Fuera de dudas
Repaso a la temporada 2016/2017 del Real Madrid
El Real Madrid 2016/2017 despertó dudas entre sus aficionados tras perder la Euroliga y la Liga Endesa. En este post intentamos tirar de datos para determinar los pros y los contra de un equipo que ha conquistado un título esta temporada marcada por los 82 partidos oficiales que ha tenido que disputar en los últimos 9 meses.
Hace unos 9 meses escribía sobre el nacimiento del Real Madrid 6.0 en focalizado en los jugadores y no tanto en los objetivos marcados. Quizás todos teníamos la sensación y la intuición de que el Real Madrid iba a estar sí o sí en la lucha por los títulos y lógicamente el nuevo objetivo marcado sería el de conseguirlos. Tras cinco años de buenas sensaciones la gran mayoría de seguidores blancos esperaban con gran ilusión una temporada durísima que tenía marcada en rojo el fin de semana del 19 al 22 de mayo con la disputa de la Final Four de la Euroliga. Y es que el nuevo formato de la máxima competición internacional había sido modificado de tal manera que no era necesario estar a tope para evitar una hipotética e inoportuna eliminación. Además, la renovación de Gustavo Ayón, uno de los pilares del cuadro de Pablo Laso en las últimas dos campañas, y los acertados fichajes de Othello Hunter y Anthony Randolph – juntando a un temido juego interior, el mejor de Europa – eran las mejores noticias para una siempre hambrienta afición en busca de títulos y con la vista puesta en la conquista de la Euroliga.
Pero nueve meses después solo se habla de dudas. Dudas sobre jugadores, sobre el entrenador, sobre las gestiones de las competiciones y lo más grave, sobre el proyecto. Hace apenas un mes el Real Madrid decía adiós a la Euroliga en la Final Four de Estambul y solo han pasado ocho días desde que Valencia Basket levantaba el título de Liga Endesa robándole al Real Madrid la oportunidad de repetir título por tercera ocasión consecutiva. Por culpa de este fatídico mes, los aficionados madridistas tildan esta temporada de irregular, enfocando sus críticas en el estado físico de ciertos jugadores – incluyendo el sobreesfuerzo de Sergio Llull durante la temporada – las rotaciones de Pablo Laso y el agotamiento del proyecto iniciado con la llegada del entrenador vitoriano. Este maldito mes iniciado el 19 de mayo y finalizado el pasado 16 de junio ha sido tachado de inaceptable dentro de un club obligado a ganar. Ya lo dijo recientemente el mismísimo presidente del club, Florentino Pérez, valorando el esfuerzo del entrenador madridista, pero advirtiendo de la necesidad de títulos a los que siempre ha ido ligado el nombre del club más importante de la historia.
Hablábamos en aquel artículo de introducción de la temporada, que el Real Madrid podría aspirar a un máximo de 89 partidos oficiales. Lo disputado esta temporada por el Real Madrid han sido 82 partidos – 42 de Liga Endesa, 36 de Euroliga, 3 de Copa Rey y 1 de Supercopa – durante 9 meses de competición. Un 73% de victorias que le hubiese colocado como 3º mejor récord de la NBA detrás de los Warriors de Durant y por delante de los Cavaliers de LeBron James. Con parciales demoledores que le colocaron como líder en la temporada regular de Liga Endesa y líder en la temporada regular de la Euroliga. Un dato fantástico que se unía en el mes de febrero de una nueva edición de la Copa del Rey y que colocaba a los jugadores de Pablo Laso en franquicia para afrontar los diferentes Playoffs de ambas competiciones. Los fichajes de Othello Hunter y Anthony Randolph respondían en cancha y el liderato de Sergio Llull se había convertido en indiscutible como demuestra ser el MVP de Liga Endesa, Euroliga y Copa del Rey. Pero la confianza en cualquier proyecto deportivo la traen los títulos y más aún cuando tienes a un entrenador mirado siempre con lupa y con revolver apuntando a su sien en cada momento.
Pero no voy a defender a Pablo ni tampoco a sus jugadores. Han tenido su momento de culpa de no lograr mejores resultados al finalizar su campaña, es cierto. Pero creo que en resumen no podemos tildar de fracaso el proyecto 2017, ni mucho menos pensar de estar ya acabado. Su 21/8 en 2016 y su 30/7 – sin contar Playoffs – en 2017 son datos espectaculares de un equipo que nuevamente ha peleado y disputado todos los torneos disputados, llegando a la final en Liga y Copa y a semifinales de Copa de Europa, algo que solo ha conseguido igualar, el Valencia Basket. Un Valencia Basket que ha sido justo campeón de la Liga Endesa a pesar de que ni su propio entrenador creía en llegar a este resultado como demuestra abandonando la dirección técnica del equipo, cuando se vio incapaz de ganar la Eurocup un mes atrás. Un Valencia Basket que le ganaba la Liga Endesa al Real Madrid, el mismo día que los otros dos representantes de la Liga Endesa en la pasada Euroliga cambiaban de entrenador – Sito Alonso a Barcelona y Pablo Prigioni a Baskonia – algo que no por ser casual, es llamativo.
