El Santa Marta batalla, el Real Valladolid gana
Los blanquivioletas parecieron encarrilar el choque en la primera mitad, pero no pudieron bajar la guardia ante un rival siempre intenso
El acierto en dos arreones otorga en el derbi a los pupilos de Javier Baraja la primera victoria de la temporada
El Real Valladolid cosechó su primera victoria de la temporada en un partido que no le dio un minuto de descanso, en el que la UD Santa Marta batalló y se mostró siempre intenso aunque apenas pudo llevar peligro a la puerta de Maxi. El resultado final, que se reflejó en el marcador antes del descanso, habla de un triunfo encarrilado pronto aunque menos incómodo, por más que los blanquivioletas fueran capaces de dominar durante buena parte del derbi.
Sergio Hernández planteó un encuentro incómodo para los de Javier Baraja, tanto por la presión elevada, que llegó a provocar nervios en la salida de balón desde Maxi, habitualmente correcto en el juego de pies, como por la premisa que parecían haber recibido sus futbolistas de que debían cortar el juego cuanto antes, quizá para evitar que el rival moviera con pausa pero con tino el cuero y al final la balanza pudiera verse tan desequilibrada como el pasado año, cuando los tormesinos sucumbieron en Los Anexos por goleada.
En los primeros compases dio la sensación de que podía suceder otra vez lo mismo, dado que hubo dos goles en el primer cuarto de hora. El Pucela no había convertido la posesión en un dominio y en un control reales, pero aparecieron sus futbolistas diferenciales para hacer lo que saben y poner las cosas cuesta arriba para los salmantinos. Así, Rafa aprovechó las sinergias que existen entre Dali y Víctor para hacer el uno a cero a los diez minutos, tras una jugada en la frontal entre sus dos compañeros del frente ofensivo. Tres minutos después sería el propio Víctor quien aprovecharía un rechazo de Kike en respuesta a un remate de Luismi para ampliar la ventaja.
Aunque los dos tantos de desventaja invitaban a creer en una diferencia amplia, quizá creciente, nada más lejos de la realidad; el Santa Marta jugaba como si marcar le fuera a servir para empatar. Y no, pero sí le metía en el partido. No disponía casi del cuero, pero en un impás en el juego previo al parón para rehidratarse le permitió hacerlo. Pisó campo rival el conjunto salmantino, se aproximó a la zona de tres cuartos y ahí recogió el balón Álvaro, en posiciones centradas, antes de sacarse un latigazo sorprendente para Maxi que se coló por la escuadra y supuso el dos a uno.
El mazazo para los tormesinos fue que nada más sacar del centro del campo el Pucela volvió a distanciarse. Transcurridos solo unos segundos, Baba sirvió el balón para Rafa, que de nuevo sirvió con tal acierto y mordiente que un compañero, esta vez Dali, disfrutó del placer máximo compartido del grito sagrado del gol, ese cuyo eco del rival apenas se acababa de silenciar cuando el hispano-brasileño dio con las mallas. Desde ese instante hasta el descanso la tónica no cambió; los locales poseían el cuero, pero no acababan de dominar, pese a los intentos de la zona media.
Ya en el segundo tiempo reapareció David Sanz, lesionado en los primeros tres envites, experto ya en la categoría y conocedor del manejo y la manija de un encuentro. Y la llevó; colaboró a que creciera su equipo por lo menos en cuanto a esa intención de respirar y mover el cuero. Óscar, aunque delantero, también colaboró, puesto que fijó más las marcas y obligó a meterse más hacia su área a Pablo y a Yago, los centrales salmantinos. El show, sin embargo, lo daba Dali con la gambeta, mientras Baba seguía aprendiendo el oficio de mediocentro y Víctor aparecía en diferentes zonas para colaborar con la circulación.
¿Y el Santa Marta? Álvaro en el primer tiempo había tenido otra oportunidad con otro disparo exterior, pero no se encontró en el segundo. Motos, que entró de refresco, fue vertical, pero el contexto no era el propicio, porque apenas era suyo el balón. Aquella presión sobre el juego, que se alternaba y acompañaba a los parones propiciados por infracciones, permitió que se le viera un poquito más, aunque no llegó a amenazar de verdad. Tampoco pudo hacerlo Lladó, exblanquivioleta, voluntarioso, pero frenado por Morante, exrojillo, en su intentona más clara. Así, la ocasión más clara en el tramo final fue para el local Víctor, que se encontró con Kike en el remate.
El triunfo del Real Valladolid, primero de la temporada, le acerca a su rival en la tabla. Los pupilos de Javier Baraja suman cinco puntos en cuatro fechas la semana previa a su visita al Atlético de Madrid, vigente campeón. Por su parte, el Santa Marta continúa con seis. En la próxima jornada recibirá al Club Internacional de la Amistad de Palencia en su segundo derbi consecutivo.