Kamchatka on Tour: Nick, el cantante de Portobello

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La pastelada de Notting Hill no ha conseguido apagar mi querencia hacia este barrio y su mítico mercado. Pasear a primera hora de la mañana desde la iglesia de Kesington hasta el final de Portobello Road es una experiencia para la vista y gracias a un cantautor absolutamente sublime, apostado en la salida de unos baños, para el oído.
 
Tomarse un café en Charlie y escuchar a un tipo que sueña con el Albert Hall y que de momento agradece los aplausos de unos españoles entregados han sido minutos que me apetece que entren en mi casa de Kamchatka. 
 
 
Lady Di idolatrada en la puertas de su Palacio, fotos y dedicatorias en la verja de entrada, su Memorial plagado de niños, la estatua de Peter Pan, uno de mis héroes preferidos y maravillosamente adulterado para siempre por la película Hook. Todo en Kensington Gardens o la prolongación del Hyde Park, el verde en 
Londres no se termina nunca.
Ha sido el lugar ideal para  después de comprar comida para llevar, cuatro libras por persona, en The Sandwich Shop (Gloucester Road, cerca de Queen's Gate) hacer vida londinense y montarnos un pic nic en toda regla. Aquí no es difícil pero posiblemente sea una de las mejores y más baratas comidas del viaje.
 
 

 

Es viernes, después de volver en el 24 desde el Soho hasta Camden  Town la sensación es que aquí la gente sale de currar a las tres de la tarde se lían... a cerveza y que todavía siguen liados. Por nuestra calle de Parkway bajan riadas de personas como si acabaran de salir de un concierto en dirección a pubs y salas de conciertos de la zona. Nosotros de retirada porque mañana partimos hacia Gales. Duro cambio de aires al que nos sometemos, de una de las urbes más vivas del planeta a la campiña galesa. Seré capaz de abandonar Londres sin haber visitado alguno de sus campos de fútbol... La respuesta mañana.
Mi amiga Maíte ha hecho esta foto en Hyde Park de The Serpentine para que sea nuestro deseo de buenas noches.