Mr. Triple-Doble silencia Estambul
El Real Madrid se llevó una enorme victoria ante el vigente campeón de la Euroliga con un partidazo espectacular de Luka Doncic que hizo suyo el partido con 20 puntos 8 rebotes 10 asistencias y 10 faltas recibidas en 30 minutos para 37 de valoración. Cuarta victoria consecutiva del equipo blanco que se mantiene a una victoria del cuarto puesto de la Euroliga.
Así tal cual. Como reza el titular y el subtitulo que encabeza este artículo. Un equipo con cinco bajas de garantías viajaba a Estambul para enfrentarse al campeón de Europa. Un Fenerbahce al completo, con el ansía de costumbre de ganarle al equipo de Pablo Laso. Todo ello indicaba que una victoria anoche ante el Fenerbahce, sería una quimera. Al menos me encontraba colocando mi paraguas a mano para refugiarme ante tal lluvia de criticas que recibiría el cuadro madridista después de una hipotética derrota ante el actual campeón de Europa, pese a llevar seis victorias en los últimos siete partidos. Para un gran número de aficionados madridistas, solo importa el hoy. Pero la victoria ayer parecía demasiado esfuerzo para un equipo blanco en cuadro, sin apenas juego interior para frenar a una bestia de la naturaleza como es Jan Vesely. Si ya con todos los jugadores, ganar en Estambul es complicado, que deciros si encima faltaban la columna vertebral del Real Madrid. Para ganar a Fenerbahce, hay que limitar los errores, fallar menos lanzamientos que de costumbre y volver a pedirle a Luka Doncic que mostrase al mundo entero, toda su magia.
Pablo Laso decidió colocar el mismo quinteto que tantas alegrías le está dando últimamente con Facundo Campazzo, Fabien Causeur, Santiago Yusta, Trey Thomkins y Walter Tavares. El gran momento de forma de ambos pívots madridistas iba a ser puesto a prueba en una de las canchas más calientes de Europa. Tras un comienzo dubitativo por ambos equipos, el partido se convirtió en un duelo de acierto con un inspirado Brad Wanamaker en la dirección turca, autor de 5 puntos casi de manera consecutiva para colocar un 10-6 en el minuto 5. Los blancos respondían con un buen trabajo de Tavares y nuevamente sensacional de Santi Yusta que había ya estrenado sus guarismos en anotación rebotes y asistencias. Pero desgraciadamente, el tiro exterior decidió el partido para Fenerbahce, gracias a su 2/3 en el primer cuarto, mientras que el Real Madrid, se contentaba con un 0/4 en los primeros diez minutos de juego. Todo ello acompañado por una intensa defensa turca que no permitía buenos lanzamientos de los jugadores madridistas que además perdieron hasta 5 balones. Uno de esos balones perdidos, provocó una falta antideportiva que aprovechó James Nunnally para conquistar 7 puntos 2 rebotes y 1 asistencia en el primer cuarto, liderando un parcial de 7-0 en dos minutos y colocando un peligroso 17-6 en el minuto 7 de partido. La entrada de Luka Doncic permite detener la hemorragia amarilla, aunque solo sirviese para lograr un 0-4 en dos minutos, dejando el parcial al final del primer cuarto 17-10 favorable a Fenerbahce. A pesar de llevar un 5/7 en tiros de dos, el 0/4 en triples, dejaba un 45% de acierto en los blancos, con 5 canastas de 5 jugadores diferentes. Datos preocupantes, pese a los 6 rebotes y 4 robos de balón, pero que parecían insuficientes ante el buen partido de Wanamaker y Nunnally que lideraban al actual campeón de Europa.
