Jª 27.- Real Valladolid 3-0 Unión Adarve

El Pucela no falla y mete presión al Rayo

La valentía del Unión Adarve no impide que el Real Valladolid siga aspirando a la tercera posición

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La exhibición de Dali y Baba deja el terreno expedito para que los blanquivioletas dejen el partido resuelto en la primera mitad

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Al Unión Adarve no se le puede negar la valentía de plantarse en Los Anexos a querer ser protagonista. En ese lugar en el que otros equipos optan por encerrarse y ver que pasa, pero en el que solo los tres primeros y el Rayo Majadahonda han conseguido puntuar (curiosamente -o no-, los majariegos también por arrojo), los lobeznos de Javier Vázquez salieron con la motivación propia de quien en los prolegómenos oye la música de 'Piratas del Caribe'.

Para su desgracia, no obstante, siempre recordarán este día en el que, parafraseando al capitán Jack Sparrow, casi que capturan al Real Valladolid. Quizá incluso sin el casi, porque a pesar de la digna propuesta y la buena puesta en escena, el Real Valladolid es el Real Valladolid; no se le puede dejar una sola posibilidad de ejecutarte, porque te mata.

Y empezó pronto a hacerlo por una acción a balón parado, una de esas que tantas duelen a los entrenadores, sobre todo según se dio la que derivó en el uno a cero. Dali puso el balón desde la esquina y el balón fue pasado a la zona entre el punto de penalti y el segundo palo. Dentro del área pequeña, después de desasirse de su marca, Óscar solo tuvo que poner el pie para empujar el cuero manso a la red.

Para entonces el Adarve ya había pisado la mitad de campo que defendían los locales. Con decisión pero sin fortuna en la definición, lo que sería una de las tónicas que marcarían en el encuentro. También después de ese primer gol; de valientes está el cementerio lleno, suele decirse, pero también que es mejor morir de pie que vivir arrodillado. Y rara vez a los grandes se les hace daño si no es queriendo hacerlo.

Así, no dudaron los madrileños en seguir encimando la presión e intentando evitar que no se produjeran las habituales sinergias en zonas interiores que tan lejos están llevando al Pucela. Sucede que si bien no estaba Víctor, uno de los referentes del conjunto de Baraja, Dali se echó el juego a las espaldas con un escudero fiel como Baba. El brasilero, que suele ser extremo, es gambeta y ligereza antes que todo, y así, como un colibrí, volaba rápido entre las fauces de los fieros lobeznos. En estas, disfrutó de alguna ocasión propia, y generó para los demás otras como la que finalizaría el ghanés.

Baba se descolgó más allá del balcón del área y llegó para rematar a gol y poner el dos a cero tras una acción en la que Dali se vio aparentemente frenado por Patri, que salió a la banda a la cobertura. Le tocó el balón aunque sin llegar a quitárselo, la bola le quedó en la zurda y con ella puso un buen centro para que el centrocampista ampliara la renta. La ventaja, llegados este punto, permitía afrontar con una calma al menos tensa lo restante.

La realidad del Adarve es que pisaba campo rival, pero nunca llegó a poner en serios aprietos a Maxi. Mientras tanto, el conjunto pucelano potenciaba los espacios y explotaba las transiciones, circunstancias favorecidas por el hambre. El corazón del lobo quería; las piernas y la cabeza no podían por una razón muy sencilla: los vallisoletanos, simplemente, eran (son) superiores.

Sin llegar a trenzar jugadas demasiado largas, suya era la tenencia del balón y había espacios para la amenaza. Fruto de ellos, hubo varias ocasiones para ampliar la renta, como una internada por izquierda de Rafa que tapó Monte abajo u otra gran jugada de Dali sin fortuna. En el lado contrario, Cámara y Kike lo intentaban, pero en vano. La zaga local no estaba tampoco por la labor de conceder nada, y con Baba al nivel al que jugó, multiplicándose en cuantas facetas se le requería, resultaba difícil que el aullido se convirtiera en mordisco.

Nada más empezar la segunda mitad el Unión Adarve volvió a salir con brío, y una jugada por banda izquierda de Monroy permitió una finalización de nuevo deficiente y desde lejos, único modo de disparar que encontraban los visitantes. La respuesta de Rafa, con un testarazo al larguero, no se demoró. No tuvo la fortuna que sí encontraría unos minutos más tarde David Gómez con la sentencia.

Ese tercer tanto llegó también a pelota parada, y encima, en una segunda jugada. La puso el propio Rafa, remató Baba pero repelió la zaga y el rechazo le cayó al central, que puso la puntilla a falta de veinte minutos para la conclusión del choque. Lo que le quedaba por delante al Adarve era ya minimizar daños, intentar no encajar más, y si podía acumular sensaciones ante un Pucela que trató de contemporizar, en el que Rafa y Dali se lesionaron y debutó Asamoah, como Baba o el ausente Saeed, jugador africano. Se permitieron incluso los foráneos tener algo el balón para sí, aunque ya no pasó mucho más, a fuerza de esas interrupciones y de la amplia distancia en el marcador.

Así, el Real Valladolid vivió un tramo de esos que tienen a veces los equipos de arriba, unos minutos en los que pasa poco porque la diferencia con respecto a quien tiene enfrente es mucha, por más voluntad que este le ponga. Gracias a los tres puntos, los blanquivioletas meten presión al Rayo Vallecano en su búsqueda de la tercera posición, sueño que ya nadie niega en Los Anexos y que podrá seguir persiguiéndose si los de la franja fallan y continúa la efectividad y el desarrollo de recursos de los de Baraja: apenas encajan, han crecido tanto y manejan tantos registros que lo justo es al menos pelear hasta el final.

El Unión Adarve también deberá hacerlo; deberá afrontar las tres últimas fechas con la misma dignidad, porque así y solo así (bueno; y mejorando la finalización y el manejo de detalles como el balón parado) podrán aspirar a mantener la categoría. De ello depende que en el Grupo V de la División de Honor la próxima temporada, no dejen de escucharse los hermosos aullidos del lobo, como diría Félix Rodríguez de la Fuente, cuyo fallecimiento se conmemoró durante esta semana.

 

Real Valladolid: Maxi; Iker (Jairo, min. 81), Cerro, David Gómez, Poveda; David Sanz (Luismi, min. 63), Baba (Álvarez, min. 72); Arroyo, Dalisson (Asamoah, min. 81), Rafa; y Óscar.

Unión Adarve: Monte; Jaime, Patri (Ayuso, min. 74), Gende, Pérez (Carlos, min. 69); Davo (Roca, min. 74), Chechu; Cámara (Muelas, min. 63), Kike, Manu; y Monroy.

Goles: 1-0, min. 16: Óscar. 2-0, min. 39: Baba. 3-0, min. 68: David Gómez.

Árbitro: Estefan Gonzálvez Alcalde, asistido en las bandas por César Lucas García y Cristian Fernández Marganda. Sin amonestaciones.

Incidencias: Jornada 27ª del Grupo V de la División de Honor juvenil, disputado en Los Anexos al Nuevo José Zorrilla ante unos 150 espectadores en una mañana calurosa en Valladolid.