Texto publicado en 2014 tras el ascenso a Segunda

Supermario, una vieja historia del Lega

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El Lega ha vuelto. Su ascenso llena un hueco vacío desde hace muchos años en la Segunda "A". Nos habíamos acostumbrado a su presencia, se hizo un clásico de plata, el equipo que junto con la S.D.Eibar más temporadas seguidas había militado en Segunda División.

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Llevo veinticinco años pegado al Leganés. Tuve la suerte de narrar partidos en el antiguo Municipal Luis Rodríguez de Miguel, aquel campo que estaba en el centro del pueblo y que se llenaba en todas las categorías. Descubrí derbis fuera de catálogo y no eran ante el Getafe, aquellos encuentros frente a las Agrupaciones Deportivas del Parla y Alcorcón. Fútbol en esencia pura, grandes peloteros degradados por la suerte a jugar en el fútbol modesto pero que en cada partido dejaban su firma.

Veinticinco años siguiendo a un equipo dan para mucho, dan para haber visto ponerse la blanquiazul a un adolescente Samuel Eto'o que con 16 años apuntaba lo que sería años después, un auténtico crack. A jugadores como Belenguer, Catanha, Melgar, Javi López, Makukula, Alfredo, Vivar Dorado, Pachón, Puñal, Moisés García… que se convirtieron en la tarjeta de presentación de este club en la wikipedia. Pero también pude ver a otros muchos con nombres menos conocidos, incluso con apodos de barrio como Tocho, para mí son la esencia de este equipo del sur de Madrid y de sus éxitos, tantos futbolistas que sería un pecado enumerar solo a algunos de ellos y dejar en el limbo del reconocimiento al resto.

Viví en directo cómo un imposible, el ascenso del Lega a Segunda en la 92-93, se hacía realidad de la mano de Luis Ángel Duque. También cómo rozó el ascenso a Primera realizando la mejor temporada de la historia, sus agónicas permanencias en la categoría de plata, unas veces deportivamente y otras en los despachos. El estreno de Butarque, la invasión argentina y el descenso al olvido. Toda una vida que sería imposible resumir en unos folios, salvo si alguien me preguntara por el momento más especial que he vivido en mis años junto al Lega y que protagonizó un portero. Una jugada que resume una historia.

El Leganés era para Mario Soria Amor, joven canterano del Legamar, el equipo de su vida, el de sus amores. Empezó a parar balones con la blanquiazul siendo un niño y siguió haciéndolo hasta alcanzar el primer equipo y los momentos más mágicos de su club. El milagro de jugar en Segunda parecía esfumarse a las primeras de cambio en el debut pepinero en la categoría de plata. El equipo no ganaba, no sumaba, su farolillo rojo parecía el sino de los leganenses hasta el final de la temporada y su buena imagen en los partidos era poco efectiva.

Aquella tarde parecía una más del calvario, el sueño se convertía en cruda realidad. El Castellón aprovechó un rechace para hacer el 0-1 en un balón mal atajado por Mario, un tipo que no merecía ese error. El partido agonizaba, los blanquinegros se acercaron por segunda vez en todo el encuentro y Mario salvó el segundo gol en una intervención prodigiosa. No le valía, su equipo volvería a perder. Faltaban minutos para que el Municipal se quedará sin puntuar cuando el colegiado señaló córner, carrera a la desesperada del portero local hacia la portería contraria (ahora es habitual, en aquella época solo algún portero se atrevía con penales y faltas). La afición leganense no lo había visto nunca, nosotros tampoco, los ojos como platos deseando que el fútbol hiciera justica con aquel buen chaval y portero. La figura de Mario se elevó por encima de compañeros y rivales, su cabeza conecto un certero remate….

Poco tiempo después Coca Cola emitió este anuncio…

Muy pocos sabemos (gracias María) que el portero del Leganés tuvo mucho tiempo para repasar la jugada en su cabeza cuando acabó el partido porque abandonó el campo muchas horas después, algo le impedía orinar para pasar el control. No estuvo solo: Fernando, el portero del Castellón fue su rival en aquellos larguísimos segundos y en el sorteo antidopaje. Entre risas y cervezas los dos se recrearon en la jugada clave.

Mario Soria Amor sí supo lo que era marcar un gol, su remate fue certero, el balón se alojó en las mallas de la portería del Castellón. El Municipal estalló de alegría, el Lega sumó su punto, después llegaron más, tantos que el equipo logró salvar el milagro y el fútbol se hizo más grande. Mario se convirtió en “SupermarioLega” para la eternidad.

Mario es en la actualidad entrenador de porteros en la cantera del Real Madrid. Los que más le conocen cuentan que mientras corría hacia la portería del Castellón siempre supo que como mínimo iba a rematar aquel balón. En su cabeza tenía el error del primer gol que encajó y que tenía que remediarlo como fuera. El único que no se sorprendió fue su irrepetible entrenador Luis Ángel Duque: “si es que en los entrenamientos lo hacía, seguramente fuera el mejor rematador de cabeza que había en el equipo”.

Texto publicado en www.bluebbva.com año 2014