EL CLUB INGLÉS SE GANÓ LA SIMPATÍA DE TODOS

El Leicester de la gente

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El Leicester City pasó a la historia por conquistar la Premier League la pasada temporada. Hoy, un año más tarde, pelea por la permanencia mientras sueña en la Champions League. 

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El fútbol es tan grande, tan sumamente grande, que permite soñar a los más escépticos, sonreír a los más tristes y llorar a los más alegres. De hecho, cada cierto tiempo permite una gesta de esas que siempre serán recordadas bajo titulares como ‘La remontada del siglo’ o ‘Una liga para la historia’. A estas alturas de la película, para qué vamos a innovar, se preguntarán algunos, si sólo pasa una vez cada muchas temporadas. Lamentablemente, pienso yo, aunque a decir verdad si se produjeran más a menudo perderían esa dosis de frescura que mantiene viva la ilusión de millones de aficionados al fútbol. Y eso es lo más grande que tenemos.

Así fue como el Leicester City de Claudio Ranieri se hizo un hueco en la historia del fútbol mundial tras levantar la siempre exigente Premier League por primera vez. Nada más y nada menos que diez fueron los puntos en los que aventajó al segundo clasificado, el Arsenal, a pesar de lograr únicamente dos triunfos en las últimas cinco jornadas. Aquel equipo diseñado a golpe de fichajes de escaso renombre y de perfil aparentemente bajo terminó dando la vuelta de honor al King Power Stadium para delirio de sus hinchas.

Sin embargo, las gestas futbolísticas, aunque perennes en la memoria, son caducas sobre el césped. Hoy el Leicester, tras hacer un esfuerzo titánico por mantener en su nómina a futbolistas como Vardy, Schmeichel o Mahrez,  se bate el cobre por un objetivo mucho más realista y humilde: mantener la categoría. El dueño del club, cuyo apellido se antoja impronunciable – Vichai Srivaddhanaprabha – tomó la impopular decisión de destituir a Claudio Ranieri para cambiar el rumbo de un equipo sumido en una crisis deportiva que a día de hoy parece estar sofocando de la mano de un técnico cuyo apellido, Shakesperare, evoca a tiempos mucho más románticos.

No obstante, el Leicester no ha dejado de soñar. Únicamente ha cambiado la ubicación del sueño, convirtiéndolo en algo más global y tratando de expandirlo a lo largo y ancho del continente. Su última parada, el Ramón Sánchez Pizjuán, donde el danés Kasper Schmeichel se ha convertido en el verdugo sevillista. La próxima, un Calderón que late por una competición que, históricamente, anhela con todas sus fuerzas. Y mientras llega el día D, el Leicester sigue disfrutando de una alegría que no podrá, ni deberá, olvidar jamás, pues algún día fue el Leicester de la gente.

 

Foto: Goal.com