Un cambio de banquillo
El CDF Peña ha experimentado un importante cambio con la llegada de Miguel Ángel Álvarez Tomé al frente del cuadro leonés. Tras un arranque horrible, la ilusión por salvar la categoría vuelve a aparecer en un grupo que recupera la confianza en sí mismos.
Desahuciados. Así parecía que estaban en tierras leonesas después de un inicio de temporada desolador encajando muchos goles y siendo incapaz de ver portería. Ésta circunstancia propició que Jorge Merayo, tras intentarlo todo, decidiera echarse a un lado a tiempo para la entidad. Una decisión que le honra y ha servido, en gran medida, para mejorar las prestaciones de esta CDF Peña. Miguel Ángel Álvarez Tomé se hizo cargo de la dirección técnica del equipo y los resultados han sido mejores desde entonces.
El pasado sábado, ante el Real Valladolid en el duelo regional, lo afianzó con la primera victoria de la temporada. El cuadro leonés tiró de lo que venía acostumbrando temporadas atrás para llevarse los tres puntos: garra y amor propio. Una característica que ha devuelto el experimentado técnico leonés a un equipo en el que estaba instalado en la tristeza. Un trabajo psicológico que ha supuesto que la CDF Peña vuelva a soñar ahora con la permanencia en el intenso e igualado Grupo V de División de Honor.
Y no ha sido sencillo. Pese a que en los últimos años Álvarez Tomé no ha estado en demasiados banquillos, el leonés intentó meter a la Ponferradina en el playoff de ascenso a Segunda División la campaña pasada. Un objetivo que se le escapó por muy poco y que le volvió a dejar en el ‘paro’. La llamada de Manolo le ha hecho retornar al principio de su carrera técnica con un cometido muy distinto al que acostumbraba. La formación de jóvenes talentos está asegurada con su experiencia, pero tiene que dar un paso adelante para tratar de mantener a su CDF Peña en la máxima categoría juvenil.
Tras el triunfo ante el Real Valladolid, la confianza ha retornado al conjunto leonés cuando se va a cumplir un tercio de competición. Las necesidades del CDF Peña le obligan a sumar de tres en tres y con ese objetivo viajarán a Madrid para enfrentarse al Unión Adarve, un rival directo por la salvación. Un golpe encima de la mesa. Ante sí, una auténtica final para recuperar la esencia del cuadro peñista y esperar, porque no, en la máxima categoría a otra escuadra de la provincia para la próxima temporada.