Pero volvemos a las dudas en el Real Madrid. Sus 20 partidos entre Playoffs de Euroliga y Liga Endesa se saldaron con 13/7 un 65% de victorias. Pero los títulos no llegaron, por miles de condiciones y casualidades. Por ejemplo, el tiro anotado, con posible salto entre dos o pasos, por Dubjlevic en el segundo partido – iban 1-1 – de la Final de Liga Endesa con el partido igualado dentro del último minuto pudo haber cambiado el devenir de la serie. O la victoria del Fenerbahce en la prórroga ante el Barcelona en el último partido de la liga regular en la Euroliga. Una derrota hubiese supuesto jugarse los cuartos de final contra CSKA de Moscú u Olympiacos en los cuartos de final, lo que pudo haber ocasionado un mejor rival para el Real Madrid en las semifinales de la Final Four. Podemos coincidir de que el nivel físico de los jugadores no era el idóneo dentro del último mes de competición. Quizás Pablo Laso pudiese haber hecho más rotaciones dentro del plantel, pero resulta que 3 días después de la disputa de la Final Four, el Real Madrid iniciaba sus 10 partidos – en un mes – de playoffs de Liga Endesa. No creo, amigos míos, que ninguno de vosotros quisierais darle descanso a los jugadores importantes en estos partidos.
Pero hablar ahora de final de proyecto o caducado, me parece bastante excesivo. Primero porque este proyecto dio comienzo en el 2012, con los mismos títulos que 6 años después con la salvedad de que este año se juega una final four, algo que ese año no ocurre. A pesar de ello, aquella copa del rey en el Sant Jordi se celebró casi tanto como la Euroliga ganada en el 2015. Muy parecidas fueron las celebraciones de las ligas del 2013 y 2016 en casa, como la de 2015 en el Palau Blaugrana. Y que decir de las 4 copas del Rey – 3 consecutivas – que este proyecto dirigido por Pablo Laso ha conseguido. Dentro de este proyecto han estado jugadores como Nikola Mirotic o Sergio Rodríguez, ambos galardonados en la Euroliga, y que muchos de nosotros no encontrábamos sustitutos en Europa. Este proyecto ha disputado 19 finales en 25 torneos oficiales disputados, consiguiendo 13 títulos, uno este año y cuatro el último trienio. Son datos que están escritos en la historia del club, no me los invento yo. La importancia de creer en un proyecto no es quien lo dirige sino los frutos que da.
Por tanto, es fácil sacudirle a Pablo Laso un aluvión de críticas sobre como gestiona las temporadas. Pablo es un tío afable, que admite las críticas de la misma manera que celebra sus triunfos en el baloncesto. Un padre que cuida de que sus hijos sepan diferenciar el bien del mal y jueguen para un equipo, como ejemplo las auto críticas de Gustavo Ayón o Luka Doncic o las palabras sacadas de carácter de Felipe Reyes, Sergio Llull o el ya añorado Andrés Nocioni. No he escuchado aun a ningún jugador de FC Barcelona, de Baskonia o del mismísimo CSKA de Moscú hacer autocrítica de sus malas temporadas. El nivel de algunos jugadores blancos no han sido el esperado… ¿pero por quién? ¿Esperabais que Hunter hiciese doble doble tras noche, Doncic asistiera lo que el Chacho Rodríguez o que Jaycee Carroll tuviese más de un 50% en sus lanzamientos? No, vuestras dudas vienen porque en los tres últimos años se ha ganado menos títulos que en todo el 2015.
En mi opinión, Sergio Llull ha jugado mucho, demasiado. Es cierto que el carácter y el acierto del base de Mahón le han convertido en líder de este plantel y por tanto ha de jugarse cada balón importante en cancha. Quizás por ello, sus compañeros hayan dado un paso atrás, incluido Gustavo Ayón que este año ha estado más intermitente. Las buenas noticias de la temporada las ha traído Luka Doncic, un chaval de 18 años que ha demostrado que no le puede la vergüenza para ganarse la confianza de su entrenador en los partidos más calientes de una dura temporada y otro chaval de 37 años llamado Felipe Reyes que sigue demostrando cada año que pasa la calidad que atesora para ser el rey del rebote no solo en España sino también en Europa. La nota negativa si me permitís, se la doy a Anthony Randolph. No por sus números sino más bien por su esperada calidad e importancia dentro del roster madridista. Nos ha faltado su determinación y su potencia como compañero de fatigas de un cansado Sergio Llull al final de la temporada. Espero que haya cumplido ya su “Rookie Wall” y el próximo año volvamos a disfrutar de la calidad y de la importancia de todo un jugador NBA.
Y de aquí a lo que pase en un futuro, nadie mejor que mi compañero y mejor amigo, Carlos Sánchez Blas que, para Pobla FM, nos dibuja como pinta el futuro de este Real Madrid al cual su proyecto, sigue vivo…muy vivo.