Ponemos fin a la temporada de División de Honor

Gracias DH5

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Me he permitido el lujo de hacer una pequeña reflexión y unos cuantos agradecimientos en este atípico final de temporada que ha tenido nuestra querida DH5. No dejéis de leer. 

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Y llegó el momento de decir adiós. 54 días después de que Pedro Sánchez decretase el estado de alarma en España, ha llegado la peor de las noticias para todos los que amamos este deporte, para todos los que amamos esta categoría.

Hace, con esta, tres temporadas que los fines de semana se me hacen raros sin fútbol. Que mis domingos no son lo mismo sin coger el coche con dirección a algún campo de fútbol. Que un fin de semana de parón es lo más raro del mundo. Pues imaginaros 54 días. 54 días que han sido eternos por muchas cosas, pero sobre todo por no saber qué iba a pasar con la competición. Hasta que hace dos días supimos que ya está. Que se acabó. Que esto termina tal y como quedó antes de la cuarentena. Con el Real Madrid CF como campeón del grupo V de la División de Honor juvenil, sin descensos y con cuatro recién llegados de cara al curso que viene. No neguemos que va a ser, cuanto menos, curioso.

Por mi parte ha sido una temporada bastante atípica. Empecé en un sitio y la he terminado en otro. Comencé el curso futbolístico cubriendo al juvenil A del Getafe CF y, por cosas que no vienen a cuento ni me apetece recordar, dejé de hacerlo pasadas las navidades. Pasé dos meses de incertidumbre, sin saber muy bien que hacer, yendo a ver a mis pollitos (para los que no lo sepan, así he llamado siempre a los chicos del equipo que cubro) cuando jugaban fuera de casa. Hasta que apareció mi ángel de la guarda, a modo de ocurrencia. Un traspaso oficial de poderes con uno de mis compañeros de esta web (gracias mil, Javi Blasco) me permitió aterrizar en La Oliva, sede del CF Rayo Majadahonda. Y créanme, señores, que de aquí no me muevo.

Ha sido una temporada rara que ha terminado de la peor de las maneras. Cuánto me hubiera gustado ponerle fin a este curso en la esquina de cualquier verde con mi cámara en mano. Es por ello que me gustaría, de alguna forma, dar las gracias a algunas personas que me he cruzado durante estas tres temporadas, por el simple hecho de hacerme ver que esta es la categoría más bonita del fútbol base.

Al comandante de todo esto, José Luis Poblador, por enseñarme lo bonito del fútbol base y descubrirme la emoción de esta maravillosa categoría.

A José Antonio de la Rosa, mi padrino de fútbol y de vida, por enseñarme lo que es el amor y la pasión por el fútbol azulón.

A Ángel y Pauli, delegado y utillero en mis dos primeras temporadas en DH5, por todas las facilidades puestas para que pudiera hacer mi trabajo. Y por seguir viniendo a Getafe a ver a vuestros chicos.

A Hugo Duro y su familia, por ser el mejor ejemplo de humildad, sencillez y cercanía, a pesar de haber volado ya en Primera División y en campos de media Europa.

A Gary, Toni y el resto de su cuerpo técnico (Miguel, Alberto, Diego y Pedro) por todo el cariño y el respeto con el que siempre me habéis tratado. Os echo de menos chiquitos.

A Cris, porque la bendita locura de ir a Burgos a hacer fotos bajo la lluvia no hubiera sido lo mismo sin ella.

A Álex y mis dos “Sonias” preferidas, por hacer de la expedición a Santa Marta algo inolvidable.

A todos y cada uno de los padres que se han acercado a agradecerme con verdadera sinceridad los perfiles que con tanto cariño he hecho sobre sus hijos.

A Antonio Mata, por emocionarme 372 días después al verte pisar de nuevo un campo vestido de corto. Prométeme que nunca más te olvidarás de hacer esas dos cruces en el suelo antes de empezar el partido.

A Carpin, por ser uno de los mejores ejemplos de cómo no rendirse después de una dura lesión.

A Jesús, por ser la viva imagen del trabajo y la constancia cuando las cosas no salen como esperas. Créeme, te esperan cosas grandes.

A Núñez y su familia, por el cariño en cada partido y por los mejores bombones navideños de mi vida.

A Hugo Torres, por ser el mejor capitán al mando de la nave.

A Iván Álvarez, por aguantar mis comeduras de coco y hacer de mi mudanza a La Oliva la mejor de las decisiones.

A Alejandra Artero, mi mitad, por descubrirme la cercanía y lo bonito del CF Rayo Majadahonda.

A Alberto Álvarez y su cuerpo técnico, por todas las facilidades, todo el cariño y todo el respeto con el que me habéis tratado en mi llegada a La Oliva. Después de tres años, lo hemos conseguido. Gracias a Javi, Gabri, Luiscar, Lucas, Cris, David, Alberto y Jarillo.

A Toni Del Val, por esos minutos previos en el centro del campo antes de cada partido majariego.

A Álvaro Del Val por dejar que te hayamos visto crecer durante tres años en esta bonita categoría, por ser un tremendo capitán y por marcar goles alcanzables sólo a unos pocos. Y al Quijote que leéis en el vestuario antes de cada partido.

A Jorge García, por ser el primer voluntario en tirarse a la piscina de mis entrevistas en Majadahonda. Aún me estoy riendo con las tomas falsas.

A todos los pollitos majariegos que habéis aceptado la “tele-entrevista” durante el estado de alarma, por vuestra predisposición, vuestras facilidades y vuestras ganas.

Y a todos los que seguramente me dejo y han hecho de estas tres temporadas, y las que quedan, el mejor descubrimiento de mi vida.

Hasta siempre Getafe.

Qué ganas te tenía, La Oliva.