El Getafe lo 'Borda'

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El Getafe gana por la mínima al Zaragoza y se mete en la lucha por el ascenso.
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Unas horas antes de que el Getafe ganara al Zaragoza haciendo suya la expresión “por la mínima”, en la tele pusieron ‘Django desencadenado’, película de culto que va de un esclavo metido a cazarrecompensas para recuperar lo perdido. Y a uno, que tiene la cabeza como la tiene, le da por extrapolar. Si no fuera porque en vez de negro es azul, la historia podría ser la del Geta, equipo al que Bordalás cogió siendo un esclavo de su pasado y lo ha convertido en un mercenario que, con tal de cumplir su objetivo, primero mata y después pregunta. El objetivo, recuperar a su amada, está ahora un pasito más cerca.

Y ello a pesar de que el camino no puede ser más largo. Así, lo importante es que si tropiezas, como los azulones en Tarragona hace una semana, te levantes sin mirar atrás. No importan los 21 puntos logrados hasta la fecha, sino los que quedan por conseguir. Tampoco es momento de pararse a debatir sobre el estilo, la diversión o el buen fútbol: en Segunda uno se da cuenta de que no hay mejor fútbol que el que te hace sumar sin aditivos; mejor cuanto menos lo merezcas. Por eso sabe tan bien el triunfo de los azulones ante el Zaragoza, para el que no hizo más que encajar un gol menos que el rival. En Getafe, como la D en Django, la victoria es muda.

Al final y en un encuentro de empate por naturaleza, el conjunto de Bordalás se llevó dos puntos de propina ante un rival al que, a pesar de perder, se le ven formas de equipo importante. No obstante, el Zaragoza gozó de la mejor oportunidad el partido, en un mano a mano que Alberto sacó a Ángel en el minuto 4. Pasado el susto emergieron Gorosito atrás y Jorge Molina adelante, cuyo partido fue una batalla ganada más. Hoy tocó marcar después de tiempo sin hacerlo, pero luchó como cada jornada. El penalti del triunfo fue sobre él, el gol fue suyo, la victoria lleva su nombre. Jorge Molina se lo guisa, Jorge Molina se lo come.

Con ese hambre, el Getafe no se descuelga y se mete arriba, pasando a los maños y colocándose a tres puntos del ascenso directo. Números que no sirven de nada si no hay constancia, ya que la igualdad devora el paisaje; hoy estás arriba, mañana abajo. Los detalles lo definen todo, sobre todo en esta Segunda y en este Getafe. Si la semana pasada caía por una falta tonta, ésta gana por un penalti tonto. Una cosa parece clara: sin conceder errores y esperando el del rival, no se pierde. Lo sabe Bordalás, que acumula ocho partidos en los que ha encajado tres goles para perder sólo un encuentro. Guste más o menos, el equipo suma, sigue y se acopla a los pequeños detalles que marcan la diferencia. Con la llegada del técnico alicantino, el Geta, más que ser un bien propio, se ha convertido en un mal ajeno. El hecho de que los números, su mayor fuerte, acompañen por casualidad o causalidad marcará el devenir de la temporada.

Como dijo Radomir Antic en una reciente entrevista para Jot Down, los resultados son lo único que no se discute en el fútbol, así que hay poco que discutir a Bordalás. Hoy 1-0, de penalti casi en el último minuto y para casa, lo que es más que suficiente; estos tres puntos ya no se echarán de menos. Ahora, a expensas de lo que venga, este Getafe ya no es esclavo ni apena, aunque aburra. Es un equipo liberado, que no libre, porque no lo será hasta que logre lo que anhela. Sigue avanzando con el pasado grabado en el alma, se ha quitado las cadenas y no va a parar de matar hasta reconquistar su tesoro. Y no es una amenaza, es una promesa.