Pozo sin agua
Horrible partido del Real Madrid que pasó de ser un vendaval contra el Tecnyconta Zaragoza, a quedarse seco en ataque en la tarde de ayer en Podgorica. 60 puntos y un 31% de acierto en ataque, es un dato totalmente "irreal" de lo que ha demostrado los blancos estos años. Sergio Llull fue el único que llegó a 10 puntos anotados, mientras Campazzo fue el único que superó los 10 en valoración.
Otra de las cosas apasionantes que tiene el baloncesto, es que un equipo pueda cambiar de la noche a la mañana, en apenas 5 días. Si el pasado domingo, nos apresurábamos a argumentar el acierto del Real Madrid ante el Tecnyconta Zaragoza, anoche en Podgorica vimos a un Real Madrid totalmente diferente. El domingo, los de Laso anotaron 98 puntos con un 51% de acierto y 115 de valoración. Cinco días después, el Real Madrid anota 60 puntos con un 31% y 65 de valoración. Si fuese un partido entre ambos equipos, la paliza hubiese sido tremenda. Inexplicable que un equipo pueda cambiar tanto en apenas 5 días. Vamos, que si no lo veo, no lo creo. Encima, el Buducnost, solo anota 73 puntos con un 39% de acierto. Por supuesto que debemos criticar el escaso nivel ofensivo ofrecido por el Real Madrid, faltaría más. Pero que un equipo, que promedia 87 puntos y 51% de tiros de campo, haga 60 puntos en un partido, solo se puede valorar como un mal día o como hemos titulado, no se puede sacar nada de donde no hay.
Y que me perdonen aquellos que tienen fe en el Buducnost, pero anoche fue el Real Madrid quien perdió el partido, y viendo estadísticas, Laso lo supo enseguida siendo Llull y Campazzo, los únicos madridistas que superaron los 20 minutos de juego. Todo esto, pese a poner a su quinteto de gala en cancha, con Llull, Causeur, Taylor, Randolph y Tavares. Pero todo empezaba a torcerse de inicio, con un intenso Buducnost, que lideraba 9-3 el partido en el minuto 3, con un eléctrico inicio del ex nba, Norris Cole. Ante todo esto, el Real Madrid ya sumaba dos pérdidas de balón y se volvían a asomar las sombras de las dobles figuras en balones perdidos. A pesar de todo, el Real Madrid consiguió recuperar y ponerse por delante en el marcador, pero el invencible Norris Cole, no permitió muchas alegrías. Hasta 9 puntos anotaba el base americano en el primer cuarto, para devolver la delantera al equipo serbio, 11-10 minuto 5. Pero como de una teoría hidráulica se tratara, el Real Madrid fue a por agua, pero se encontró el pozo vacío. El Real Madrid, apenas anotaba 5 puntos más en otros 5 minutos, en solo una canasta. Una solo, puesto que la última del primer cuarto fue válida al ser un tapón ilegal del cuadro montenegrino. Poco positivo se puede sacar del primer cuarto del Real Madrid. Empezando por los 15 puntos anotados, con un 37.5% en tiros de campo, con 11 triples lanzados e incluso 0/4 en tiros libres. Normal el 10-5 definitivo de parcial para los locales, que terminaron el cuarto 19-15 por delante en el marcador.
Ni siquiera la segunda unidad madridista, con más poderío defensivo que la titular, pudo hacer mucho para frenar el atlético juego de Buducnost que veía como sus americanos, se hinchaban a encestar puntos, mientras los blancos, se trabajaban cada ataque para acabar muriendo en la orilla. Hasta 3 tapones recibió el Real Madrid al descanso, algo inaudito en un equipo capaz de anotar desde y de cualquier manera. Quizás el problema no era tanto atrás, como adelante. Porque la segunda unidad, cumplía el objetivo de dejar a Buducnost en apenas 6 puntos en 5 minutos, pero no corregía el fatal acierto de sus compañeros de inicio en ataque. El 1/6 en triples de Taylor y Thompkins, chirriaba tanto como el 2/7 en total de Sergio Llull al descanso. Por tanto, era lógico el 27-19 del minuto 15, donde el Real Madrid, apenas superaba el punto anotado por minuto consumado. Inexplicablemente – y más desde los últimos partidos – Rudy Fernández y Gustavo Ayón, apenas aportaban en ataque y eran protagonistas del bajo porcentaje madridista al descanso. Tampoco el regreso de Llull para acompañar a Campazzo en el perímetro, sirvió de mucho. Si fueron 3 canastas de dos puntos en el primer cuarto, solo fueron 2 las anotadas por el Real Madrid en el segundo cuarto. Los nervios y bloqueos mentales, aparecieron en las cabezas de los jugadores del Real Madrid que se veían superados por el Buducnost de manera clara, ante un Real Madrid que incluso anotaba menos puntos en el segundo cuarto que en el primero. 28 puntos, anotaba el Real Madrid al descanso, por 36 de su rival. Un Buducnost que llevaba un 45% en tiros de campo y tampoco estaba haciendo un juego espectacular. Sin embargo, les valía para superar a un apático Real Madrid con 28 puntos – en el primer cuarto del pasado domingo, anotó 31 puntos – con un paupérrimo 28% en tiros de campo.
