Marko Dmitrovic

Si alguien estuvo en Reus indudablemente ese fue Marko Dmitrovic. El portero serbio atajó todo lo que se encontraba a su alcance, y también lo inalcanzable. Él fue quien salvó al Alcorcón de algo que podía haber sido peor. De una derrota que hubiese sido muy difícil de asimilar para el cuadro alfarero.
Julio Velázquez sorprendió en el once de filas inicial. Owona, quien salvó al Alcorcón ante el Mallorca no viajó a Reus, Iván Alejo se quedó en el banco de suplentes, Álvaro Giménez saltaba de inicio, Rafa Páez volvía a la titularidad después de su larga lesión en un partido trascendental para seguir en la pelea, y David Rodríguez salió  por la izquierda. Un once con muchos movimientos y con muchas sorpresas, en un encuentro donde se iban a ver las caras el peor local contra el peor visitante de la categoría. 

El partido empezó muy igualado de inicio, con un Bakic que comenzó intentándolo en un disparo muy potente, pero muy retirado de la portería. Poco duro esa igualdad sobre el terreno de juego cuando el Reus por medio de Máyor empezó a inquietar a Dmitrovic. El conjunto catalán se estaba empezando a crecer, acosando la meta alfarera y dificultando mucho la salida del balón. El partido iba a ser un cuerpo a cuerpo  entre el Reus y Dmitrovic. En el minuto 26 empezó el duelo cuando el serbio se tuvo que emplear a fondo para salvar los muebles del Alcorcón, en una clara ocasión de los locales.

Había que espabilar y el Alcorcón tuvo una clara ocasión para adelantarse, en una jugada en la que el esférico acabó golpeando en la cruceta. El Reus lo quería seguir intentando en su lucha particular, esta vez Atienza se choca contra el muro de Dmitrovic bajo los palos. Los de Julio Velázquez no aparecían, y era el guardameta el que los estaba salvando de algo que podía haber sido mucho peor. El Reus no se rendía, Dmitrovic tampoco. David Haro lo volvió a intentar, pero era imposible tocar la red de fondo con el esférico. El conjunto de Natxo González estaba llegando con mucha facilidad, pero no acaba de materializar las ocasiones. Un Alcorcón noqueado, bloqueado y atascado no terminaba de salir con el esférico,  y sembrar ocasiones de cierto peligro parecía utópico.

Tras la reanudación iba a ser Carbià el que se iba a desesperar tras encontrarse bajo los palos a un hombre vestido de verde, con el número uno en la espalda y de nombre Marko. El Reus continuaba llegando con peligro, sembrando el pánico en un equipo que mira de reojo un descenso y sin capacidad de reacción. Óscar Plano también lo quería intentar en un disparo que se marcha por alto, y que no tuvo mayores consecuencias. Julio Velázquez quería despertar el partido y utilizó la entrada de Iván Alejo como revulsivo en lugar del capitán alfarero. Había que ir a por el encuentro. Lejos de inquietar, de mejorar, el Reus de nuevo por medio de Màyor iba a tener una clara ocasión para adelantarse en el luminoso en un disparo que despeja el héroe alfarero. Dimitrovic volvió a deslumbrar y a sacar de quicio a los locales que no veían ocasión de perforar la portería. Los catalanes seguían acosando y Velázquez decidió dar entrada a Martín Luque y a Pablo Pérez en lugar de Álvaro Giménez y Kadir.

Nada solucionaba el calvario que estaban viviendo los locales cada vez que se asomaban al balcón del área. Esta vez Querol se encontró con el que todo lo paraba, con el infranqueable, con la muralla alcorconera bajo los tres palos. Los minutos pasaban y los hombres de Julio no reaccionaban, no creaban peligro, no inquietaban y no gozaban de ocasiones para llevarse el partido. Se rozaban el minuto 90 cuando David Rodríguez y Pablo Pérez vieron la ocasión más clara.
Los alfareros terminaron con 10 sobre el terreno de juego debido a la doble amarilla que vio Bellvís en la recta final del encuentro. Mucho vértigo tiene el Alcorcón. Mucho cuesta generar ocasiones claras. Un punto más pero insuficiente. Toca seguir peleando en la lucha por la permanencia. Marko Dmitrovic, una vez más protagonista del punto.