Copa del Rey: Final: Real Madrid 90 FC Barcelona 92

Hasta el final, vamos Real

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El FC Barcelona fue justo vencedor de la Copa del Rey, básicamente por conseguir un gran parcial en el tercer cuarto. Pero con 50-68 en el minuto 25 y muchos madridistas saboreando la derrota, los de Pablo Laso se levantaron para conseguir un 40-24 en 15 minutos, para poner a los azulgranas contra las cuerdas. Hasta tres ocasiones tuvieron los blancos de llevarse la victoria, pero un error arbitral, les apartó de la prórroga.

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Nunca creí que un partido fuese a ser como el de anoche. Siempre avisé que este Real Madrid tenía algo, que no se puede expresar con palabras, que no traen los jugadores. Es una motivación extra, algo que se lleva en este escudo, desde que Pablo Laso es entrenador madridista. Yo lo he denominado Lasismo, porque es una entrega y un coraje difícilmente repetible más allá de sus 7 años como entrenador. Yo no me voy a esconder, como muchos periodistas que siguen la actualidad del Real Madrid. Yo he visto el partido perdido, en el tercer cuarto, cuando los azulgranas, exultantes de ambición e ilusión, vencían por 18 puntos al Real Madrid, apagado y derrotado moralmente. Yo estaba como ellos, comprobando que los tiros no entraban, de ninguna manera, de ningún jugador. Buscaba la mejor escapada posible, pero nuevamente, Pablo Laso y el Real Madrid, me recordaron la providencia del grito principal de la afición “Hasta el final, vamos Real”. Un grito de aliento, que no es solamente un deseo, sino un toque de aprobación a lo que estaba pendiente por venir. 38 puntos y un último tiro para ganar el partido, para ganar la Copa.

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Era un partido importante, de lo cual Pablo Laso, decidió colocar a sus dos bases desde el principio, con Causeur, Tompkins y Tavares compartiendo quinteto. El partido comenzó típico de una final, con muchos nervios y muchas pérdidas de balón donde los tiros libres aportaban los puntos en el marcador, hasta el 10-8 del minuto 5. Y es que el Real Madrid, a estas alturas, ya llevaba cuatro pérdidas de bola, mientras que Ante Tomic, volvía a tener buenos números contra su ex equipo, como viene siendo habitual. De igual manera que en los dos partidos anteriores, al Real Madrid le costaba anotar, y es que el 35% en tiros de campo del primer cuarto, volvía a ser un dato inusual de un equipo de la categoría del Real Madrid. Y en contra de lo que sucedió contra Iberostar Tenerife, apenas un 1/3 en triples, lo que indicaba el nefasto acierto desde la pintura, con inexplicables fallos en los lanzamientos. La única explicación posible, podría deberse a jugarse toda una gran final. El resultado al minuto 8 era de 14-12 con un 27% en tiros del Real Madrid y un 38% del FC Barcelona, donde solo Ante Tomic, 6 puntos, y Pau Ribas con 5, veían aro. Y es que solamente los tiros libres parecían ser vitales para llevarse el triunfo, al menos, al final del primer cuarto. Pero un estirón de los blancos, con un parcial de 7-3 en dos minutos, colocaba el definitivo 21-15 al final del primer cuarto. No dejaba de ser curioso que 11 de los 15 puntos del Barcelona, fuesen anotados por Ante Tomic y Pau Ribas, mientras que el resto de sus compañeros, andaban con un 1/11 en tiros de campo, que dejaba su porcentaje final en un 31%. No mucho mejor sería el del Real Madrid, donde Luka Doncic anotaba 8 puntos, pero todos desde el tiro libre. Solo Trey Thompkins, ayudaba un poco en la anotación del equipo blanco, dentro de un partido donde era muy complicado destacar a alguien.

