Lucas Torró: Cocentaina se hace del Oviedo
El Real Oviedo que dirigirá Fernando Hierro ha presentado a Lucas Torró en calidad de cedido por una temporada. El Real Madrid no ha querido desprenderse del todo de un jugador que ha dejado unas grandes sensaciones en el Castilla. Zidane, que lo tuvo a sus órdenes, siempre ha valorado sobremanera su juego.
El alicantino es natural de Concentaina, una localidad de obligada visita para quien quiera estudiar de cerca el arte rupestre. Para los eruditos en las tradiciones españolas hay que informarles de que en esta región alicantina nació Gustavo Pascual Falcó, el autor del pasodoble Paquito El Chocolatero, que tanto furor desencadena en las fiestas de los pueblos nacionales. Sí, siento haber decepcionado a todos los de mi generación. King África no puede suplantar al verdadero artífice de la composición. Para cerrar el círculo, en este caso periodístico, hay que referir que en Concentaina nació Carolina Ferré, una alicantina de 41 años que siempre ha lucido en cada programa de televisión en el que ha participado.
Lucas Torró es ya una celebridad en su región a sus 22 años. Internacional en categorías inferiores con España, cuando abandonó el Alcoyano -equipo con el que debutó en segunda- en su localidad se ilusionaron ante la posibilidad de que Torró pudiera ser centrocampista titular en el Madrid. Fue promocionado al Castilla desde el Madrid C, y a Ancelottí lr gustó su rigor táctico en el campo, y su capacidad para dotar de equilibrio y consistencia a la medular.
Su progresión se ha visto un tanto truncada esta última temporada. Las lesiones han sido determinantes para que no haya podido disfrutar de más minutos. Es cierto que Marcos Llorente es el mariscal del Castilla, pero Torró ha jugado en muchas ocasiones como escudero.
Varios colegas ovetenses me han preguntado por las aptitudes de Torró. No se le debe definir por su estatura. Mide 1.90 y actúa en la medular y, pese a ello, no es un jugador que se dedique exclusivamente a la contención. Ni mucho menos. Su poderío físico le permite ganar los balones disputados por alto. Es un seguro. Está siempre bien colocado y no abandona su sitio salvo que sea imprescindible para frenar un ataque. Sin embargo, su principal característica es que es un jugador técnicamente bien dotado, que ve fácil el fútbol y que en todo momendo descongestiona el juego con su gran salida de balón.
El Real Oviedo es un equipo en el que la experiencia está presente. El avilesino Esteban es paradigma en este sentido a sus 41 años. Otros como Peña, Verdés o Susaeta superan los 30. Lucas Torró aportará frescura. En principio es un jugador que debe contar con la confianza de Hierro. Tática, técnica y visión de juego en un mismo futbolista. Después del mal final de temporada, el Real Oviedo quiere hacer bueno el himno de Melendi, y recuperar plaza en primera. Linares, Toché y Jonathan Pereira aseguran los goles. Ahora falta construir un once sólido, que funcione. Creo que Lucas Torró es un gran pilar para ello.
De ascender, en Concentaina se reforzará el orgullo ante el valor de un representante de la localidad en el fútbol profesional que ya conquistó con el juvenil del Real Madrid la prestigiosa Copa del Rey en 2013. Oviedo y Real Madrid retoman con esta cesión una relación que históricamente ha sido habitual. En los 90 el portero Carlos Cano o el defensa Joyce Moreno abandonaban la disciplina del Castilla para competir en el Tartiere en primera. También hay que recordar que uno de Aranjuez, Juan Luis Mora, que militó en el equipo de su localidad, fue una de las caras más reconocidas del Real Oviedo en los años 90.
Sea como fuere, es momento de desear una temporada muy prolífica a Torró. Su profesionalidad y espíritu de sacrificio están garantizados. Hay que felicitar al Real Oviedo por esta gran incorporación. Y ya puestos, si ascienden, será el momento de bailar Paquito El Chocolatero Concentaina después de haber visto las pinturas rupestres. Y bueno, habrá que pedir a Carolina Ferré que ejerza de bella maestra de ceremonias en el homenaje que se merecerá un Torró que apunta muy alto.