Incuestionables
#LaCopaEnPoblaFM
El Real Madrid es de nuevo el Rey de Copas, tras derrotar de forma contundente al Unicaja de Málaga, en un partido que se rompió tras el primer cuarto. Facundo Campazzo fue nombrado como MVP de la Copa tras conseguir 13 puntos y 13 asistencias. El Real Madrid consigue su 28ª Copa del Rey, la sexta de la era Laso, que consigue su 19º título en 26 finales jugadas, de 35 torneos posibles. Es el segundo título de la temporada del Real Madrid, tras llevarse este verano la Supercopa Endesa
En el deporte, como en la vida, somos valorados por nuestras rutinas y siempre se espera que seamos mejores día tras día. Cualquier cambio, cualquier defecto o salida de tono que tengamos tiene el trámite de crítica. Y si nos critican a nosotros, imaginaros a un deportista de élite mundial. Algo así le sucede a los componentes del Real Madrid cada año, cada mes y cada partido. Los trofeos se convierten en rutinas y las finales en exigencias, pero a todos nos ocupa los más de 80 partidos anuales. Si ganas, es lo habitual y miramos ya al día siguiente. Si pierdes, buscamos al culpable y exigimos el cambio. Incluso en los títulos, los que seguimos la información blanca, no nos cansamos nunca de recordar, que – contando esta Copa del Rey – el Real Madrid de Pablo Laso ha jugado 26 finales de los 35 torneos oficiales disputados desde junio de 2011. Sinceramente, si esos datos me los ofrecen de un deporte que desconociese, pensaría que ese equipo no ha tenido rival en ese periodo de tiempo. Pero en el Real Madrid de baloncesto, no se piensa así. Anoche los blancos se jugaban su 28ª Copa del Rey tras haber brillado en el torneo copero ante Bilbao Basket y ante el Valencia Basket en semifinales. Pero para la afición madridista, todo esto quedaría en anécdota en caso de derrota contra el Unicaja Málaga.
Porque apenas se hablaba del equipo malagueño, victorioso ante el sorprendente Casademont Zaragoza en cuartos y el Morabanc Andorra en semifinales. Un equipo andaluz, que merece el aplauso de todo el baloncesto español al haber colocado un quinteto completamente español en cancha, algo que desgraciadamente se ha convertido en una rara avis en la Liga Endesa. Para la final, Pablo Laso repetía el quinteto de toda la Copa, con Facundo Campazzo (14 puntos 5 rebotes y 9 asistencias de media en la Copa), Jaycee Carroll (9 puntos de media), Gabriel Deck (11 puntos 4 rebotes) Anthony Randolph (12 puntos 3 rebotes) y Edy Tavares (10 puntos 11 rebotes). Todos, menos Carroll, promedian más de 12 créditos de valoración. Precisamente los blancos buscaban salir de la misma manera que ante Valencia Basket con un 0-5 de inicio pero, el extraño cambio de Felipe por Tavares, desprotegió la zona y permitió el resurgir de Unicaja Málaga con un 6-3 de parcial para igualar de nuevo el encuentro. Y es que el “efecto final” consumió al base de Unicaja Málaga Jaime Fernández, que estando medio cojo, fue capaz de conseguir 4 puntos 3 rebotes 2 asistencias y 2 robos de balón, en los 6 únicos minutos que su físico le permitió estar en cancha. Gracias a él, Unicaja se mantuvo en partido 8-11 en el minuto 5 de encuentro. Físico, era justo lo que en esta Copa, necesita el rival del Real Madrid para pelearle los partidos. Y es que los blancos no se amilanaron y se aliaron con su 64% en tiros de dos y su 37% en triples, para conseguir anotar con facilidad. Bueno, la “facilidad” que ofrecía las 4 asistencias en este cuarto de Facundo Campazzo y el 66% en tiros de campo en el primer cuarto, que terminaba con un parcial increíble de 5-15, para llegar con ventaja clara madridista 13-26.
