"Juvenil, divino tesoro"
Tiene 19 años y ha pasado 11 en el Rayo Majadahonda, prácticamente su casa. Esta temporada es jugador del Villanueva del Pardillo, da el paso al fútbol senior. Inmerso ya en la pretemporada con su nuevo equipo charlamos un rato sobre su experiencia en División de Honor y sobre sus años en el Rayo.
Acho es mi elección para empezar mi experiencia en #DH5 porque sus valores, deportividad y pasión en esto del futbol, hacen, como poco, honor a este deporte.
Y sus ganas, constancia y afán de superación son un ejemplo de que el trabajo duro a fin de cuentas siempre trae buenos resultados.
He compartido con él algunas tardes en la grada de algún campo y él, siempre atento, observador, sin atender mucho a colores, (menos si se trata de su Atleti), es incapaz de pegarse a la silla, le puede la emoción, su amor por el balón, la tensión del tiempo que pasa entre un lanzamiento bien ejecutado y el gol, y le puede, sobre todo, el buen fútbol.
También he tenido el placer de sentarme a verle jugar a él, los mismos ojos atentos, fijos en el balón; es rápido, es hábil, sabe hacer, no duda, tiene la cabeza fría y el corazón le late fuerte cuando corre hacia la pelota. Pero si tengo que quedarme con una virtud de Acho me quedo con su presencia en el campo, su poder sobre el grupo, la capacidad que tiene de convencer a sus compañeros en un momento agrío de que son capaces de hacerlo, de que hay que luchar por ganar, esa es su marca, eso le hace ser el jugador que es.
Once temporadas viviendo en la Oliva, primera vez que te pones las botas en un vestuario distinto, imagino que los sentimientos están encontrados; ¿nostalgia, emoción… era ya el momento?
Ojalá no hubiese llegado el momento… el Rayo me ha dado todo como futbolista, pero creo que la 2B es una categoría muy elevada para alguien que sale del juvenil. El pardillo era una buena opción para el primer año de Senior y experimentar lo que es jugar con gente más mayor que yo.
Entraste al Rayo siendo un niño, han pasado los años y te has hecho mayor, ¿qué te ha aportado el club en tu crecimiento como persona?
Son muchos los momentos compartidos en un vestuario con muchas personas distintas que vas conociendo a medida que pasan las temporadas. Todas ellas me han hecho creer en mí mismo, convencerme de que todo está a mi alcance y de que lo que me proponga voy a conseguirlo con constancia.
Tengo la suerte de que en estos once años he tenido cuatro compañeros que han estado conmigo todas las temporadas y ellos me han enseñado a ser competitivo, puedes compartir tu puesto con un jugador que es muy amigo tuyo y hay que saber diferenciar la amistad del trabajo.
De todas esas personas con las que has coincidido en estos años, ¿hay alguien del cuerpo técnico que haya dejado una huella especial?
Hay una frase que me dijo Pedro Calvo, uno de mis entrenadores y al que aprecio mucho, que se me quedo grabada en la mente; “en el esfuerzo no se negocia”, es una lección que intento aplicar tanto dentro como fuera del campo.
Muchos de tus compañeros, como decías antes, ya son tus amigos. Dame un nombre, alguien que sea para toda la vida, un hermano…
No podría decirte solo uno y dejar a los demás fuera. Cada año me he llevado amigos del vestuario, pero los que han estado ahí siempre conmigo año tras año han sido Hoyos, Pablo, Hector, Morillas, Ventura, Adri… y podría decir muchos más nombres con los que tengo muy buena relación y sigo viendo de vez en cuando.
Quizá alguien clave ha sido mi amigo Raúl León, que, aunque sea un año mayor que yo siempre ha sido un hermano para mi tanto dentro como fuera del campo.
Un momento especial vistiendo la camiseta del Rayo Majadahonda...
Del que mejor recuerdo tengo fue hace poco; el gol del penalti que marqué contra el Valladolid, nos dio la salvación en División de Honor. Es una sensación que se vive muy pocas veces y para mi es muy emocionante y todo un orgullo haberla vivido con esa camiseta.
¿Dirías entonces que fue tu partido más especial con el Rayo?
En mi opinión todos los partidos son especiales. En cada uno pasan cosas distintas, tanto buenas como malas, pero sin duda es un partido que recordaré toda mi vida.
Tu hermano Borja, siempre un par de categorías por encima de ti vistiendo la misma camiseta, imagino que es también algo muy especial, ¿tienes un “entrenador”, un referente en casa?
