Oyentes
Texto publicado el 31 de diciembre de 2012
Creo que es un gran día para recuperar este post que escribí en mi blog hace unos años, pocos días antes de que me echaran de mi casa, de mi radio, de mi vida.
Twitter y Facebook están bien pero necesitaba un lugar en el que ser yo mismo. Si creo este blog a mi imagen y semejanza será un blog imperfecto e improvisado, pero también lleno de corazón, sinceridad y pasión.
La primera entrada tiene un titulo muy especial porque en esa solitaria palabra se concentra lo más importante que ha ocurrido en mi vida profesional. Tan importante que gracias a ellos me siento un privilegiado que durante 25 años no ha ido a trabajar ni un solo día, porque hasta en las peores jornadas "siempre sentí que caminaba acompañado". Los oyentes son mi vida, la vida, la razón para ponerse delante de un micrófono y no querer apartarse de él nunca más, en ninguna situación. Todo lo que se tenga que hacer pero pegado al micro. Para mí es sagrado, dejar un programa a medias, dejar al oyente a medias es como el cirujano que se detiene en mitad de una operación. Es contranatura.
Nunca he pensado que hiciera buena radio, pero sí que lo que salía de mis programas hacia ellos era una radio con corazón, sin red, con todo lo que tenía dentro de mi alma, porque la radio se tiene que hacer desde el alma. La radio se tiene que hacer tirándose delante del micrófono cuando hay noticia, sin papeles, sin trampa, sin miedo a titubear, sin miedo a no estar grabado, debe ser tan innato como las pulsaciones de tu cuerpo. Se debe hacer sin mirar el reloj, el tiempo no existe porque ellos están ahí, contigo, te conviertes en parte de sus vidas y cuando haces algo familiar no hay minutos que descontar.
He escrito la palabra "gracias" miles de veces en el último mes, supongo que porque no he podido darlas en la radio que es como sé que les llega y que la sienten desde mi corazón. Tengo miedo de que el mensaje no llegue porque ahora mismo, sin el micrófono delante, soy un elefante en una cacharrería, me ahogo escribiendo y en el miedo de que ellos, los oyentes, no sientan lo que siento yo cuando les digo "gracias"
Este espacio, este lugar, Kamchatka, el lugar en el que siempre se resiste, toma vida en el último día del año 2012, antes de que sea un propósito para el año que empezará en unas horas.