Y es que de nuevo, Facundo Campazzo se convertía en el líder del equipo blanco con sus 7 puntos y 4 asistencias. Y esta vez, estuvo acompañado de Jaycee Carroll en su (posible) última Copa del Rey, anotaba 10 puntos y entraba enganchado de nuevo a la competición. En Unicaja Málaga, tras la lesión de Jaime Fernández, el acierto verde desapareció entre el mar de manos que empezaba a ser la defensa madridista y que solo permitió un 31% de acierto andaluz en el primer cuarto. Y es que en el segundo cuarto, el partido continuó por los derroteros de partidos anteriores y con dos triples consecutivos de Rudy Fernández, propició un doloroso parcial para Unicaja Málaga que tuvo que buscar en defensa, lo que el aro le escupía en ataque. Y es que en apenas 14 minutos de juego, Unicaja Málaga contaba con un 0/8 en triples por un sorprendente 8/14 del Real Madrid. Así es muy difícil remontar cualquier partido y menos ante un rival de la exigencia del Real Madrid. Pero tres canastas consecutivas andaluzas, animaron los ánimos locales para llegar al 20-35 del minuto 15. Y dentro de ese periodo, llegó el primer triple de Unicaja Málaga de la mano de un soberbio Darío Brizuela que anotaba 10 puntos en este cuarto para acercar a su equipo lo máximo posible 26-35 en el minuto 17. Pero el “descanso” anotador del Real Madrid se terminó en los dos últimos minutos del segundo cuarto para, con un parcial de 2-8, llegar al descanso con un claro 28-43 para el Real Madrid. El 56% en triples del Real Madrid contrastaba con el 10% de Unicaja, además de las 14 asistencias madridistas por las escasas 2 del cuadro andaluz en la primera parte.
Mucha diferencia para una final, mucho rival para remontar y de nuevo los números conseguidos por el Real Madrid de Pablo Laso, volvían a sobresalir por las redes sociales indicando la grandeza de este equipo año tras año. Pero aun quedaban 20 minutos por jugar y la ilusión de Unicaja Málaga por ganar la Copa en casa, hacía presagiar una reacción local. Pero sí Facundo Campazzo dominó en la primera parte, Edy Tavares empezó a resurgir en la segunda. Y es que con el caboverdiano en cancha, el Real Madrid consiguió un parcial de 6-11 para superar los veinte de diferencia, 34-54 en el minuto 25. Y es que, no como en el partido de cuartos, ahora sí el Real Madrid supo jugar en un partido sin apenas faltas señaladas y donde Unicaja Málaga, no pudo igualar la intensidad madridista que en cada acción, ponía la quinta marcha para aprovechar una descolocada defensa andaluza. Porque el Real Madrid desbordaba intensidad, como puede comprobarse las dos ocasiones en las que Edy Tavares y sus 2,20 m, se tiraban al suelo a intentar recuperar los balones. Incluso el tirador Trey Thompkins, conseguía dos robos de balón y un tapón, que propició la undécima asistencia de Campazzo para el mate final de Gabriel Deck. El Real Madrid continuaba divirtiéndose y aprovechándose de su acierto triplista hasta el 52% de acierto en este cuarto que seguía contando con un 1/14 de parte de Unicaja Málaga, que no quería bajar los brazos, pero que el acierto de Carroll con 10 puntos en este cuarto, le dejó sin solución y permitió el 42-68 al final del tercer cuarto. Nadie aparecía en el Unicaja, puesto que el propio Darío Brizuela apenas lanzó un lanzamiento en los 5 minutos que disputó tras el descanso. Mientras, en el Real Madrid, ya disponían de 10 minutos para celebrar en cancha lo que hacía presagiar un nuevo título en las vitrinas madridistas.
Un nuevo título, que el Real Madrid quiso celebrar en el último cuarto, de igual manera que si el parido estuviese igualado, consiguiendo otros 27 puntos y cerrando el partido por 68-95. Un partido donde Facundo Campazzo volvió a liderar al Campeón con 13 puntos y 13 asistencias que le sirvió para llevarse el lógico MVP de la Copa del Rey, siendo otro jugador más, que engloba la cantidad inmensa de jugadores que han logrado el galardón de MVP en los 19 torneos conquistados por Pablo Laso. Porque Pablo Laso ha ganado, con el Real Madrid, 19 torneos en 26 finales, de las 35 posibles. Ha conseguido 5 de las 9 Supercopas posibles, 6 de las 9 Copas del Rey posibles (y no incluimos las dos últimas) 5 de las 8 Ligas Endesa posibles y hasta ha jugado en 6 de las 8 Final Four posibles. 523 victorias en 676 partidos jugados, que no sirven para que los jugadores y entrenador del Real Madrid, sean criticados por no ganar un partido de Liga Regular, perder 3 o 4 seguidos o no haber ganado 7 de las 26 finales disputadas. Algo que el Real Madrid y Pablo Laso, se encargan cada mes de junio de silenciar a través de los números conseguidos. Porque yo no sé que me va a deparar el futuro, pero puedo estar contento y tranquilo con este equipo mirando las hojas y hojas escritas por los éxitos de un equipo que nunca puede ser cuestionado.