La cosa estaba muy oscura, solo 10 puntos y sin ningún jugador destacable. Era, por tanto, momento para que la segunda unidad del Real Madrid entrase en funcionamiento. Y así fue con el crecimiento de la intensidad madridista con el trabajo defensivo de Jonas Maciulis y Jeffery Taylor y la entonación de un renacido en las últimas fechas, Jaycee Carroll. En apenas minuto y medio, el francotirador de Wyoming consiguió 5 puntos consecutivos para devolver la igualdad en el marcador. En apenas 90 segundos, el Real Madrid había conseguido la mitad de puntos que en el primer cuarto y al menos ya ofrecía una mejor cara ante un Fenerbahce que encontraba en Bobby Dixon toda una pesadilla desde el triple. Dos triples consecutivos en dos minutos devolvían el +8 al equipo de Zelko Obradovic. Pero la intensidad defensiva del Real Madrid no descendía ni un ápice y volvieron a secar su propio aro, donde Fenerbahce era incapaz de conseguir anotar. La – curiosa – entrada en bonus de personales de los turcos, y el trabajo en la anotación de Jaycee Carroll, colocaba de nuevo a tiro al Real Madrid que, tras un 0-5 de parcial en 3 minutos, colocaba el 25-22 en el minuto 15 siempre favorable al cuadro local. La segunda unidad madridista funcionaba a las mil maravillas, dirigida como no, por Luka Doncic. Y todo ello consiguiendo su primera canasta en juego en el último minuto del segundo cuarto, pero en apenas 7 minutos, el esloveno olía el triple doble con 4 rebotes y 4 asistencias. No cometía ningún error el esloveno hasta que perdió un balón en un saque de banda en el minuto 18 que propició dos faltas seguidas antideportivas de Walter Tavares que, por tanto, abandonó el partido. Asaltado por los recuerdos del pasado martes en el partido contra Valencia, quise ver la repetición que me sacó de toda duda. Tavares comete falta antideportiva clara a Jan Vesely y vuelve a soltarle el brazo en la continuación. Los árbitros esta vez, sí aciertan al sancionar la jugada. Algo que volvía a ensuciar el buen partido del Real Madrid hasta el momento con el 31-29 en el minuto 18 y que, ahora, tendría que disputar el partido con un único cinco nato, Felipe Reyes. Y el capitán demostró que sirve de cinco y hasta de cuatro al mismo momento. Cinco puntos y tres rebotes, tendría el cordobés al descanso para seguir combatiendo contra todo un Fenerbahce. Pero todo a lo que pudiésemos pensar, la baja de Walter Tavares no alteraba el partido del Real Madrid y mantenía intacto los nervios de Pablo Laso. Tanto es así, que tras la fatídica jugada de Tavares, el parcial final fue de 5-8 en dos minutos, que dejaban el resultado 36-37 al descanso para el Real Madrid. Todo había cambiado en el segundo cuarto. Del 0/4 en triples inicial, se pasaba a un 3/5 en el segundo cuarto, con un 54% en el tiro y solo dos pérdidas más de balón. Los 7 puntos de Carroll junto con los 6 de Taylor, eran la mejor medicina de un Real Madrid, que contaba en sus filas con el mejor doctor posible, Luka Doncic.
Y es que el genio de Lubjiana, sin apenas mostrar protagonismo, se iba al descanso con 6 puntos 5 rebotes y 6 asistencias en 13 minutos. Sí, olíamos todos que podría ser el día indicado para el famoso triple doble, pero lo que ya teníamos claro es que, el Real Madrid hacía un partidazo, pero por las piezas que iba encajando Luka Doncic. Y contrario a lo que en él es habitual, Pablo Laso decidió mezclar los dos quintetos para darle más estabilidad a su equipo. Recordemos que venían de anotar 10 puntos en el primer cuarto y 27 en el segundo. La baja de Tavares, la solucionó el técnico vitoriano colocando a Maciulis con Taylor e incluyó a Doncic y Taylor por Causeur y Yusta. Pero recordemos que enfrente estaba el campeón de Europa. El Fenerbahce de Obradovic nunca se da por vencido y menos jugando en casa. Pero el Real Madrid explotaba el juego ofensivo que tanto le había faltado en el primer cuarto consiguiendo buenos tiros consiguiendo mantenerse por delante en el marcador. El gran movimiento de balón producía buenos tiros madridistas que habitualmente terminaban en canasta. Eso y la enorme defensa madridista, con múltiples cambios de asignación, provocaban el parcial de 10-9 en 5 minutos, frenando cualquier intento de escalada turca. Los nervios se agarrotaban en los jugadores de Fenerbahce y su entrenador, buscando condicionar al trio arbitral, sin – curiosamente – conseguirlo. Y si en el segundo cuarto, el actor principal fue Jaycee Carroll, tras el descanso fue el momento de Trey Thompkins. El pívot americano supo ajustarse a la posición de 5, consiguiendo 7 puntos importantes para su equipo dentro del tercer cuarto. A pesar de ello, Fenerbahce recuperaba el mando en el partido gracias a los puntos de Wanamaker y Luigi Datome consiguiendo 13 de los 25 puntos de su equipo en el cuarto. Pero el Real Madrid no se rendía, seguía luchando el partido en cada jugada en cada segundo. A los 7 puntos de Thompkins se le unió los 4 de Felipe Reyes, para darle más fortaleza a una débil pareja interior sin el expulsado Edy Tavares. Pero nuevamente, sin hacer apenas ruido, el director de toda la función, volvía a ser Luka Doncic. Gracias al esloveno, el Real Madrid empataría a 25 el parcial del tercer cuarto, dejando el resultado en 61-62 tras 30 minutos, con 9 puntos, 1 rebote y 4 asistencias, quedándose a falta de 10 minutos a 4 rebotes de conseguir un triple doble.
