Bajo mínimos
El Real Madrid sufre su primera derrota en Liga Endesa, tras perder en el clásico, donde solo destaca Luka Doncic con 20 puntos y 10 rebotes. El mal porcentaje en triples y la escasa aportación del resto de jugadores, condiciona a un equipo muy cansado en pleno mes de Noviembre. Felipe Reyes con 8 ptos y 10 rebotes vuelve a destacar entre la escasez de jugadores interiores.
Llegaba el primer clásico de la Liga Endesa, dentro de una semana donde los madridistas le estábamos buscando soluciones al boquete que dejaron dentro de la zona, los interiores de Maccabi Fox Tel Aviv el pasado jueves en la derrota del equipo blanco en la Euroliga. La reciente lesión de Gustavo Ayón, aceleraba los trámites para traerse otro pívot para el resto de la temporada. La llegada de Walter Tavares al conjunto blanco, abre un halo de esperanza para solventar los dichosos problemas en el juego interior. El problema, era que venía con dos entrenamientos a enfrentarse a uno de los equipos más físicos de Europa, el FC Barcelona, que desde hace varias temporadas ha tenido siempre la complicidad arbitral en las acciones bajo el aro. Sea lo que fuese, los aficionados estábamos más pendientes de reforzar el juego interior, que del partido que teníamos enfrente. Más importante por la calidad de ambas plantillas que por el devenir de la temporada, se venía un partido grande al WiZink Center, dando comienzo a una semana muy dura en lo físico para los de Pablo Laso. Ambos equipos vienen de sendas derrotas en la Euroliga y posiblemente el partido de anoche, valiese para comprobar cual de los dos equipos quedaría más tocado.
El debut de Edy Tavares tardaría en llegar y Pablo Laso decidió dar inicio a Anthony Randolph y Felipe Reyes como pareja interior titular. Era lo más importante del inicio del partido, junto recuperar el mejor juego de Luka Doncic, algo de lo que el Real Madrid estaba muy necesitado. El partido empezó muy igualado, con un Real Madrid muy intenso, como siempre en estas citas. Tan intenso, que fueron hasta cuatro, las pérdidas de balón que tuvieron los jugadores blancos en el primer cuarto. La intensidad ya la demostraba el marcador, 15-12 en el minuto 5, con un acertado Luka Doncic autor ya de 6 puntos en dos triples, mientras que el base contrario, Thomas Heurtel, no empezaba nada fino el partido. Todo lo contrario que la pareja interior titular. Kevin Seraphin ya había anotado sus 6 primeros puntos mientras que Moerman había un triple desde la esquina para lograr 9 de los 12 puntos de su equipo. Nuevamente, el fantasma del problema interior del Real Madrid se volvía a consumar. No solo en defensa, sino también en ataque. El escalofriante 0/6 en tiros de campo de Anthony Randolph en el primer cuarto no dejaba muy tranquilo a Pablo Laso que dudaba si era necesario contar ya con Walter Tavares en cancha. Pero el primer cuarto realizado por Luka Doncic con 10 puntos en 7 minutos, llamaba a la tranquilidad local con el 19-12 en el minuto 7 de partido. El descanso merecido del nuevo líder madridista, acompañado al de Felipe Reyes con el estreno de Tavares, supuso un mazazo para el Real Madrid. Desde ahí hasta el final del primer cuarto, un 0-6 de parcial para el FC Barcelona dio al traste por el empeño inicial, dejando el resultado 19-18 al final del primer cuarto. El 35% en tiro de campo del equipo madridista era impropio de un equipo que iba por delante en el marcador y con más rebotes – 11 por 10 – que el rival. Los 10 puntos de Doncic, era de lo único que podía presumir el Real Madrid junto a los 4 rebotes del incombustible Felipe Reyes, quien es el verdadero alma del equipo blanco.
La curiosidad empezó de inicio con la segunda unidad madridista. Rudy Fernández y Jeff Taylor, compartían quinteto con Trey Thompkins, ausente más de un mes y los fichajes de última hora Chasson Randle y Edy Tavares. Mientras el Barcelona seguía haciendo daño con sus interiores, esta vez con Pierre Oriola y Ante Tomic, que anotaron los primeros 5 puntos del Barcelona en el segundo cuarto. Por lado madridista, el colegiado Emilio Pérez Pizarro, le daba su particular bienvenida a Walter Tavares a la Liga Endesa, indicándole dos personales en cuatro minutos de juego, mientras su defensor se jactaba de empujarle y sacarle de posición. Ante Tomic seguía martilleando al Real Madrid desde la zona con sus 7 puntos, 3 rebotes y – curiosamente, un dato que nunca falla – 5 faltas recibidas y sólo 1 señalada. Gracias al croata, el FC Barcelona consiguió remontar hasta ponerse por delante en el marcador 28-31 minuto 15, pero la raza de Rudy Fernández en defensa y el acierto de Thompkins en ataque daba de nuevo el empate en un segundo cuarto loco de anotación. También fomentado por las 16 faltas sancionadas – 9 del FC Barcelona y 7 del Real Madrid – lo que hacía suponer, que la compensación arbitral favorecería a los azulgranas al final del partido. A pesar de la igualdad del partido 36-37 minuto 17, la gran diferencia en el partido, era que el Real Madrid no encontraba un segundo anotador tras Luka Doncic que se encontraba muy solo en ataque, mientras que en el Barcelona, los pívots blaugranas se iban comiendo poco a poco la zona madridista. Hasta 28 puntos sumarían entre Seraphin, Moerman y Tomic, mientras que únicamente 9 serían los que sumasen Randolph, Felipe, Tavares y Thompkins en la primera parte. Se mostraba lógico donde estaba el punto negro de este Madrid que seguía manteniéndose dentro del partido gracias a los tiros libres. Dos geniales acciones de Campazzo y un triple de Pau Ribas dejaban el resultado 45-45 al descanso. El Real Madrid había mejorado en su tiro de campo hasta el 45% contaba con los mismos rebotes que su rival y eran mejores en valoración. Pero no en las sensaciones, porque los blancos solo disponían de las individualidades de Luka Doncic con sus 16 puntos y 4 rebotes, pero ya venía siendo conocido, que, en los últimos partidos, en las segundas partes suele diluirse la estrella eslovena. El Barcelona, pese a sus notables deficiencias, estaba en partido gracias a los grandes números de su juego interior capaz de anotar el 50% de los puntos al descanso, ante tan floja defensa blanca.