Sin dudarlo. Borja es el que más me ha enseñado y siempre ha sido mi ejemplo a seguir, es el goleador de la casa. Cuando era pequeño siempre quería meter los mismos goles que metía él, me fijaba en sus movimientos, en sus manias…etc.
Siempre voy a llevar conmigo todas las horas que hemos pasado en el campo de fútbol de debajo de casa y me enseñaba a tirar penaltis, me hacía controlar balones, tirar faltas… Borja ha sido mi gran apoyo toda la vida y siempre va a serlo.
Para los Acha, entonces ¿hay una clave en esto del fútbol?
Para nosotros lo más importante siempre ha sido trabajar duro, ser constante y pensar siempre en positivo. Mi hermano me decía cuando era pequeño que hasta entrenando tenía que mantener la sonrisa y nunca tirar la toalla.
Vamos ahora con la categoría en cuestión, la División de Honor, ¿cómo la definirías?
Es de lejos la categoría mas bonita en la que he jugado. Primera vez que viajas con el equipo, noches con ellos, los trayectos en el autobús… para un futbolista joven es la mejor experiencia que puede vivir. Pero también es muy exigente, tienes que estar al 100% por su dificultad, por los equipos y el nivel de juego. Además, hay presión, viajas fuera de Madrid y quieres que te vean, demostrar lo que vales.
A punto estuvo de tornarse gris la temporada pasada, ¿cómo se vive eso en un vestuario tan joven?
La verdad es que es muy duro. Hay momentos de mucho bajón anímico en los que te ves casi en Nacional. Ahí tienen mucho peso el entrenador, los capitanes y todos los componentes posibles. Cuando cambiamos de entrenador, el primer partido con él (Chema Rico) lo perdimos, cuando llegamos al vestuario el lunes nos dijo: “Tranquilos, esto lo vamos a sacar” y parecieron ser exactamente las palabras que necesitaba escuchar la plantilla. Yo insistí mucho en que íbamos a callar muchas bocas, que nadie pensaba que fuéramos capaces de hacerlo, pero nosotros sabíamos que sí, que íbamos a salir.
El constante apoyo de amigos y familiares es muy importante.
¿Cuál es la clave de un vestuario en una categoría así?
Es muy importante mantener un buen ambiente, que no haya malos rollos. Cuando en un vestuario las cosas salen bien, en el campo, tarde o temprano, terminan por salir bien también. Para mi es crucial el papel del entrenador, hay que saber cuándo estar serio, pero también cuando dejar de estarlo para romper la tensión, saber llevar al equipo, transmitir ideas claras que se reflejen en el campo. A mí me gusta decir que hay que ser una piña.
Un consejo para los que están ahora donde estabas tú la temporada pasada
Esta pregunta es más difícil (risas). Les diría que creyeran en sí mismos y en el equipo, que no escuchen lo que viene de fuera del vestuario. Tienen que convertirse en una piña y trabajar al 100% absolutamente todos los días.
¿Algún pronóstico para el División de Honor del Rayo Majadahonda esta temporada?
He visto poco pero creo que individualmente tienen muy buen equipo. Si son capaces de juntar los valores de cada uno van a ser un gran equipo y harán muy buena temporada.
Espero y deseo que no sufran lo que nosotros el año pasado.
¿Qué le pide Acho a esta temporada en lo futbolístico?
Tenemos muy buen equipo y el objetivo es ascender a Tercera División, espero poder ayudar al grupo con los minutos que me de mi nuevo míster.
El Rayo siempre en el corazón, ¿te gustaría volver alguna vez?
El Rayo Majadahonda siempre será mi club y mi casa. El futbol da muchas vueltas y espero volver a vestir su camiseta. Espero estar vinculado al club muchísimos años más. Este año he llevado un equipo de Alevines con los que hemos conseguido ser segundos en liga y con los que voy a seguir por lo menos una temporada más.
¿Te sentarás en la Oliva esta temporada?
Hombre, claro. Siempre que pueda iré a verles, me gusta mucho ir y además tengo varios amigos en el División de Honor. Siempre seré un gran fan del Rayo.
En ese caso, un grito de aficionado al Rayo Majadahonda…
Todos conocen el campo por el famoso “Olivazo”, es una palabra que está siempre presente en la grada (risas). Pero por el orgullo que se siente al escucharlo desde dentro del campo creo que me quedo con ¡VAMOS RAYO!