Gustavo Ayón y otros menesteres
No recuerdo un verano así de loco en el Real Madrid de baloncesto. Ha sido terrible... está siendo terrible. El eje sobre el que han pivotado todos los movimientos desde los despachos ha sido mejicano: Gustavo Ayón. El lunes se cerró la operación con más toboganes que recuerdo. Tres temporadas con un salario muy potente. El Madrid ha conseguido lo que quería, que Ayón no sea una renovación cualquiera, sino uno de los pilares de su proyecto deportivo.
El Titán de Zapotán ha jugado con fuego. Y no se ha quemado porque Juan Carlos Sánchez le ha dado una segunda oportunidad a pesar de que hace un par de semanas estaba muy molesto con Gustavo. El club y el jugador alcanzaron un preacuerdo, pero cuando el Madrid le envió el contrato definitivo para que lo firmara, Ayón y su representante demoraron la respuesta. En ese momento volaban dólares desde la NBA y el mejicano no querría desperdiciar una más que posible oportunidad, de esas difíciles de rechazar. La sección meditó... y se movió.
Cerró un acuerdo con Anthony Randolph, uno de los actores más cotizados del mercado. En una mañana de mucho teléfono y excitación, el americano recibió ofertas casi simultáneas del Barcelona y del Real Madrid. Juan Carlos Sánchez y Alberto Herreros daban por perdido a Ayón y gestionaron con brillantez una situación de crisis. Se hicieron con un jugador dominante, se lo birlaron al eterno rival y, de postre, colocaron una enorme mochila de presión en las espaldas de Machete. Salvaban con acierto el corto plazo y, casi inconscientemente, activaban el medio y largo.
El esfuerzo que ha hecho el Real Madrid para que continúe Gustavo Ayón ha sido salvaje. En todos los sentidos. En fondo y forma. Fue el propio club el que reactivó la operación tras comprobar que la millonaria renovación de Udoh cerraba el camino del mejicano en el Fenerbahce. Los que conocen de verdad a Juan Carlos Sánchez dicen que no suele conceder segundas oportunidades en las negociaciones. Pues bien, a pesar de su enorme cabreo con el jugador, lo hizo. El pasado lunes Ayón le dio por fin el sí al Real Madrid hasta el año 2019.
Es evidente que Randolph y Ayón van a jugar juntos en el Madrid porque van a cobrar mucho dinero. La sección ha hecho cuentas y le salen. La salida de Sergio Rodríguez, dolorosa en lo deportivo, le va reportar al club una cantidad importante con la que no contaba en la idea inicial. Randolph caduca pronto, todos dan por hecho que en el verano de 2017 se marcha a la NBA. Por eso decíamos antes lo del corto y medio plazo. El Real Madrid aseguró el corto por miedo a perder el medio... y al final ha aglutinado ambos para conformar un juego interior sencillamente descomunal. ¿Problema con los extracomunitarios? Creo que este verano es el punto de inflexión para convertir este asunto en algo casi anecdótico.
La prioridad es la Euroliga. Y mucho más esta Euroliga. 30 partidos en la primera fase, hasta un total de 37 en 7 meses si quieres ser campeón. Algunas semanas con dos jornadas europeas, martes y jueves o miércoles y viernes. Claro que el Real Madrid preferiría contar con el pasaporte comunitario de Ayón o que Randolph no hubiera nacido en una base americana de Alemania, pero a día de hoy (que dirían los políticos), la idea del Madrid es quedarse con los 3 extracomunitarios, las dos estrellas más Thompkins. No cometeré la imprudencia de hablar de la ACB como una competición residual para los grandes trasatlánticos, pero desde luego tiene muchas más semanas intrascendentes que la Copa de Europa. Insisto: han recibido muchos palos, algunos de ellos merecidos, pero la gestión reciente de JCS y Alberto Herreros está siendo fantástica para los intereses de la sección de basket del Real Madrid.
Lima saldrá y Fran Vázquez se ha descartado porque ya no caben más. Permitidme una breve inmersión en el terreno del basket-ficción: Creo que veremos a Llull y Rudy irse habitualmente a los 28-30 minutos, pero no será así en el juego interior, donde el Madrid posee una batería bestial. Talento, dureza y veteranía, difícil encontrar en Europa algo parecido a Ayón-Randolph-Hunter-Felipe-Nocioni-Thompkins. Una barbaridad. Un poste para competir por la cotizadísima, cada vez más, Copa de Europa.
Más cosas. Draper regresa, pero no es el recambio del Chacho. Ese relevo es Luka Doncic. Él quiere dar un paso adelante y el Madrid espera que lo dé, ya que todo lo que trasmite, con y sin balón, es maravilloso. Ya sabéis, un niño sin carné de conducir que ya ha ganado 2 Ligas. El rol del americano con pasaporte croata será otra vez muy concreto y necesario. Para el perímetro: Carroll, Rudy, Maciulis, Taylor... y falta uno. Aquí aparece la figura de Claver, que además de provocar un gigantesco salto de calidad solucionaría el hipotético problema de los cupos. Es cierto que el Madrid solo necesita 4 (Llull, Rudy, Doncic y Felipe), pero los dirigentes consideran una temeridad dejarlo todo al azar de una inoportuna lesión. Sánchez y Herreros continúan trabajando en una operación que a día de hoy se da por (casi) imposible. Valencia Basket no baja de los 2 millones de euros y no quiere a Campazzo para rebajar las cantidades. El jugador desea jugar de blanco, pero sabe que ahora mismo es quimérico. Lo normal es que se vaya de España para disputar la Euroliga con otro club. En ese caso, la idea del Real Madrid es contar con Álex Suárez, propiedad del club y cedido el año pasado en Bilbao. 14 fichas con 5 cupos.
Estamos a mediados de julio del verano más delirante que recuerdo, por lo que sería imprudente pensar que no puede haber más sorpresas. Fijaos lo que pasó con Sergio Rodríguez en cuestión de horas. El mago canario no escribió ni una sola mentira en su carta de despedida, fue completamente sincero. El guión se escribió como él relató, tal cual. Entre otras cosas porque es un buen tío. Cortamos y cerramos... de momento.