Comenzaba la segunda parte con un dato tremendo. La nula anotación de Thomas Heurtel y Adam Hanga cero puntos entre los dos, y el nefasto partido de Anthony Randolph, que sumaba ya un 0/7 en tiros de campo. Tal dato no sería tan preocupante para el FC Barcelona, pero sí para el Real Madrid, necesitado de jugadores que aportasen puntos. Todo ello se vio reflejado en el escaso parcial de 7-7 en cinco minutos que mantenía igualado un partido donde vislumbrábamos las carencias de ambos equipos en la cancha. Igualmente, de lo sucedido en Tel Aviv, la nula aportación de Randolph – allí fueron las personales de Felipe – obligaban prácticamente al Real Madrid a defender sin pívots, cosa que animaba al francés Adrien Moerman a conseguir 10 puntos con un 4/5 en tiros y poner nuevamente al Barcelona por delante y hacer sonar el murmullo de los 12000 espectadores que llenaban ayer el WiZink Center. Nuevamente el acierto en el triple volvió a ser fundamental para el devenir del partido con un 27% en el Real Madrid, mientras que el FC Barcelona rondaba el 50% de acierto. Moerman lideraba un parcial de 0-7 en 3 minutos que paró el Real Madrid con la primera canasta de Randolph – tras 11 intentos – en el minuto 29. Un parcial de 6-0 en ese minuto dejaba el resultado en 61-61 al final del tercer cuarto. Como ya habíamos avisado en la primera parte, solo dos puntos más anotados por Luka Doncic nos parecía muy pobres y los ya comentados dos puntos de Randolph nos devolvía a la mente la tristeza por la lesión de Gustavo Ayón. El 40% en tiros de campo, era muy bajo para pelearle un partido al FC Barcelona, además de las 9 asistencias, que visto partidos anteriores, se me antojaba muy pocas tras tres cuartos de partido. Mientras el FC Barcelona, hacía su partido con gran acierto en el triple y con varios jugadores brillando a pesar del empate en el marcador.
Y por si fuese poco, aun tenia que aparecer Rakim Sanders en el Barcelona, que con 8 puntos clavaba un clavo más en la tumba madridista. El americano y Juan Carlos Navarro volvían a dar ventaja al Barcelona, pero el carácter del Real Madrid volvía a aparecer. Cinco puntos de Rudy Fernández - enorme con 10 puntos y 2 tapones – devolvían al Real Madrid al partido 72-72 minuto 35. Pero los puntos iban llegando a cuenta gotas, nadie más se unía a la fiesta de Luka Doncic que terminó con 20 puntos, pero unos horribles porcentajes de 6/17 en el tiro de campo. Un triple de Jaycee Carroll ponía nuevamente por delante al Real Madrid, pero sendas equivocaciones en los tiros, provocaban los nervios y las precipitaciones en los blancos, que aun tuvieron la ocasión de llevar el partido a la prórroga. Un partido que se llevó merecidamente el FC Barcelona, más por deméritos blancos que aciertos blaugranas. El mal porcentaje en los tiros del Real Madrid, sobre todo en el triple, fue una losa para los blancos que no supieron manejar el partido en ataque. Solo Rudy Fernández con 10 puntos estuvo a un nivel aceptable de anotación que vio como los estiletes Randolph solo consiguió 4 y Campazzo 6.
Este es el verdadero problema que está teniendo últimamente el Real Madrid. Se encuentra sin recursos ofensivos, más allá de Luka Doncic. Se está notando el cansancio acumulado de tantos partidos jugados a vida y muerte. Las lesiones del juego interior, provoca demasiadas posesiones del cuadro rival y realizar un sobreesfuerzo del equipo madridista. Tampoco ayuda el mal porcentaje en los triples donde los blancos parecen volver a abusar. De la misma manera que argumentábamos el fabuloso 10 de 10 de inicio de temporada, podemos utilizar el mismo adjetivo a las 3 derrotas en los 5 últimos partidos. El Real Madrid sigue líder en Liga Endesa y entre los 4 primeros de Europa. El objetivo no es estar ahora ahí pero siempre ayuda. No vamos a ponernos nerviosos por tan mala racha, pero lo que sí debe empezar a preocuparnos, es ver como el equipo no encuentra más jugadores con aspiraciones, junto con Luka Doncic y que el nivel físico del equipo para el mes de noviembre, es bastante alarmante.