Resumen de la Euroliga 21/22

El desembarco a Belgrado

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El Real Madrid ha acabado la Euroliga en segunda posición pero, ¿Cómo ha llegado hasta allí?, ¿Qué jugadores han sido determinantes?, ¿Que valoraciones sacamos? Como es habitual, desde Pobla FM os invito a leer mi reflexión de la Euroliga 2021/2022 del Real Madrid desde el capítulo uno e intentando tocar todos los palos sucedidos en la temporada europea más convulsa desde la llegada de Pablo Laso y con los resúmenes de todos los momentos vividos.

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Cuenta la leyenda, que el Real Madrid 2021/2022 se clasificaba para la Final Four. Que había hecho una plantilla con grandes nombres y presupuestos para alzarse definitivamente con una nueva Copa de Europa. Cuentan que, con la llegada del defenestrado Thomas Heurtel y la incógnita de Nigel Williams-Goss, el Real Madrid volvería a campeonar y ya se frotaban las manos con lo que podría aportar jugadores de talla como Guerschon Yabusele y Vincent Poirier que por fin podría disputar partidos en Euroliga. Lo que poca gente recuerda, es como esos jugadores llegaron a Belgrado y con achaques de batallas durante el camino que ninguno de nosotros esperábamos que fuesen a tener, ya fuese dentro de la cancha como fuera y lo más doloroso, contra aquellos que son sus aliados.

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El inicio de temporada fue exquisito con un balance de 5-2 en octubre y 5-0 en noviembre que colocaba a los blancos en una clara y merecida primera posición sujeto en tres patas fundamentales; Thomas Heurtel con sus 8.2 puntos, 3.1 rebotes, 4.9 asistencias y 10.3 valoración; Guerschon Yabusele con 13.4 puntos 4.5 rebotes 2 asistencias y 15.6 de valoración y como siempre Edy Tavares con 11.2 puntos 6.8 rebotes 1.2 tapones y 18.5 de valoración. Liderados por este trío el Real Madrid cerraba noviembre con un balance de 10-2 y con grandes victorias de mérito ante Anadolu Efes, Panathinaikos, Fenerbahce o el mismísimo Zenit San Petersburgo que causó una gran temporada. Todo era felicidad y armonía durante los primeros meses del viaje hasta Belgrado que además presumía de un nuevo premio para Edy Tavares y su galardón de MVP del mes de noviembre con 11.2 puntos, 7 rebotes, 1.8 tapones y 18 de valoración. Además, era líder de la clasificación igualado con el FC Barcelona y el Olympiacos. Pero a lo lejos, llegaba el mes de diciembre y los mejores equipos de la competición se colocaban en posición de atacar al equipo de Pablo Laso que salió del tema de la manera más irónica posible: “Firmaría perder todos los partidos, si al final termino jugando por los títulos”.

Y diciembre trajo otra batalla. El coronavirus se sujetó a la nave madridista llegando a colapsar a los jugadores que empezaban a caer de manera masiva. Empezando por Pablo Laso, le siguieron Thomas Heurtel, Fabien Causeur, Vincent Poirier, Anthony Randolph, Juan Núñez y Adam Hanga se sumaron al brote de Covid prácticamente en la misma semana dejando debilitado al ejército madridista. El balance europeo del Real Madrid dejó un 4-1 en diciembre y con varios partidos pospuestos para cuando el número de jugadores fuese el mínimo exigido para la disputa de los partidos. Antes se volvía a perder ante el FC Barcelona dejando claro que aún no se estaba preparado para afrontar un duelo contra el equipo de Jasikevicius que corría de manera agónica para conseguir su ansiado trofeo de Euroliga. Pero además diciembre nos trajo victorias ante Maccabi y Armani Milán y un duelo inolvidable contra el CSKA Moscú. A dos días de Navidad y con hasta 8 jugadores del primer equipo contagiados, más las bajas por lesión de Alocén, Abalde y Thompkins, el Real Madrid tiró de rabia y venció a CSKA Moscú con todas sus estrellas con Williams-Goss, Edy Tavares y Sergio Llull jugando más de 30 minutos y con Urban Klavzar – 10 puntos 23 minutos Tristan Vukcevic, Sediq Garuba y Baba Miller teniendo que jugar minutos para darle réplica al 8 veces campeón de Europa. Una victoria que rehabilitó el orgullo madridista que cerraba enero con la recuperación de jugadores y otro 4-0 más a la buchaca con 88 puntos de media y la famosa victoria tras dos prórrogas contra el AS Mónaco de Mike James.

Un mes de enero que trajo muchas sonrisas al Real Madrid como el MVP de Guerschon Yabusele que promediaba 15 puntos, 6.5 rebotes y 18.5 de valoración en enero. El 17-3 de balance en la primera vuelta ya apenas visualizaba a sus rivales con la mirada y las buenas noticias llegaban a la casa blanca como la vuelta de Trey Thompkins – lesionado ocho meses antes – y Anthony Randolph, más de un año parado. Y los Reyes Magos trajeron de vuelta a Gabriel Deck y la renovación bajo el brazo de Guerschon Yabusele. Todo era felicidad en Madrid a la espera de la segunda vuelta. Pero en febrero llegó el bajón y de manera insólita. La Liga Endesa advirtió al Real Madrid que el WiZink Center dejaba de ser inexpugnable con otra clara derrota ante el FC Barcelona pero con otras cuatro derrotas más consecutivas en Madrid. No así en Europa con victorias contundentes ante Olympiacos y Zenit que no hicieron más que preparar el camino a entrometerse en una tormenta perfecta imposible de salir y que trajo muchos damnificados y no solo por “los golpes” del adversario sino de los mismos aliados que callaron y disfrutaron de la primera vuelta del equipo. Febrero trajo tres durísimas derrotas, no tanto por los rivales, pero sí por los resultados. Fenerbahce 66-51, FC Barcelona 68-86 y Zalgiris 68-47 aprovecharon un mal momento inexplicable entonces en el equipo blanco que pasó de la excelencia en los cuatro primeros meses de la temporada a la más absoluta oscuridad en el juego.

