Los sonidos de la victoria del Rayo ante el Oviedo
Escucha a Hierro, Michel, Galán y Javi Guerra
Tras cinco jornadas sin ganar, el Rayo suma de tres en casa por primera vez desde que Michel cogiera las riendas, hace ya cuatro semanas. El partido ante el Oviedo, estudiado minuciosamente, supone un nuevo impulso antes de enfrentar los dos próximos choques fuera de casa, uno de ellos ante el temido Girona.
La última vez que la afición del Rayo pudo ilusionarse de verdad con su equipo fue a principios de febrero, tras la victoria del Rayo ante el Almería. El equipo, entonces entrenado aún por Rubén Baraja, no jugaba bien, pero al menos conseguía huir de los puestos de descenso gracias a un gol en propia puerta de Fran Vélez. Mucho cambiaron después las cosas. Para empezar, esta semana el Rayo sabía que aunque consiguiera la victoria, no se lograría salir del hoyo. Sin embargo, era ahora o... quizás nunca.
El encuentro ante el Oviedo se antojaba para Michel como el punto de inflexión definitivo. "Por la dinámica del equipo, era peligroso no conseguir hoy la victoria", reconoció tras el partido. No sumar, no marcar, no generar algo de energía o alegría asfixiaba a los jugadores franjirrojos. Sobre todo a los encargados de anotar los goles, como Javi Guerra, que no veía puerta desde el Rayo-Zaragoza, diez jornadas atrás. Anoche no era la primera vez que salía ante los micrófonos a confesar cuánto le hacía falta el gol para liberarse de esa losa que machaca a los goleadores en rachas de sequía. No obstante, ahora Guerra mira al frente. Celebró con Michel su quinto gol en lo que va de temporada, como muestra de cariño y complicidad sincera.
También anotó su quinto gol Patrick Ebert, para muchos el mejor jugador de la noche. El alemán, que se chocaba con alguno de los tres palos de la portería cada vez que chutaba a puerta, como le ocurrió ante el Reus y también en los primeros compases ante el Oviedo, encajó de penalty el primer gol del partido, que descolocó a los chicos de Fernando Hierro. Michel, siguiendo el consejo que le dejó Carlos Fueyo en Pobla FM, salió con toda la intensidad posible desde el minuto cero, y el Oviedo poco más pudo hacer. "Sabíamos que el Rayo iba a salir con toda esa agresividad, con o sin balón, bien entendida", aceptó Hierro.
Con algo de motivación extra salió también Ernesto Galán. El lateral diestro no había disputado aún ningún minuto con Michel, pese a haber marcado el gol del encuentro que sentenció al Pipo Baraja. "Hemos mejorado la presión tras pérdida; eso te hace correr menos, sobre todo a los laterales, que teníamos unos rivales muy complicados", asintió Galán.
El Rayo se sitúa ahora a un punto de la salvación, con la sensación de volver a ser "un equipo", con o sin balón, en los momentos malos y en los mejores. Próximo objetivo: plasmar la misma imagen fuera de casa. La primera oportunidad llegará el sábado en Soria, ante el Numancia, en un partido en el que Michel no podrá contar con Ebert, por acumulación de tarjetas.