El Real Valladolid pasa por encima del Diocesano

Tres partidos perdidos y sin ver puerta fueron suficientes. Con esa mentalidad salió el Real Valladolid a su encuentro contra el CD Diocesano. Y así fue: a los cuatro minutos ya iba por delante en el marcador, gracias al gol de Víctor. Fue un buen gol, no tanto por la definición, correcta, como por la jugada. El cuero fue de atrás a adelante, de derecha a izquierda hasta caer en los pies del canario, que superó a Oriol en la primera jugada larga combinativa de los blanquivioletas.

El tanto fue el identificativo de lo que sería en primer tiempo, un monólogo vallisoletano pergeñado conforme a los deseos de su entrenador, Víctor Fernández. Su equipo la tocó, la tocó, y la tocó y el Diocesano ni la olió; se quedó a medio camino de todo. Lo suyo fue como tener enfrente a un león: en la duda entre plantarle cara (presionar arriba) o salir corriendo (meterse atrás) se quedó quieto (en tierra de nadie) y pereció. Así, juntar dos líneas de cuatro no le sirvió de nada, porque el rival la tocaba con fluidez en campo propio y veloz y peligroso en el que tenía a Oriol como último defensor. 

Por si esto no fuera suficiente, al Pucela no le tembló el pulso en buscar envíos directos sobre sus atacantes, a la espalda de la zaga cacereña. Gracias a sus veloces alas generó varias ocasiones de esta forma durante todo el choque. La primera clara la del segundo gol, obra de nuevo de Víctor, que con once tantos vuelve a colocarse pichichi. Anotó gracias al buen envío en largo del debutante Sali hacia el movimiento en diagonal de Dali, de la derecha hacia adentro, que se la cedió a la hora de la verdad.

Por aquel entonces quedaban todavía veinte minutos del primer tiempo, uno en el que el dominio fue abrumador por parte de los locales, que amasaron la posesión sin discusión ante un rival incapaz de robárselo y de dar dos pases cuando la tenía. Le vino bien el descanso al 'Dioce' para ajustar un par de detalles y ver cómo los vallisoletanos decidían echar el freno de mano en el segundo periodo. El brío del primero dio paso a una tenencia defensiva del balón, también inteligente, puesto que no hay mejor defensa que no dejar que el rival lo tenga.

Así, aunque los cacereños metieron también una marcha más, un disparo de Joserra en una falta lejana que botó delante de Javi y que acabó con un paradón fue la única ocasión que estos se llevaron a la boca. No obstante, aquello pareció una triquiñuela de los locales, que trataban de matar a la contra, a veces, demasiado precipitados e imprecisos, y en defensa no pasaban apuros en gran medida por la fortaleza del ghanés Salisu, impecable en su primer día vestido de corto.

El paso de los minutos dejaba entrever que el resultado podía no moverse más, aunque el Real Valladolid lo mereciera, hasta que ya en el minuto 93 Dali puso el sello al culminar un bonito contraataque, el enésimo desde la entrada de Adrián y Álvarez, que premiaba su buena actuación y la global, puesto que los blanquivioletas cuajaron un partido tan completo que merecieron ganar por esos tres goles que finalmente le sirvieron como desquite para decir adiós a la mala racha reciente. Con estos tres puntos suman trece y se quedan a uno del CD Diocesanos, en mitad de tabla.

Ficha del Partido

Real Valladolid: Javi; Apa, Óscar, Sali, Nieto; Orea, Raúl (Arnáiz, min. 64); Dali, Pablo (Álvarez, min. 70), Rafa; y Víctor (Adrián, min. 70).

CD Diocesano: Oriol; Juaco, Manu (Álex, min. 82), Carlos, Joserra; Javi Mancha (Rubio, min. 82), De Jorge, Jesús, Marcos (Vadillo, min. 68); Pablo (Javi Bernal,min. 76) e Iván.

Goles: 1-0, min. 4: Víctor. 2-0, min. 26: Víctor. 3-0, min. 93: Dali.

Árbitro: Miguel Ángel Reinoso Mangas (Comité vallisoletano). Amonestó al local Óscar y al visitante Pablo.

Incidencias: Décima jornada del Grupo V de la División de Honor.