Luka es un marciano

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Sólo los elegidos son capaces de jugar a cámara lenta. Luka ocupa la baldosa de playmaker. Frontal a canasta, a unos 8 metros y medio del aro. Bota con la izquierda y rápidamente se cambia el balón de mano. Aprovecha el tibio bloqueo de Hunter para salir por el lado derecho y dejar atrás a Beaubois. 

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La película se rueda a cámara lenta, con ese slow que sólo los buenos de verdad son capaces de activar. La enorme figura de Voigtmann se interpone en el camino de Luka. El esloveno no piensa y luego actúa. Actúa y luego piensa. Congela la acción de manera imperceptible, con una de esas pausas que sólo se pueden intuir cuando ves la jugada repetida decenas de veces. Lo que viene a continuación es el asombro.

Asombro es gritar "¡ohhhhhhh!". Asombro es decir "ahí va". Asombro es abrir la boca y mirar al que tienes al lado para constatar que eso es real. Seguro que todos habéis visto ya mil veces lo que hizo Luka en Vitoria. Lo de pasarse el balón entre las piernas es una marcianada, pero a mí me flipa mucho la bandeja-bomba que suelta luego como el que pasa por ahí. Porque esa delicatesen sin cesta final hubiera sido menos gourmet. Luka convierte en una canasta fácil una bola que toca el cielo de Vitoria. Y lo hace con paso antinatural, ya que el último que posa es el pie derecho. Es tremendo, de verdad. La madre que lo parió.

Aplausos espontáneos en el Buesa, una pista muy hostil para el Madrid. Carrera de Luka para hacer con Taylor el típico choque de pechos NBA. Sonrisa de tontos de Ayón, Suárez y todo el que pasa al lado del niño éste. Y el gesto de Laso. Sí, ese "tranquilo, chaval" detrás del que se intuye "joder con el extraterrestre este". A Luka le queda muy poco para ser mayor. Aún no puede conducir ni estrenarse en un Bingo, pero ya es el mejor jugador del posiblemente mejor equipo de Europa. Desde que está en la élite no se le ha visto ni un solo gesto que confronte con la humildad. Ni un detalle, ni un tic, ni un atisbo. Nada. "Lo aprendí de Llull en los entrenamientos", dice el muchacho. Doncic es uno entre un millón. Estoy plenamente convencido de que Luka es un marciano.