El Naval demuestra su esencia
"Las cosas suceden porque crees en ellas; y creer en las cosas hace que sucedan." El autor de la frase es Frank Lloyd Wright, y bien podría utilizarse para definir ya no sólo el partido de ayer del CDA Navalcarnero, sino toda su temporada, porque si algo está haciendo nuestro Naval es un ejercicio de creencia absoluto, perseverante, independientemente de los golpes que han recibido, de los bajones que ha sufrido. El Naval más fuerte que nunca.
Es cierto que el balón no rueda nada bien en el Mariano González; es verdad que el campo no es todo lo grande como gustaría a muchos que fuese, tan cierto como que quizás la cantidad de caucho que hay en él sea muy grande en comparación con otros terrenos de juego. Pero recuerden siempre que estas condiciones, estas características, se presentan por igual para ambos equipos. Y si recordamos esto, hagamos también uso de nuestra querida memoria para tener presente que los chicos de Granero entrenan por las tardes, aguantando toda una jornada laboral para después ir al Mariano González a entrenar con la mayor ilusión posible, porque esto, el fútbol, les sigue apasionando como el primer día que dieron una patada al balón en la plaza de su pueblo. Esa, probablemente, fuera la mayor diferencia que se vió ayer en el terreno de juego.
Como bien decía Ernesto Sabato: "Yo creo que la verdad es perfecta para las matemáticas, la química, la filosofía, pero no para la vida. En la vida, la ilusión, la imaginación, el deseo, la esperanza cuentan más." Y esto fue lo que ayer hicieron los chicos de Granero, jugar con la máxima ilusión, imaginación, deseo, sin perder la esperanza en ningún instante del encuentro. Por parte de los locales, se planteó el partido intentando encontrarse en campo rival el mayor tiempo posible al comienzo del mismo, evitando cualquier posibilidad de contraaaque sabedores de la increíble velocidad que posee el Real Madrid Castilla para llegar a portería cuando hay metros por delante. El Naval utilizaría en defensa un 1-4-1-4-1, con Chema como principal referencia atacante para bajar todos los balones posibles, y a partir de ahí jugar de cara con la segunda línea para abrir a las bandas, y terminar por dentro. Por el contrario, el Real Madrid Castilla utilizó en defensa un sistema 1-4-4-2 en fase defensiva, sin meterse tampoco demasiado atrás con el objetivo de presionar al Navalcarnero en los pasillos laterales, y finalizar con disparo a portería tan pronto como se pudiera.
No se verían muchas jugadas elaboradas por parte de ninguno de los dos equipos, pero esa es la regla habitual en el Mariano González, ya se sabe. Sí que vimos a un Naval insistente, peleón, que quería llegar a portería, marcar, robando balones para después intentar circulaciones rápidas de balón evitando cualquier pérdida del mismo en el pasillo central que pudiese pillar desajustada a su defensa en una situación transición rápida por parte del Castilla. Nos fuimos al descanso con el marcador 0-0, pero tras la reanudación de la segunda parte, y con apenas 6 minutos transcurridos en el crono, se produciría la jugada que originó el penalti a favor para el Naval. Barbosa saca un córner que es mal despejado por parte de Craninx, lo que propicia que Adan remate a portería y Javi Sánchez, el central del Castilla, despeje con la mano para evitar el gol. Penalti señalado a favor del Naval, que transforma en gol Chema Moreno con toda la contundencia posible, sin atisbo de dudas.
A partir de este momento se vió más aún quién iba a por el partido, quién quería ganar, y quien realmente tenía claro qué había hacer, cómo había que plantear el partido, y cuáles eran los planes de juego a seguir. Gracias a ello se produjo el segundo gol del Naval, fruto de un contraataque dirigido por Nacho Buil, mandó un balón a la espalda de Tejero para que Fran, sorteando previamente la salida del guardameta del Castilla, mandase el balón a la portería para poner el que sería el 2-0 definitivo en el marcador. Con este gol el Naval explotó de alegría, una alegría que nos ha costado mucho tener porque se sabe en el Mariano González que, si algo están poniendo partido tras partido, es máxima ilusión, máximo esfuerzo, con una constancia a prueba de cualquier obstáculo. Ayer se dió un paso de gigante, pero se debe rematar la faena, Granero y su grupo lo sabe. No existen relajaciones, no existe el exceso de confianza, sólo hay lugar para un pensamiento: Insistir, seguir insistiendo. Según Woody Allen, esa es la base del éxito; un éxito que está muy muy cerquita. Que pasen una muy buena semana, nos vemos dentro de dos semanas para el último partido de liga vs Real Unión Irún. Disfrutemos de lo que nos queda, y nunca perdamos la esperanza.
Rueda de prensa post partido de Santiago Solari
Rueda de prensa post partido de Juanjo Granero