importante partido frente a un Khimki Moscú venido a menos tras sufrir 9 derrotas en los últimos 11 partidos. Iniciaban los rusos esa mala racha, precisamente en el partido de ida contra el Real Madrid, que se llevaron los blancos con un 60% de acierto y casi 30 puntos de diferencia. Pero aquello ya era pasado y el Real Madrid debía lamerse las heridas producidas contra el otro equipo de Moscú e intentar llevarse una necesaria victoria para alejarse aun más de los puestos ajenos a playoffs. También esperábamos una mejoría en el tiro, puesto que el 30% de acierto del pasado martes, era totalmente irreal.

Debido a que ni siquiera se volvió a Madrid, los blancos continuaban teniendo las bajas de Rudy Fernández y Anthony Randolph, mientras que Sergio Llull y Gaby Deck, volverían a tener una nueva oportunidad de coger ritmo de competición que ya empezaron el pasado martes. Pablo Laso cambió únicamente a Taylor por Causeur en referencia al quinteto del martes, volviendo a confiar en Campazzo, Deck, Thompkins y Tavares. Comenzaba bien el partido para el Real Madrid con 4-7 en dos minutos de partido, pero había una diferencia. En las dos canastas de Khimki Moscú, Devin Booker conseguía dos mates de concurso sobre Thompkins primero y otro a pase de Shved que pareció convertirse en Jason Kidd por unos momentos. Era un pequeño spoiler, de lo que nos iba a presentar el partido, con un Khimki Moscú hasta los topes de intensidad que encima, les acompañó el acierto. Un acierto escenificado en Alexey Shved, realizando un primoroso primer cuarto. Pero no solo el ruso estaba siendo acertado, sino todo el equipo en conjunto, remontaba el arranque madridista y con un juego coral, físico y acertado, obligaba a Pablo Laso a solicitar un tiempo muerto porque el Khimki Moscú rozaba la perfección con el 17-11 en el minuto 7 y una anotación global. Hasta 4 jugadores de Khimki conseguían anotar en el primer cuarto, más allá de dos canastas. Intentaba responder el Real Madrid, acertado también en ataque, pero siempre a remolque de un Khimki Moscú que veía incluso, un triple desde más de 9 metros de Shved que cerraba el cuarto con 6 puntos 4 rebotes y 5 asistencias. Y era normal, que el primer cuarto se cerrase con un triple de Timma colocando el 25-21 para los locales. Un Khimki que cerraba el primer cuarto con un 58% de acierto en 17 lanzamientos y realizando 8 asistencias, algo que demostraba a las claras su tremendo acierto en el tiro y sus rápidos contrataques.

No lo hizo mal el Real Madrid, con un 50% en el tiro, 7 rebotes y 6 asistencias, pero el no poder frenar el acierto moscovita provocó ligero nerviosismo en el club madrileño. Con el segundo cuarto en movimiento, se esperaba que ese nerviosismo blanco fuese desapareciendo y que los jugadores de la segunda unidad generasen confianza en la defensa. Defensa sí, porque en el ataque, el Real Madrid era 180 grados distinto a lo ofrecido contra CSKA Moscú. Y es que el conjunto blanco le seguía peleando el partido al mejor Khimki Moscú de esta Euroliga 33-30 minuto 14. Pero seguía manteniendo el mismo problema que en el primer cuarto, frenar la intensidad y el físico que el cuadro de Kurtinaitis, presentó en la pista. Además los recursos del Real Madrid se iban acabando con el paso de los minutos y solo los 11 puntos de Fabien Causeur, ofrecían resistencia a un equipo ruso que volvería a irse por encima de los 25 puntos anotados en este segundo cuarto. Porque además, Alexey Shved continuaba con su clínic de baloncesto, con 8 puntos más y un lujoso 4/4 en triples. Si eso lo juntamos con 5 asistencias más, repartidas en este cuarto, el zar ruso llegaba al descanso con 12 puntos y 9 asistencias. Pero el Real Madrid, seguía ahí 43-42 en el minuto 17. Pero el efecto Causeur se desvaneció y fue engullido por Shved que lideró un parcial de 12-2 en 3 minutos, que cerraba la primera parte con un peligroso 55-44 para Khimki. Asumible claro, porque el Real Madrid seguía haciendo buen partido en ataque, con un 51% de acierto en tiros e igualado en rebotes y asistencias con el rival. Pero en defensa, el Real Madrid flojeaba.

