Giorgi Shermadini : el hombre que amenaza al Real Madrid
El pívot georgiano, MVP del mes de enero en la Liga Endesa, es la principal baza del MoraBanc Andorra para buscarle las cosquillas al todopoderoso Real Madrid. Hablamos con él y con su entorno deportivo más cercano.
En el ranking mundial de la FIBA, la selección de Georgia ocupa actualmente el puesto nº47. La Federación georgiana es relativamente joven dentro de un país que, como tal, apenas cumple un cuarto de siglo de camino libre. El 9 de abril de 1991, la República de Georgia se independizaba de la URSS, en esa desintegración paulatina del imperio soviético que dejó el gigante comunista reducido a la nada en apenas unos meses.
La URSS desaparecía de manera oficial el 25 de diciembre de 1991. Pocos meses después, el baloncesto de Georgia se hacía miembro de pleno derecho de la FIBA, aunque no jugaría su primer partido internacional hasta mayo de 1995, con derrota contra Polonia. Transcurridas más de dos décadas de aquello, Georgia afronta el próximo septiembre su cuarto Eurobasket de la historia, su cuarto Eurobasket consecutivo. Si nada raro sucede, Giorgi Shermadini (Mtskheta, 1989) volverá a estar con los suyos de nuevo, como ya lo hizo en 2011, en 2013 y 2015.
El pívot del MoraBanc Andorra es uno de los fijos de un plantel donde figuran grandes nombres como el de Zaza Pachulia, el interior de los Golden State Warriors que casi se mete en el All-Star 2017 merced a las votaciones del pueblo georgiano, volcado con su estrella internacional.
Mientras que Pachulia sueña con un anillo de campeón de la NBA al lado de Curry, Durant y compañía, mientras que desempeña para esa empresa una labor de brega, de pelea en la zona en un equipo donde lo interesante pasa por las zonas exteriores, su compatriota Shermadini vive una realidad completamente opuesta. Porque el dorsal 17 del cuadro andorrano es el líder de los hombres dirigidos por Joan Peñarroya. Shermadini es el faro de la entidad del Principado, que este jueves 16 de febrero volverá a la Copa del Rey 22 años después.
MVP de la Jornada 17 y MVP de la Liga Endesa en el mes de enero son los premios recientes de Shermadini, el líder del MoraBanc Andorra, de ese equipo que en muy poco tiempo ha pasado de la LEB Plata a medirse en cuartos de final de la Copa al Real Madrid.
A la cita copera llega con 15 puntos y 8 rebotes de media y con la etiqueta de jugador referencia entre sus compañeros, de pívot dominante, de hombre a vigilar si no quieres pasar una mala noche.
Ida y vuelta en Zaragoza
Shermadini no es nuevo en España, en la Liga Endesa. En Andorra cumple su tercera etapa, tras una corta pero exitosa en Zaragoza y un regreso polémico a la ciudad maña que terminó con su salida sin jugar ni un partido desde su vuelta.
El georgiano saltóde su país en 2008, cuando dominaba la competición nacional sin haber cumplido los 20 años. Grandes equipos como el Panathinaikos, el Olympiacos, el Cantú o el Maccabi le vieron vestir sus camisetas. Hasta que en 2013, al Zaragoza entonces entrenado por el malogrado José Luis Abós, se le presentó la oportunidad de atarlo.
“Jugaba poco en el Olympiacos y no dudamos en ficharlo, porque un jugador así, con esa altura y esas cualidades, no era fácil de encontrar en España. Si se le surte de balones, si se le busca con frecuencia, es muy difícil de parar. Entiendo que el Madrid buscará anularlo, pero no va a ser sencillo”, admite para Pobla FM Willy Villar, actual director deportivo del Movistar Estudiantes y que desempeñaba ese cargo en el Zaragoza cuando se fichó a Shermanidi.
El acierto de Villar y de Abós pronto quedó patente. Shermadini, que venía de brillar en el Eurobasket de Eslovenia, floreció, hasta el punto de que el Olympiacos, el mismo Olympiacos que no había contado mucho con él, lo repescó.
El camino de ida y vuelta Zaragoza-Atenas concluiría con un nuevo aterrizaje de Shermadini en las orillas del Ebro. Pero segundas partes, dicen, nunca fueron buenas y el de Georgia, que ilusionaba a la afición maña de cara a la campaña 2014/15, se fue a Italia sin jugar ni un segundo ese curso. Una lesión de rodilla precipitó su marcha en noviembre de 2014. Volvía a Italia, a Cantú, con esa mancha negra en una afición que le quiso como suyo en el otoño de 2013. “Era el jugador perfecto para nosotros. Pero lo repescó el Olympiacos y luego ya, en su segunda etapa, no entendimos bien qué hubo, por qué una vez recuperado de la lesión se marchó a Italia en lugar de jugar con nosotros…” relata J.D., uno de los testigos de primera fila de todo lo que rodeó a Shermadini en sus dos etapas zaragozanas.
