Belman salva la buena racha final
El cancerbero del Real Madrid Castilla evitó el empate del Real Valladolid Promesas en el tramo final con varias buenas intervenciones
El conjunto castillista termina la temporada con la flechita para arriba, encadenando siete partidos sin perder y en la octava posición
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El Real Madrid Castilla despidió la temporada con buen sabor de boca, con un triunfo sobre el Real Valladolid Promesas que le permite acabar encadenando siete partidos sin perder y ocupando la octava posición. Y aunque pasara lo que pasara la plaza habría sido esa, debido a la Victoria del Talavera que impidió al conjunto castillista ascender un último puesto, lo otro ha de agradecérselo a Belman, auténtico salvador en la segunda mitad, en la que los blanquivioletas dieron un paso adelante y tuvieron varias ocasiones muy claras, que el portero evitó.
Como no había nada en juego, porque los vallisoletanos habían conseguido la salvación en la anterior jornada, los dos equipos jugaron sin presión, lo que destensó a las defensas y alegró a los atacantes. Así, aunque Santiago Hernán Solari (más que Miguel Rivera) pedía intensidad a los suyos a la hora de encimar la salida de balón, nunca fueron a degüello, aunque tampoco lo necesitaron, porque la zaga local cometió errores no forzados que favorecieron recuperaciones en campo rival de los madridistas. Aunque el cero a uno no llegó de una de esas acciones, sino de una combinativa que nació en campo propio y que aceleró sobrepasada la medular. El cuero acabó en las botas de Cristo, que, escorado a la derecha, se sacó un remate al palo contrario por un hueco que solo vio él. Desde fuera, no parecía que cupiera una aguja por donde la introdujo.
Y entonces empezó el show de Belman. Miguel de la Fuente recibió un buen balón de Samanes, remató y el disparo impactó en la cara del meta, que ni se inmutó. A sangre fría le igualó pocos minutos después Antonio Domínguez con el gol del empate, desde el punto de un penalti que fueron tres, porque hasta tres veces le pegaron a Samanes, aunque quizá en la que el árbitro señaló la pena máxima fue la menos clara (y, por ello, la más protestada). Antes del descanso, Miguel volvió a recibir el esférico en el área desde la izquierda, lo controló con el pecho y engatilló, y Belman lo volvió a asumir como el guardaespaldas que evita el asesinato del presidente. El rechazo, con él en el suelo, lo tiró alto Boselli.
Todavía pronto, antes de la media hora de partido, Quezada dibujó una obra de arte con un lanzamiento de falta que se convirtió en un precioso tanto. Y con aquello, el Castilla se sintió más cómodo, buscó mucho a Óscar entre líneas y a Cristo por donde quiera que estuviera, ya que el canario, por móvil, fue líquido, por intermitente, el Guardiana, pero en cuanto a fútbol, caudaloso. Fue, el chicharrero, la encarnación del propio juego: se jugó, de manera alegre por momentos, pero el tono de postemporada era el típico de estos encuentros, como una suerte de 'All Star' entre novatos de la NBA.
El entrenador del Real Valladolid B probó que quería voltear el marcador introduciendo a su 'pichichi', Luis Suárez, para duplicar la amenaza ofensiva. Y le sentó bien, puesto que el colombiano galopó como un pura sangre en busca de la igualada. Aunque las ocasiones más claras fueron de Domínguez, desbaratadas por Belman nuevamente. Dos de ellas fueron tan asombrosas que los aplausos de la grada parecían repartidos entre el '10' y el cancerbero. Al primero, por la volea y por cómo empaló el rechazo. Y al segundo, porque pareció un milagro que sus reflejos le permitieran rehacerse así y despejar de nuevo.
Lo de Belman le sonaba a la afición vallisoletana a superhéroe, y poco menos que lo fue. Se plantó como Neo ante las balas, la única que encajó a la postre no hizo demasiado daño. Fue como si en Matrix al elegido le disparasen en un tobillo, o menos aún, en la gabardina. Luis Suárez se marchó a última hora entre varios castillistas, pero su disparo fue manso a las manos del portero. El cafetero quiso ser el agente Smith, pero bastante triunfo es la permanencia; de máxima importancia, más que puntuar esta vez. Aunque el Castilla estuvo inoperante en ataque en la segunda mitad y lo justo habría sido un empate, a nadie le importó mucho el resultado final, vistas las sonrisas de todos cuando todo acabó, así como los 'selfies' y los autógrafos también de los madrileños sobre el mismo verde, a familiares y aficionados.
No tiene incidencia alguna el resultado en el devenir de nadie, aunque deja un buen sabor de boca al filial del Real Madrid por cómo todo acaba. Octavo a la conclusión del campeonato, fue de menos a más con el transcurso de la temporada y ha acabado enlazando siete partidos sin perder, el mejor 'rush' final de los veinte equipos del Grupo I de la Segunda División B, incluso por delante del campeón, el Rayo Majadahonda, o de un Celta B de play-off. Jugando a fútbol ficción: ay del Castilla si durara tres jornadas más la competición...
Ficha del partido
Real Valladolid Promesas: Guille Lara; Apa (Velásquez, min. 63), Carrascal, Sali, Corral; Alvarado, Miguel Marí; Boselli (Luis Suárez, min. 46), Antonio Domínguez, Samanes; y Miguel (Pablito, min. 87).
Real Madrid Castilla: Belman; Álex, Javi Sánchez, León, Reguilón; Jaume, Fidalgo (Tejero, min. 66); Franchu (Seoane, min. 66), Óscar, Quezada (Mancebo, min. 87); y Cristo.
Goles: 0-1, min. 15: Cristo. 1-1, min. 21: Antonio Domínguez (penalti). 1-2, min. 27: Quezada.
Árbitro: Iglesias Gutiérrez (Comité Técnico Cántabro), auxiliado en las bandas por Obrado España y Trueba González. Amonestó al visitante Jaume.
Incidencias: Trigésima octava y última jornada en el Grupo I de la Segunda División B. Partido disputado en Los Anexos al Estadio José Zorrilla, ante unos 300 espectadores.
* Foto: Raquel Gómez (Blanquivioletas).