Con un gol bastó
Victoría mínima del Rayo Vallecano ante un combativo Aravaca que luchó por merecer algo más. El gol de Cano a inicios de la segunda mitad desequilibró la balanza, tanto que a la postre resultó definitivo para que los franjirrojos sumasen un triunfo que les permite seguir invictos en casa. Miguel Morro también contribuyó haciéndose enorme bajo palos y fuera de ellos.
Este sábado se disputaba en Vallecas un partido entre dos equipos dispuestos a dar que hablar en esta DH5. Los dos en zona alta y como bien sabían sus técnicos, un partido díficil y que se podía decidir por detalles. Tal vez con los locales en el papel de favoritos, por tal condición y por sus deseadas aspiraciones, pero con un conjunto como rival que desafía a cualquiera que tengan delante. Esa es la filosofia que les transmite su técnico Óscar Martos, y esa es la que sus chicos llevan a cabo. Hoy fue una demostración más de ese no achicarse ante nadie.
Empezó el partido con tal vez demasiado respeto. Los rayistas proponían mayor juego, pero la intensidad también del Aravaca impedía que la fluidez en la circulación llegara a zonas de ataque. Así, los primeros veinte minutos fue un continuo ejercicio de querer y no poder. La presión impedía que el juego fuera preciso y certero, y no fue hasta el minuto 22 cuando se vio el primer disparo a puerta, obra de Aguirre. El Rayo Vallecano ya comenzaba a inquietar la portería de Dani, más con un remate cercano de Castro, y un disparo demasiado flojo y falto de colocación en una clara ocasión de Rubén de Tomás al filo del descanso.
Tras la pausa, el ritmo del choque cambió radicalmente, con acercamientos desde el inicio y una actitud mucho más vertical en el juego. El Aravaca ya probó a Miguel con un lanzamiento de falta ejecutado por Camilo. En la jugada de respuesta, el Rayo hizo que el marcador se moviese. Cano, en su oficio de delantero, recogía el rechace del larguero a disparo de un compañero y depositaba el balón al fondo de las redes. 1-0 y cambio de escenario. Los visitantes cambiaron paulatinamente de plan, y los franjirrojos dieron un paso atrás. El mediocampo ya no tocaba tantos balones, y sólo Chumilla seguía ofreciendo algo de desborde. Los cambios introducidos por Óscar también ayudaron definitivamente a ese empujón. Bonito duelo el que se estaba viviendo también en los banquillos, con los entrenadores corrigiendo y desgañitándose a nivel de la línea de banda. Los de verde lo peleaban todo por alto, incluso con algún zaguero incrustado en el ataque intentando imponerse en esos balones. Jordi, con criterio la circulaba y la distribuía a bandas, desde donde se botaron faltas también con peligro. Sin embargo, fue en esos minutos cuando Miguel Morro hizo enorme su ya de por sí gran envergadura. Su figura fue emergiendo, ofreciendo gran seguridad y confianza. Molina mientras, entrando como refresco, se encargaba de bajarlas al piso en la zona de arriba. Los que iban en desventaja se volcaron en los minutos finales, confiando en lograr un empate como el de la semana pasada ante el Canillas. Sin embargo, esta vez no fue así y el choque concluyó con ese solitario gol.
Con estos 3 puntos, los vallecanos se mantienen firmes en su propósito. Con unas dosis grandes de esfuerzo, van sacando resultados muy valiosos por la mínima (sirva de ejemplo el anterior ante el R.Majadahonda por 1-2). Las sensaciones podrían ser mejores y falta pulir conceptos, como nos indicaba Ángel Dongil al final del partido, pero esos puntos ya no se van del zurrón. Con este partido y el próximo también en casa ante el Almendralejo buscarán acercarse más a los de cabeza de pelotón. Por su parte, los otros madrileños de hoy se van con una sensación de vacío inmerecido ante un gran equipo. Hicieron méritos pero faltó el acierto necesario. La oportunidad para redimirse, dentro de una semana, recibiendo visita del Diocesano de Cáceres.
Escuche y vea las declaraciones de los técnicos a final del partido para PoblaFm en nuestra zona mixta.