Con los mismos jugadores de siempre, con las “altas” de Randolph, Thompkins y Deck pareció ser la peor noticia para el juego blanco. “Desaparecieron” Heurtel, Williams-Goss, Yabusele, Abalde, Poirier… no eran ni una sombra y mucha gente se frotaba las manos para expresar su enfado y en momentos insultos contra jugadores, entrenadores y otros que no pensasen como ellos, que no los querría yo ni para mis enemigos. La temporada avanzaba y marzo siempre ha sido el sprint final de la Euroliga para colocar a todos los equipos en predisposición de llegar al playoff de cuartos en abril. Al menos, la primera fase de la temporada ayudó a que los blancos mantuviesen su plaza de ventaja de campo en playoffs pero comprobó como FC Barcelona, Olympiacos y Armani Milán le pasaran por la derecha quitándole “las pegatinas” y dejando al Real Madrid sumido en una crisis que costó atajar y dio a entender que su mayor rival no sería el cruce de cuartos, sino llegar a encontrar el problema interno que 15 grandes jugadores pasasen del éxito más absoluto a la mediocridad más llamativa en la era Pablo Laso. Marzo nos dio dos victorias locales ante Villeurbanne y otra tras prórroga ante Armani Milán y otros tres duros varapalos en Estambul, Tel Aviv y Atenas. Ante Anadolu Efes el Real Madrid dominaba 72-79 al final del tercer cuarto, ante Maccabi Tel Aviv el resultado era 65-74 en el minuto 34 y se recibió un 10-0 en contra para perder el partido y ante Panathinaikos el 22-11 del primer cuarto favorable a los griegos, colistas en esos momentos, dejó ver un indiferente Real Madrid que de haber ganado aseguraba su segunda posición. Más tarde se supo realmente donde estaba el problema con el incidente de Trey Thompkins y Thomas Heurtel en Atenas que sirvió para abrir un régimen disciplinario que dejaron a los dos jugadores fuera del equipo durante 10 días y desde entonces no volvieron a jugar. En tal absoluto vendaval de noticias negativas y de pajiplantilleo el Real Madrid sucumbió en el peor partido jugado de la temporada 88-97 ante Bayern Múnich en el último partido de Liga Regular tras un durísimo 13-38 en el último cuarto.

¿Cómo se puede explicar, que el mismo equipo que llegaba a febrero con 17-3, terminase la Liga Regular con un 2-8 entre febrero y marzo? Os daré mi opinión, no era para nada un tema deportivo y que se ha tratado de puertas para adentro. El aficionado solo puede escuchar todo aquello que digan los periodistas más cercanos y sacar sus propias conclusiones. Pero en lo deportivo, el Real Madrid debía reaccionar y el calendario le colocó a Maccabi Tel Aviv en el camino y con una hipotética semifinal de Final Four contra el Barcelona en Belgrado. Y los blancos consiguieron su primer objetivo de llegar al Playoffs con una victoria conseguida en Liga Endesa y afrontó el Playoffs de manera sorprendente batiendo 3-0 al equipo macabeo que llegaba con 6-0 de balance en Euroliga. Ni siquiera los malos augurios de presencia multitudinaria de aficionados de Israel en las gradas (no llegaron a mil sumando los dos partidos) el Real Madrid recuperó su hegemonía y venció 84-74 el primer partido con 16/29 en triples, 95-66 en el segundo con 35 puntos en el primer cuarto y 75-87 en el tercero con 114 créditos de valoración del equipo. En ese momento, el equipo recuperó su forma física y los Williams-Goss, Abalde, Hanga, Poirier… volvieron a ser parte de un juego coral y decisivo que hicieron llegar a los blancos a la Final Four con un balance de 9-0 entre Liga Endesa y Euroliga promediando casi 9 puntos y 100 de valoración y con ganas de revancha ante el FC Barcelona.

¡Tierra a la vista! Belgrado esperaba al Real Madrid muy motivado pero lleno de arañazos sufridos durante las 36 batallas anteriores que le hacían llegar con un 26-10 de balance a la cita donde muchos madridistas no dudaban estar en enero y veían imposible en marzo. Ahora a competir y el Real Madrid lo hizo batiendo por segunda vez en siete partidos al FC Barcelona este año y cediendo en un mal final ante el doble campeón Anadolu Efes en la final. La final, el último partido del año, el último desembarco y la última tierra por visitar. Ahora te puedes relajar mirar al horizonte y sacar tu propia conclusión del 27-10 del Real Madrid lleno de magulladuras y con bajas inesperadas al comienzo de la temporada. Los viajes de nueve meses te traen sol, nubes, tormentas, tsunamis… y tienes que aprender a sobrellevarlos, porque solo al final podrás entender el trayecto realizado y aquí hemos explicado con números lo sucedido. Ahora sí se puede reflexionar de una temporada tormentosa que te ha llevado al final del camino.