Luis García: “El Getafe tiene la obligación de ascender”
Luis García Plaza (Madrid, 1972) me atiende desde Altea, donde le dejaron aterrizar a principios de julio después de dos años en Emiratos Árabes. Y digo dejaron porque, a pesar de haber abandonado el banquillo del Baniyas en el mes de marzo, el contrato que le unía al club asiático le impedía volver a España hasta el 8 de julio. El técnico aprovechó la coyuntura para que sus hijos remataran en tierras lejanas el curso escolar y para seguir, con vistas al futuro, las evoluciones de la Primera División española. En esta categoría, el deporte madrileño perdió a dos componentes, con los descensos del Rayo Vallecano y del Getafe. Este último, por tratarse del club donde Luis García sirvió unos buenos años de profesional, fue especialmente doloroso para el técnico madrileño, que vivió doble desasosiego con el calvario del Levante, al que dirigió también.
Tras haber dirigido en el Baniyas a viejos conocidos como Larrivey o Drenthe, Luis García está en España para quedarse. Busca banquillo y si de momento no lo tiene es porque las prisas, en este caso, no son buenas. Prefiere asentarse, tomar cuerpo de nuevo con la realidad deportiva española y volver a entrar en la rueda.
¿Cómo han sido tus dos años en Emiratos Árabes?
Se ha tratado de una experiencia muy buena en todos los sentidos. Cuando te vas a un sitio así no solo es una experiencia deportiva sino también es una experiencia personal, familiar, de adaptación. Los de Baniyas serán dos años que recordaremos mi familia y yo con felicidad. Luego deportivamente es algo muy distinto a lo que he vivido aquí, en España, en mis últimas etapas.
No llegaste a completar dos cursos con el Baniyas
En la Liga quedaban cuatro partidos y no podíamos ni llegar a Champions ni descender. Cumplíamos el objetivo que nos habíamos marcado de estar tranquilos y a media tabla al final de la temporada. En Copa sí que teníamos opciones, a dos partidos de la final. Pero bueno, aparecieron ciertas desavenencias con la gente de arriba y llegamos a un acuerdo. Hasta esa semana sí te digo que apenas hubo problemas con el club, que fueron casi dos años de relación perfecta. Sin embargo, llega un momento en que los entrenadores nos tenemos que poner en nuestro sitio y no permitir ciertas cosas, ciertas situaciones. Les dije que si preferían tomar un determinado camino, que lo hicieran. Llegamos a un entendimiento y rescindimos el contrato. No hay más. Me impidieron acabar el proyecto por cuatro jornadas, pero no pasa nada. Si hubiéramos tenido opciones de entrar en la Champions de Asia o estuviéramos peleando por el descenso, no habrían hecho este cambio.
¿Qué ocurrió exactamente?
Ellos querían planificar ya el curso que viene. Entonces dije que hasta que yo estuviera ahí sería yo el que se encargaba de esas cosas y nadie más. No nos entendimos y cada uno por su lado. Me hacían sugerencias, prestaban jugadores con contrato que no iban a seguir. Yo les dije que no iba a pasar por eso, que iba a ser entrenador hasta el final y que tomaría mis decisiones, como hasta ese momento había sido. Porque sí te repito que, antes de este desencuentro, las casi dos temporadas que el club y yo trabajamos juntos fueron perfectas.
La espina de la Copa
Teníamos ilusión, porque es un torneo muy importante, casi a la altura del campeonato liguero. Se juega en un formato atractivo, con partido único en campo neutral. Estábamos a dos partidos de la final.
Se acaba tu proyecto allí a finales de marzo te quedas en Emiratos Árabes. ¿Es complicado reengancharse desde allí a la rueda de entrenadores de Primera o Segunda División en España?
Tuve algunas ofertas de Primera y de Segunda División, sí. Y de fuera. Ha habido contactos con algún club de Primera, estuve en la terna; otro de Segunda me quiso firmar, pero estaba algo desconectado después de dos campañas fuera. La Primera sí la seguía, pero la Segunda, sinceramente, apenas pude seguirla en Emiratos Árabes. A eso se suma que lo de fuera no me llamaba la atención lo suficiente. Si seguía en el extranjero sólo barajaba la opción de hacerlo en Emiratos Árabes. De modo que decidí esperar, volver a ver fútbol español, con la mente puesta en reengancharme a trabajar en España, coger un sitio aquí y regresar a la pelea.
