22ª - R. Valladolid 1-0 Getafe

Adri mete al Pucela en la pomada

El pichichi blanquivioleta dio la victoria a los suyos al final de un choque cerrado

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El Real Valladolid fue mejor en la segunda mitad, en la que generó las ocasiones que derivaron en triunfo ante un buen Getafe

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El Real Valladolid se impuso por la mínima al Getafe en un buen partido de ambos, no demasiado vistoso, pero en el que los dos equipos demostraron ambición para obtener los tres puntos ante un rival directo por la pugna por la cuarta plaza, en la que están los dos inmersos junto al Rayo Majadahonda.

No se puede hablar solo de respeto entre los veintidós, sino también de sapiencia a la hora de gestionar los tiempos del partido. Nadie quiso marcar el segundo antes del primero; nadie se desbocó, sabedores todos de que el rival es de los que dañan a la mínima. Así, más que presionar, se posicionaron arriba pero sin amenazar del todo la salida, solo encimando juntos, en el sentido estricto del término.

Por todo esto, el juego no fue fluido, no desde luego en el primer tiempo, en el que nadie se impuso en la batalla por la posesión del cuero. Si acaso la tuvo un pelín más el Getafe, que buscaba progresar sobre todo por fuera, activando lo más posible a los laterales, que cuajaron un buen encuentro. La atención de la zaga local, sin embargo, impedía que se tradujera en centros con marchamo de gol.

El primer disparo, tímido, fue también tardío, ya que no se produjo hasta el minuto 32, y fue a cargo del Real Valladolid, que tampoco estaba acertado a la hora de buscar puerta y solo a través de Pablito parecía que podía enlazar sin llegar a provocar peligro. Por su parte, los azulones ni siquiera tiraron en el primer periodo.

En la segunda parte los vallisoletanos dieron un paso adelante. Lo hicieron, sobre todo, a raíz de la entrada de Rafa y David Sanz, que mejoraron el juego exterior y la circulación del balón, respectivamente. Coincidió lo primero, además, con la lesión de Amaya, que debió ser sustituido, e hizo perder algo de brío en ataque por el costado al Getafe y trajo el sufrimiento atrás de Siño, su sustituto.

El dominio de los locales se fue haciendo cada vez mayor y Víctor dispuso de varios disparos que no terminaron de poner a Toni en aprietos. Sí lo haría Rafa, después de un buen envío vertical directo, si bien el cancerbero madrileño fue capaz de quedarse con el testarazo picado del vallisoletano. No sería su última buena intervención.

Y es que, a falta de cinco minutos para el final, Víctor se revolvió bien hasta plantarse delante del portero, que despejó a córner con el pie su tiro, que parecía encaminado a la red. En el saque de esquina llegaría el gol, con incertidumbre, dado que antes dio en el palo. Adrián Herrera, el rematador y pichichi, marcaba el uno a cero y destapaba el tarro de las alegrías.

En los minutos restantes el Real Valladolid estuvo firme y concentrado para evitar el arreón final del Getafe, que si bien tuvo un par de balones parados, no fue capaz de amenazar la portería de David, que se quedó sin mácula. Oído el silbatazo final, los blanquivioletas fueron la algarabía personificada: la victoria no solo es la séptima consecutiva en casa, sino que le pone de nuevo quinto, a un punto precisamente de su rival, que mantiene la cuarta posición.