Lunes de goles
A un punto del objetivo
El Leganés golea al Betis y, a falta de seis puntos por disputarse, aventaja en seis al descenso. Gol de Gabriel desde el centro del campo y doblete de Szymanowski en una noche para el recuerdo.
Nada menos que siete goles a favor y ninguno en contra en los dos últimos partidos del Lega como local. Se dice pronto pero ha costado lo suyo. Que se lo digan a Garitano y a sus chicos. Estos números son el premio a una temporada de duro trabajo y en la que como dice el vasco, nadie les ha regalado nada. Otra cita, como se suele decir, marcada en rojo en el calendario del Lega, y a la que el equipo, un vez más, no falló.
Para el partido de hoy, Szymanowski volvía a la titularidad después de su lesión, mientras que Mantovani era baja por sanción. Tito y Timor entraban en el once por Bustinza y Erik, los demás, lo de siempre: Herrerín de portero, Tito, Siovas, Insua y Rico los defensas, Timos, Rubén y Gabriel los centrocampistas y Álex, El Zhar y Guerrero los hombres más adelantados.
Butarque esperaba que su equipo diese la cara en una nueva final y sacase el encuentro adelante sin muchas dificultades, dejando a un lado hermanamientos de aficiones e historias por el estilo que no tienen peso dentro del verde. Los jugadores no se arrugaron y se vio la mejor versión del Leganés desde el arranque del choque: ambicioso, dinámico y con las ideas claras. Pero ni los blanquiazules más optimistas imaginaron lo que el destino les tenía preparado para el partido ante el Real Betis... En el minuto quince de la primera mitad, su equipo ya vencía por dos goles a cero. El primero de ellos fue obra de Szymanowski desde los once metros al transformar un penalti tras una mano de Martínez. Y el segundo, lo firmó El Zhar que, tras un rechace dentro del área, cruzó la pelota ante la salida de Adán.
Sin embargo, en lo que restaba de primera parte, no pasarían hechos destacables. El Betis era el dueño de la pelota, pero la manejaba con tal indolencia que no creaba peligro a un Leganés que supo sufrir cuando tocaba.
Más o menos estaba consumado. Tanto el partido como la temporada. El partido porque la diferencia parecía más que suficiente como para que se escapase y la temporada porque el Lega está a tan solo un punto (o dos derrotas del Sporting) de quedarse un año más en Primera División.
Tras el paso por vestuarios, volvería el ritmo frenético de transiciones y juego vertical del Leganés, y con ello los goles: Gabriel y Szymanowski. El brasileño protagonizaba una auténtica obra de arte al marcar un gol desde el centro del campo: robo de balón a Rubén Pardo, y con toda la intención del mundo y viendo a Adán adelantado, el osado mediapunta se la coló desde la líea que divide el terreno de juego. Y ya en el tramo final, Álex marcaría su segundo gol de la noche, el primer doblete con la camiseta del Lega justo el día que llevaba el brazalete de capitán. El argentino se hizo con la pelota en el lateral del área, se fue hasta el punto de penalti y superó la salida de Adán con una pequeña vaselina.
Era la guinda a una noche idílica en la que el Leganés consigue rozar con la yema de los dedos la ansiada y complicada permanencia en la liga de las estrellas, además de regalar a su gente una noche para el recuerdo en un temporada histórica.