No te dejaste llevar por las ansias de ocupar un banquillo
Estaba el tema del colegio de los niños pero también la cuestión de mi contrato con el Baniyas, que me impedía volver a España antes del 8 de julio, por lo que estuve fuera hasta hace unos días prácticamente. En este contexto, creo que era un poco arriesgado coger un Segunda División porque como te digo, el seguimiento que hice no fue amplio. Por muchas plataformas que tengas para ver partidos, yo me sentía algo descolocado con la Segunda División. La Primera División sí la tenía muy actualizada, porque allí la cobertura era total, pero esa oferta que te he dicho no llegó a cuajar.
¿Cómo eran tus ofertas del extranjero?
No me convencieron futbolísticamente, ni tampoco el sitio de dónde venían las propuestas: India, Arabia Saudí y Egipto. Arabia Saudí es muy complicado para la familia, Egipto no me convencía y la India sólo era para cuatro meses y me iba a cerrar puertas que todavía no quiero cerrar. No es el momento de ir allí. Me gusta lo que quieren hacer en el fútbol indio, pero repito, prefiero con tiempo buscarme un hueco en España. ¿Si no sale? Volveremos a mirar al extranjero.
Desde fuera habrás sufrido con los descensos de Getafe y Levante, dos de los equipos donde has entrenado en Primera División
Lo he pasado mal. Getafe ha sido una sorpresa, porque terminó bien la primera vuelta, pero entró en una caída de la que no supo salir. Es verdad que, llegada la última jornada, pensaba que se iba a salvar, porque dependía de sí mismo (era el único) y había hecho lo más difícil. Levante arrastró todo el año una mala dinámica. Cuando echaron a Lucas Alcaraz, en octubre, me llamaron. Los contratos en Emiratos Árabes son como son y el Baniyas pedía mucho dinero para dejarme ir. No pudo ser, pero habría sido una opción muy buena para mí, principalmente en el lado sentimental
Ahora los dos, el Levante y el Getafe, parten con la obligación de ascender o de meterse al menos en el playoff de ascenso. Este playoff es muy bueno para la Segunda División, porque antes faltaban diez jornadas y había bastantes equipos que no se jugaban nada. Ahora te queda esa opción.
El Getafe ha firmado gente contrastada, principalmente arriba: Fuster y Molina te garantizan una estabilidad y unos buenos números goleadores, porque es algo que han hecho durante toda su vida. Además, mantiene un buen bloque. El Levante está adquiriendo gente de Segunda División. Si tuviera que hacer una quiniela, ojalá asciendan Getafe y Levante y que el Rayo sea el tercero que lo haga porque jugué allí de jovencito y le tengo un cariño especial.
El Levante pintaba mal desde el inicio de la 2015/16, pero lo del Getafe, la caída descomunal que empezó a vivir a partir de enero, nos cogió a todos por sorpresa. ¿Hay alguna forma de explicarlo? Porque en diciembre se llegó a hablar de un plantel que miraba incluso a Europa.
Es difícil de explicar. Los dos años completos que estuve en Getafe fuimos novenos y séptimos y el tercer año pensábamos que íbamos bien, pero entramos en una dinámica mala, no ganas, ese partido que mereces llevarte no lo vences, el que juegas mal lo pierdes seguro, tienes mala suerte…En definitiva, se te junta todo y no es sencillo cambiarlo. En el caso concreto de este último Getafe no te puedo hablar de lo que pasó, pero sí es cierto, y lo vimos en el año del descenso del Atlético de Madrid, que cuando entras en esa dinámica terrible, no sales de ella. Ya sea por una cosa u otra, pero no avanzas. Entonces te plantas en las siete últimas jornadas completamente inmerso en un lío. Y eso que el Getafe, con la llegada de Esnáider , reaccionó. Sin embargo, cuando hicieron lo difícil, no pudieron completar lo más fácil, que era ganar al Betis que no se jugaba nada. Pero al final esto es así, siempre tiene que bajar alguien.
¿Le pudo pesar al Getafe el hecho de no verse en la lucha por la permanencia durante buena parte de la campaña?
El Sporting se salva y está todo el año coqueteando con el descenso. Cuando caes en una racha de tres o cuatro partidos seguidos sin sumar, piensas que ganas uno y te olvidas de los problemas. Pero el problema real es que esa victoria no llega. Se fue Lafita, se fue también Alexis en el mercado de invierno, porque el equipo en ese momento tenía que hacer muy poquito para salvarse. Son situaciones que se van dando, se van complicando, llega la ansiedad, la angustia y pasa más factura a equipos que, tras una primera vuelta de grandes números, hace una segunda vuelta pésima, de descenso total. Y eso es lo que le pasó al Getafe. Nadie pensaba algo así.
Mariano Galindo