Pero Fenerbahce no se iba a rendir y con un parcial de 5-0 volvía a ponerse por delante en el marcador al comienzo del último cuarto. El partido iba a ser duro y difícil hasta el final para los de Pablo laso, que seguían respondiendo a todo golpe del equipo turco. La cuarta falta personal de Felipe Reyes en el minuto 33 provocó toda una nueva experiencia dentro del roster del Real Madrid. Sin Ognjen Kuzmic, Anthony Randolph y Gustavo Ayón lesionados, sin Tavares expulsado y sin Reyes castigado con cuatro personales, Pablo Laso encontró en Luka Doncic a su cuatro personal, para acompañar a Thompkins dentro de la zona. Un nuevo problema se adentraba en el equipo blanco que debía de agarrarse a las habilidades de un chico de 18 años en una posición que era muy novedosa para él. Y el experimento funcionaba, claro que sí. Luka ya había demostrado ser el mejor de Europa en su puesto y no iba a ser menos dentro de la pintura, frenando a toda una estrella como Nicolo Melli que, pese a sus 7 rebotes, solo pudo conseguir una canasta. Dos rebotes más – ya iban 8 – para la saca de Luka Doncic mientras Jaycee Carroll volvía a poner por delante a los blancos 70-71 minuto 35. Una ventaja que los blancos, ya no dejarían escapar. Pero como buen competidor, Fenerbahce seguía buscando soluciones, pese a su 44% en tiros de dos, buscaban al atacante defendido por Doncic, pero la intensa defensa madridista maniataba a los tiradores turcos. Entonces Obradovic decidió una táctica curiosa, colocando a Vesely enfrente de Doncic pero que no le sirvió de mucho. Tanto es así, que en con 75-76, Doncic provoca una falta de Nunnally y en la continuación, Vesely mete un palo enorme en el brazo del esloveno que los árbitros acertadamente, señalaron como antideportiva. Luka Doncic consiguió anotar 3 de sus 4 tiros libres dejando el partido muy a su favor en el minuto 38 con el 75-79. Fenerbahce siguió combatiendo por llevarse el partido, teniendo Wanamaker el tiro para llevar el partido a la prórroga, pero sin acierto. Un partido que fue dominado por el Real Madrid, pero manejado por Luka Doncic.
Y es que el base esloveno demostró al mundo que ahora mismo hay pocos jugadores parecidos a él. Además de ser un excelente jugador – MVP actual en valoración de la Euroliga – ha demostrado que él solito puede ganar a todo un Fenerbahce, sin Llull,sin Rudy, sin Randolph, sin Ayón, sin Kuzmic y otros jugadores que, pese a que jugaron minutos, no estuvieron al nivel esperado. Ante todas esas incidencias, Luka Doncic conquistó 20 puntos 8 rebotes 10 asistencias 2 robos de balón para 37 de valoración en 30 minutos. Una valoración que pudo ser mejor si el 1/7 en triples hubiese sido más exitoso. Felipe Reyes y Trey Thompkins, secundaron al esloveno con 13 puntos y 5 rebotes cada uno. Mientras Jaycee Carroll hizo su papel con 11 puntos y enorme trabajo defensivo de Jonas Maciulis y Jeffery Taylor. Con esta gran victoria, el Real Madrid asciende a la sexta posición, igualando a Fenerbahce con 9-6 de balance – cuatro victorias consecutivas – y se encuentra a tan solo una victoria del objetivo del cuarto puesto y a dos del actual líder. Todo ello con cinco jugadores muy importantes lesionados, pero con el señor “Triple Doble” a un nivel de All Star de la NBA. Porque Luka Doncic es un jugador de otra galaxia.