No mejoraría mucho el duelo en el segundo cuarto. Demasiados fallos, demasiadas pérdidas, que hacían devolver a cancha a Luka Doncic apenas dos minutos después de haberse sentado en el banquillo. Pero las defensas seguían venciendo a los ataques. Para nada parecía todo un Real Madrid contra FC Barcelona acostumbrados a atacar sin apenas defensa. Solo un parcial de 3-7 en 4 minutos, con tres faltas sancionada al Real Madrid y tres del FC Barcelona. Además de hasta 3 pérdidas de balón tuvieron los catalanes. El 26-26 del minuto 15, nos indicaba una pobre anotación entre dos de los máximos anotadores de toda la Liga Endesa, con un Real Madrid incapaz de anotar en jugada donde solamente Trey Thompkis, era capaz de conseguir más de una canasta en juego en la plantilla blanca, hasta el descanso. Pobre bagaje, para un equipo de la categoría del madrileño, que veía a un aciago Luka Doncic con 9 puntos, todos ellos desde el tiro libre, tras su 0/5 en tiros de campo. Nos recordaba al famoso partido de Final Four contra Fenerbahce de la temporada pasada, donde el esloveno hizo 0/6 en tiros, con un -5 de valoración. Tampoco se libraba del mal partido el FC Barcelona, con Ante Tomic y Pau Ribas por encima de los 10 puntos, mientras ningún otro compañero, superaba los 6 puntos. La gran noticia que nos trajo el segundo cuarto, fue la vuelta a las canchas de Gustavo Ayón, que sorpresivamente – para mí – tuvo 3 minutos de juego para conseguir 3 puntos. Pero justo en esos minutos, le tocaba defender a un inmenso Ante Tomic, que con 12 puntos, lideró el ataque blaugrana que aprovechó para ponerse por delante en el marcador, para ya no abandonarlo hasta el final. Y es que el parcial era ya de 0-11 hasta que Trey Thomkins, conseguía el segundo triple de su cuenta. El Real Madrid consiguió nuevamente igualar el partido, pero un parcial de 0-5 final, le daba ventaja al FC Barcelona al descanso 34-40. El partido parecía estar para el equipo que reaccionase primero, y ya se veía que podría ser el conjunto de Pesic, que mejoró su tiro de campo hasta el 48% mientras que los blancos se seguían moviendo por debajo del 30%.

Mucho debía reaccionar el Real Madrid en la segunda parte, porque con ese 30% de acierto, era imposible ganar este partido. Debía reaccionar, porque el FC Barcelona estaba creciendo y con un parcial de 1-8 en 2 minutos, colocaba el 35-48 en el minuto 22. Aun faltaba mucho, pero los ánimos de ambos equipos, demostraba el gran momento del equipo catalán ante un Real Madrid totalmente superado. Durante estos minutos, los ataques madridistas eran muy precipitados e individualistas, mientras que el FC Barcelona, lo tenía todo de cara, anotando sus puntos al contrataque. El acierto azulgrana, empezaba a ser descomunal, hasta un 9/13, 70% de acierto, en tiros de campo, conseguido gracias a Tomas Heurtel en la dirección y a Rakim Sanders en la anotación. Aunque seguía siendo Pau Ribas, el total dominador del partido, con sus 17 puntos al final del tercer cuarto. Precisamente una canasta del catalán acompañado de un tapón de Sanders a un triple de Doncic, hacia saltar todas las alarmas del Real Madrid tras recibir un parcial de 6-18 en cinco minutos, o lo que es lo mismo, un 40-58 en el minuto 25 de partido. La máxima ventaja azulgrana, que motivaba a sus jugadores y aficionados y hundía la moral de los aficionados blancos, donde se incluye un servidor, incapaz de encontrar una salida a tal vendaval anotador que fue anoche el FC Barcelona, en el tercer cuarto. Digo aficionados, porque no jugadores. Y es que a pesar del 32% en tiros de campo y del 51% ya del FC Barcelona, los jugadores madridistas, seguían luchando por rebajar esa diferencia, ya no tanto en ataque, como en defensa. Y es que ya eran 9 las recuperaciones de balón que el Real Madrid había conquistado hasta el tercer cuarto. Pero ahí estaba el Real Madrid, con un 7-2 de parcial en 3 minutos, contra un Barcelona que no fallaba un lanzamiento, con un Sanders descomunal y la dirección magistral de Tomas Heurtel. Al final, la bocina salvó al Real Madrid, de un horrible tercer cuarto que terminó 52-67 para los azulgranas. La duda venía en qué debía hacer en los diez minutos finales. Pues con un 32% de acierto, solo 18 rebotes y 41 de valoración, nada más bajo que milagro, me salía decir en ese momento.

