Opinión

Claro que se puede

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La parroquia alfarera no está viviendo su mejor momento. Es necesario caminar todos juntos, no abandonar y creer que es posible conseguir el objetivo.

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Si alguien puede sacar esta situación adelante no es solo el Alcorcón, es la afición del Alcorcón. Ahora se ve todo nublado, la sombra del descenso sigue amenazando a una familia que no se lo merece. Eso es ser alfarero, pertenecer a una gran familia. De nada sirve abrir el periódico, buscar la clasificación de Segunda División y ver tus colores tan solo un punto por encima del descenso.

Este equipo tiene doce finales por delante. Doce encuentros donde no caminará solo. El calor de la afición va estar siempre detrás. Aquellos que se dejan los pulmones para reflejar el sentimiento que llevan acumulado en lo más profundo de sus entrañas, no dejaron solo al equipo en las buenas y tampoco lo van a dejar en las malas. Situación difícil, pero no límite. La desilusión, la apatía, las desganas, el hastío jamás pueden ni deben vencer a la esperanza, la ilusión, el anhelo, el deseo por conseguir el objetivo. Ese objetivo de empeñarse en seguir una temporada más en la categoría de plata. Ni Julio Velázquez, ni sus hombres caminarán solos en este trayecto, estoy seguro. Es el momento de aunar fuerzas, de creerse que es posible. Es el tiempo de no desfallecer, de no rendirse, de continuar y de no abandonar. Por los que ya no están y por los que aún no han llegado, es la hora de dejar al Alcorcón en el sitio que se merece, la Segunda División.

El comienzo de temporada no fue el más alentador, pero la Copa del Rey supuso una inyección de moral para pintar una sonrisa en la cara de todo alfarero, y conseguir lo que nunca antes se había conseguido, un pase a cuartos. Eliminar a Getafe, Elche, Espanyol, Córdoba y plantarse entre los ocho mejores de la competición solo estuvo al alcance de un equipo de Segunda División, y fue el Alcorcón. Esta será una historia más que tienen que contar los padres de hoy a sus nietos de mañana. Fundamental es seguir todos unidos, remar en la misma dirección, y no rendirse hasta el final de la jornada 42. Hasta el último minuto del último partido.

Toca arremangarse la camisa para verse la cara con tres equipos por debajo en la clasificación las tres próximas jornadas.  Toca visitar Almería y Miranda de Ebro, pero el Mallorca tiene la obligación de pasar por Santo Domingo. Tres partidos donde todos se dejarán el alma. Tres finales fundamentales. Toca afinar la garganta, preparar el megáfono, sacar los colores amarillos, ondear las bufandas y demostrar lo que significa ser del Alcorcón. No es momento de señalar culpables. Ahora solo vale sumar, sufrir y vencer.  Nadie dijo que el camino fuese fácil, pero también es cierto que pocos se lo esperaban tan complicado.
Llegó la hora. Es el momento. Es necesario cargar de ilusión la mochila, apartar las piedras del camino, de levantarse después de cada chasco. Valladolid ya es pasado. Toca pelear y volver a creer que es posible. 

Claro que se puede.