Porque no nos engañemos, el partido del Real Madrid era insufrible, además de extraño. Porque en 20 minutos, los blancos habían conseguido 28 puntos y 27 rebotes. No dejaba de ser curioso el dato en rebotes, que hacía indicar, tras ver los porcentajes en el tiro, la tremenda obsesión y desconcentración de todos los jugadores del Real Madrid. Creo que Pablo Laso lo vio. El resultado era 36-28, pero em juego parecía un marcador mucho más abultado. 9 canastas del Real Madrid en una mitad es un dato inaudito desde que escribo en Pobla FM. No superaba el 50%, ni siquiera en los tiros libres. Pero, como ocurre siempre que juega el Real Madrid, tildamos a olvidarnos del rival, que en apenas 60 segundos, dos triples del Buducnost colocaba el peligroso 42-28. Sí Laso tenía algun plan para arreglar el problema ofensivo, había que mostrarlo ya. El primer arma, fue llenar de balones a Gabriel Deck en la pintura. Tiro fallado. El segundo plato, nutrir de balones a Tavares, que apenas pudo levantar el tiro, nuevo tiro a las nubes. El tiempo pasaba y el Real Madrid seguía sin anotar en juego. Solo dos canastas en juego en 5 minutos del tercer cuarto, para 7 en total, en un cuarto donde el Buducnost, había encontrado la tecla de la anotación, y con un parcial de 13-8, colocaba el 49-36 en el minuto 25. Y es que el equipo montenegrino, ya había puesto velocidad de crucero para conseguir 20 puntos en este cuarto. Ya sabe el Real Madrid, a lo que tiene que aspirar para igualar o remontar el partido. Lo probaron con Tavares, pero únicamente fue Sergio Llull, el que llegaría a los 10 puntos en el bando madridista. Un triplazo de Gordic en el minuto 28 a una pierna, fue la acción que sepultaba al Real Madrid y le acercaba al abismo de la cuarta derrota de la temporada europea. Afortunadamente, un parcial de 0-6 en 30 segundos, con dos triples de Rudy y Campazzo, salvaban los muebles, 56-48 al final del tercer cuarto.
Un leve espejismo en el claro y enorme desierto que se había convertido el partido, al cual llegaban los blancos – ayer de negro – sin una gota de agua para reanimarse y con 10 minutos para intentar un milagro, que de producirse, hubiese sido totalmente injusto. Injusto porque debían cambiar todas las circunstancias del juego. Doblar la anotación – 48 puntos en 30 minutos – anotar más en la zona – 9/24 en tiros de dos – duplicar las asistencias – solo 9, cuando el domingo llegaron a 23 y como no, esperar al héroe de cada partido. Pero el destino del baloncesto, no tenía un motivo para forzar tal milagro, y le dio al Real Madrid un daño aún peor. 4/11 en tiros de campo, con un 1/3 en tiros de dos puntos, lo que hizo llegar a diez canastas de dos puntos en todo el partido. Así no se puede ganar un partido, ni con buenos ni con malos jugadores. Tener menos del 40% en tiros de dos, un equipo con Tavares y Ayón en pintura, es tirarse por un precipicio. Y si algo tenía “controlado” el Real Madrid, eran los rebotes. Pues bien, en el último cuarto, los locales consiguieron 8 rechaces ofensivos que dieron por finalizadas las opciones madridistas de forzar un final igualado. 12 escasos puntos anotaron los jugadores del Real Madrid en este cuarto, que les sirvió para al menos llegar a 60 puntos, algo que no se veía en 6 años. Esta claro que es un mal día. Que, como si de Astrología hablásemos, las condiciones para que se repita este partido, deben tardar millones de años y que el Real Madrid ha elegido un buen sitio – partido de liga regular – para dejarse el peor partido de la temporada. Solo esperemos y confiemos, de que desde ahora el equipo, vuelva a ser el que nos tienen acostumbrados.