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No solo era cuestión de acierto del Khimki – su 60% de acierto lo dejaba claro – sino que tampoco el Real Madrid, era capaz de detener el ritmo vertiginoso del Khimki que le jugaba “a su juego” al equipo madridista. Además, si os digo que un base lleva 12 puntos y 9 asistencias y el otro 2 puntos y 3 pérdidas, me diríais que Campazzo sería el bueno y Shved el menos bueno. Pues esta fue una de las claves de porqué Khimki Moscú llevaba esa diferencia al descanso. Laso buscaba reaccionar haciendo dos cambios en su quinteto, sacando a su pareja de aleros y colocando a Jaycee Carroll y Jordan Mickey para intentar cambiar el ritmo del encuentro. Pero no cambiaba nada, incluso hubo un nuevo mate de Booker, esta vez en la cara de Mickey. A decir verdad, era complicado elegir la jugada del partido ante tremenda actitud del pívot americano. Al menos, el Real Madrid consiguió frenar el acierto ruso, con un  Edy Tavares sensacional elevando su envergadura y forzando a salir de la zona a “la pesada” intensidad rusa. Tras un pequeño concurso de triples, el Real Madrid seguía manteniendo el parcial con Khimki 67-57 en el minuto 25. Jordan Mickey lo seguía intentando con 8 puntos en este cuarto, de igual manera que Facundo Campazzo que buscaba redimirse tras su mala primera parte. Fue un espectáculo anotador este cuarto del Real Madrid, que llegó a rebajar la diferencia a 8 puntos, pero la inercia del partido era rusa. Triple de Timma (36% en triples esta temporada) con la mano de Thompkins va dentro y posteriormente, triple sin defensa de Jaycee Carroll (40% en triples) que hace la corbata y se sale. Sin más, el objetivo blanco de rebajar la diferencia y/o la anotación rival, no se cumplió y llegamos al final del tercer cuarto 80-69 para Khimki Moscú. Y es que hasta el propio Shved se atrevía con un mate en la cara de Mickey para bordar su partido con 19 puntos y 11 asistencias en solo tres cuartos.

Nuevamente el Khimki Moscú se movía por encima del 57% en tiros de campo y con cuatro jugadores por encima de las dobles figuras en puntos con Shved asistiendo la mitad de todo su equipo y siendo incluso el máximo reboteador. El Real Madrid contaba con 69 puntos y 53% de acierto en el tiro de campo, pero no era aceptable para superar a un inmenso Khimki. Si señores, porque el rival del Real Madrid también juega, aunque mucha gente ni siquiera lo mire. Todo porque en tres minutos, el parcial de Khimki fue de 10-0 en con 4/4 en tiros de campo y un Real Madrid agobiado en su ataque que apenas lanzó a canasta. El claro 93-69 del minuto 34, vino con un quinteto formado con Laprovittola, Causeur, Taylor, Thompkins y Tavares. Por tanto, no creo que se deba desprestigiar el partido realizado por el conjunto ruso que selló la segunda derrota blanca en apenas 48 horas. El maquillaje final del parcial 9-25 en 6 minutos fue intrascendente para el resultado final que se llevó un muy acertado Khimki Moscú. Porque anotó 102 puntos, con un 62% en tiros de campo, con 29 asistencias y 121 de valoración. Fueron los datos que tuvieron que hacer para vencer a un Real Madrid, que anotó 94 puntos, con un 46% en tiros de campo, 23 asistencias y 114 de valoración.

Pero, desgraciadamente, en el deporte como en la vida, influyen más las decepciones que las alegrías y quizás por ello, ahora el Real Madrid vuelve de Moscú generando dudas entre sus aficionados. Aquellos quienes, seguramente, vuelvan al WiZink Center para levantar el ánimo de su equipo el próximo viernes contra el Anadolu Efes.