El milagro parecía desvanecerse, cuando dos minutos después, el parcial era un escaso era un 5-6, que ponía el 57-73 en el minuto 32, con un 0/7 en tiros de campo de Luka Doncic. Jaycee Carroll intentaba con sus triples remontar el partido, pero sus tiros no cesaban de ser contestados por los azulgranas con Pau Ribas y Ante Tomic como héroes. El milagro seguía estando muy lejos, parcial de 10-7 en 3 minutos, para el 67-80 del minuto 35, con Jaycee Carroll en su momento caliente con 3/3 en triples, pero contestado con un Adam Hanga muy parecido al nivel mostrado en Baskonia las 3 ultimas temporadas. Pero entonces apareció el Lasismo y el grito de guerra ya se escuchaba desde el fondo madridista. Los aficionados madridistas empezaban a creer en el milagro, al ver el esfuerzo de todos los jugadores del Real Madrid. La acción estaba clara, intensidad defensiva y acierto exterior. Muy fácil de decir, pero muy difícil de afrontar. La primera parte se cumplió, solo 3 puntos – de Ante Tomic – del Barcelona en tres minutos, por 9 del Real Madrid, ponía a los blancos a solo 7, 76-83 en el minuto 37. La segunda también se venía cumpliendo consiguiendo canastas de 3 en 3. Los azulgranas solo eran capaces de anotar desde el tiro libre e intentaba que los blancos no pudiesen lanzar desde el tiro exterior. Y entonces llegó el milagro. Con 82-90 en el marcador, y 50 segundos por jugar, con toda la afición blaugrana puesta en pie y todos sus seguidores celebrándolo antes de tiempo, el Real Madrid realizó un parcial de 8-2, con dos triples de Trey Thompkins, que con su 5/5 fue el más valorado del Real Madrid. Quedaban 10 segundos y el milagro era posible. Tras dos errores de Oriola en el triple, los blancos tuvieron la última acción para ganar. Un triple de Fabien Causeur con una dudosa mano de Oriola encima, fue fallado, mientras que el rebote ofensivo fue de Jeffery Taylor que al ir a anotar, y llevar el partido a la prórroga, se encontró con el manotazo de Víctor Claver, que los árbitros no quisieron ver y dieron por concluido el partido, con victoria y título para el FC Barcelona.

Fuera de las decisiones arbitrales, las cuales nunca se publicitaran tanto como el manotazo de Campazzo ante Unicaja, esto es la ACB, no puedo dejar de sentirme orgulloso por un equipo que en 15 minutos, le endosó al FC Barcelona, un parcial de 50-24 donde los blancos tuvieron hasta tres ocasiones ( más una fantasma) de conseguir la 15ª victoria consecutiva en la Copa del Rey. Me voy orgulloso, fuera del 1/8 de Doncic, o del 4/13 de Rudy, sino de un equipo que no ha dado nunca por perdido el partido, cosa que muchos aficionados – yo, el primero – creíamos que era lo necesario, con aquel -18. Tuvo que hacer un milagro, y lo hizo con un 7/10 en triples en el último cuarto. 90 puntos con un 42% en tiros, con 23 rebotes, por 39 del rival, y teniendo -14 en valoración. El FC Barcelona, es justo campeón, pero ha tenido que luchar y confiar en que los árbitros no sancionasen la clara acción sobre Taylor que podría haber dado una prórroga. El Real Madrid, a la decimoquinta, perdió su condición de Rey de Copas, pero se ha ganado nuevamente el amor incondicional de su afición más leal, aquella que sabe que, hasta el final, este Madrid no se entregará.