“Fue duro, sí, hubo problemas en Zaragoza. Sucedió hace demasiados años, para mí eso es pasado, está terminado y no voy a hablar más de ello”, nos señala Shermadini, que no duda en abarcar y analizar todos los puntos que desde Pobla FM le planteamos.
“Sé que ahora mismo estoy en una de mis mejores temporadas en la ACB. Todo jugador desea estar aquí, en esta competición. En mi primera experiencia en Andorra me sentí bien, mi familia se sintió bien y por eso nos quedamos. Fue una buena decisión tanto para mí como para el club”.
El de Georgia cumple su segunda campaña con el MoraBanc Andorra y lo hace como el hombre alrededor del cual gira el juego de sus compañeros. Y eso que en el verano de 2015 su nombre no era el primer que estaba sobre la mesa para reforzar las posiciones interiores del equipo.
“Buscábamos un pívot referente y la primera opción no era él. Pero surgió su nombre y a pesar de que había tenido problemas físicos previos, vimos que estaba bien, que había cerrado bien la temporada en Cantú y lo fichamos. Queríamos que fuera eso, un referente y sabíamos que tanto sus referencias personales como deportivas eran buenas, así que sólo necesitábamos ponerle los medios para que se sintiera cómodo”, apunta al otro lado del teléfono Francesc Solana, director deportivo del club andorrano.
“Sí, él se siente referente y el equipo ha sabido entenderlo. Él rinde y se siente acompañado. Domina el poste bajo, tiene buenas manos, sabe moverse bien y juega de espaldas como pocos en ACB”, concluye Solana sobre el análisis de su hombre.
“Estoy dando todo lo que tengo dentro. Todo el mundo sabe que mis compañeros juegan para mí y que esperan que haga algo por el equipo. Puede ser lo que ellos dicen, lo que tú dices acerca de ser un líder, pero yo sólo trato de hacer mi trabajo en cada partido, en cada entrenamiento, en cada momento”, prosigue el pívot.
“Shermadini tiene un rasgo característico que lo hace muy valioso: dispone de una enorme capacidad de producir cerca del aro. Bien para finalizar, puntear tiros o forzar situaciones. En pocos minutos acumula altas valoraciones y es muy productivo sin necesidad de acumular demasiado balón ni tiros para él. Eso, en un equipo de ritmo como el Andorra, permite aprovechar segundas opciones y convertirlas en canasta. Presenta virtudes que son diferentes a las que ahora parece que se imponen en los hombres grandes. Por eso también posee ese punto atractivo”, nos analiza David Sardinero, director de la revista Gigantes.
“Pocos, pero buenos”
El crecimiento del baloncesto en Georgia es una realidad que se marca cada año impar desde 2011. Esa fue la fecha de su primer Eurobasket y no se han vuelto a caer de la gran cita europea. “Vamos a más, estamos mejorando. No somos muchos los jugadores que competimos fuera de Georgia, pero somos buenos”. Shermadini es sólo un ejemplo más de esa internacionalización abierta por Nikoloz Tskitishvili, nº5 del Draft de la NBA 2002 y capitalizada por Zaza Pachulia, el mejor jugador del país y el más mediático. En España juegan algunos otros, como Tornike Shengelia (Baskonia) y Beka Burjanadze, compañero de vestuario de Shermadini.
En un clima de dinero y más dinero dentro del mercado de la NBA, que volverá a repartir millones por doquier el próximo verano, y dentro de un éxodo masivo de jugadores hacia el otro lado del Atlántico, es inevitable plantearse si nuestro protagonista tendría sitio allí.
“A priori diría que no, que Shermadini sufriría mucho en defensa en la NBA, obviamente y que sería una debilidad demasiado grande para poder compensarla en ataque. Pero en el nuevo contexto al que nos enfrentamos, con plantillas más largas por encima de los 15 jugadores, entiendo que podría tener hueco. No creo que nunca llegase a ser determinante por esos problemas atrás, de movilidad lateral, falta de capacidades atléticas, para jugar y anotar por encima del aro, etc, pero en un rol concreto y no demasiado grande, no desentonaría”, señala Sardinero.
“Todo jugador piensa en algún momento en ir a la NBA. Nadie conoce lo que le va a deparar el futuro. No te puedo decir si seguiré aquí en Andorra, en Europa, quién sabe. Ahora mismo estoy muy bien aquí, pero sí, por supuesto que quiero jugar en la NBA”.
Cerramos la conversación con Shermadini. El porvenir corto, el que sí se conoce, marca un duelo complicadísimo frente al mejor equipo de la actualidad en España, el todopoderoso Real Madrid. Un paso de gigante para el Andorra, suceda lo que suceda en esos cuartos de final. Y un momento importante para que Shermadini siga demostrando que a un líder se le elige por algo. Él lo es. Y actúa en la pista como tal.