Una escuela de fútbol diferente
PoblaFM visita la Escuela de fútbol DBase donde nos cuentan la importancia de la formación no sólo física, también psicológica de los chavales
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Nos trasladamos hasta Leganés. Esta ciudad del sur de Madrid tiene una gran cantidad de equipos centrados en el fútbol base y en la formación de futbolistas pero hay un caso que llama la atención. Hace dos años, abrió sus puertas la escuela de fútbol DBase. Este club formativo busca diferenciarse de los demás ofreciendo servicios que nadie más ofrece. Profesionalidad, formación y soporte psicológico son los valores que distinguen a esta escuela.
Su presidente, Cándido García, ha sido profesor, entrenador, psicólogo deportivo e incluso educador. Cándido nos cuenta cómo en 2015 inició este proyecto con la intención de cambiar, a raíz de sus experiencias como entrenador y como padre, algunas cosas de las escuelas tradicionales para crear algo distinto. “Normalmente los clubes quieren aparatar a los padres del club, nosotros intentamos incluir a los padres. Ellos no están directamente dentro de la escuela pero intentamos crear una buena relación entre padre, entrenadores y directiva”.
“Nosotros el fútbol lo hacemos más gradual, no pasamos de fútbol 7 a fútbol 11. Con los chupetines hacemos fútbol 3 sin competición, en prebenjamines y benjamines vamos al fútbol 5, alevines fútbol 7 y pasamos luego a fútbol 11. Si juegan cinco niños tocan mucho más balón y aprenden mucho más, hay estadísticas de la FIFA que así lo demuestran.” Esta es una de las novedades que ofrece DBase a sus alumnos. Además su presidente nos cuenta como dan valor a un aspecto que apenas se tiene en cuenta en la preparación deportiva, el ámbito psicológico. “Yo soy psicólogo deportivo y queremos incluir la parte mental que la añadimos al plano físico y al táctico. El año pasado trabajamos un programa que se llama equipo 360 grados donde trabajamos las variables psicológicas de un equipo como es la cohesión interna. Este año intentaremos trabajar también variables psicológicas a nivel personal, no como equipo, estas variables son la autoconfianza o la motivación. Los objetivos además los acordamos con ellos para que sean partícipes de esos objetivos”.
Llama la atención la forma de jugar de sus chupetines que lo hacen en pistas de minibasket con porterías en equipos de fútbol 3. “Los niños están todo el rato tocando al balón, todo el rato metiendo goles” comenta Cándido. “Nosotros no podemos federarnos en fútbol 3 por lo que vamos haciendo torneos y compitiendo con algunos colegios para que se acostumbren a jugar antes de dar el salto a prebenjamines”.
En el caso del plano psicológico, con la dificultad que tiene el actuar sobre ese plano en chicos tan pequeños, Cándido tiene una serie de pautas a seguir para lograr que el mensaje llegue a sus alumnos. “Tenemos distintas téncicas y herramientas. Por ejemplo trabajamos la concetración, el control de la ansiedad y el estrés, les damos técnicas y ejercicios respiratorios para controlar la tensión. En caso de que queramos activar a los jugadores antes de un partido podemos utilizar música, es algo que utilizan muchos equipos profesionales. También intentamos reforzar lo bueno porque lo malo ya se trabajará”.
Cándido también tiene un proyecto que consiste en establecer una metodología de trabajo de valores. “Queremos generar un aprendizaje inconsciente. Los valores se pueden trabajar, entrenar y valorar. Al final, los valores es una cualidad que se convierte en hábito con trabajo. Nosotros lo haremos tangibles estableciendo una tabla de valores en las que podemos evaluar nuestros esfuerzos y nuestros valores”.
El club tiene un gran proyecto pero no le faltan dificultades sobre todo en cuanto a falta infraestructuras. "Aquí en Leganés hay una masificación de club y una falta de instalaciones. Nosotros somos siete equipos pero realmente es complicado porque solo tenemos un campo y los pequeños entrenan en algunos colegios” comentó el presidente. En cuanto a lo que personal se refiere, la mayoría de los entrenadores son gente joven que están empezando a entrenar, muchos de ellos vienen a hacer prácticas de TAFAD sobre todo desde los Salesianos donde Cándido también imparte clases.
Llama la atención como una escuela tan nueva cuenta con una figura que parece reservada a la los grandes clubes del fútbol profesional, un director deportivo. Este puesto lo ocupa Adrián Pérez. “Yo vi bien la función de representación y así podía liberarme de algunas cosas” comenta Cándido sobre la decisión de nombrar un director deportivo. Adrián explica su labor en el club. “Mi función es intentar cambiar esto de actividad extraescolar a ser una escuela. Nosotros, a diferencia de otras escuelas, no queremos que nuestros equipos base se utilicen para financiar a un primer equipo que esté jugando en Regional. Cándido se tiene que encargar más al tema institucional. Mi función es ver los entrenamientos de todos los equipos para ver que se cumplan nuestras pautas, nuestros valores y que los jugadores jueguen un mínimo de minutos pero siempre sin entrar en el trabajo de los técnicos. Me encargo de la gestión deportiva y crear algunas pautas para realizar a los entrenamientos. Una norma que tenemos es que si nuestro equipo gana por 4-0, todos los jugadores tendrán que tocar el balón antes de tirar. Mi última función es también la de llevar las redes sociales”.
Adrián comenta algunos de los sorteos que hacen dentro del club y de la exigencia que tienen con los entrenadores. “Todas las entradas para el fútbol o el baloncesto y camisetas que nos dan las sorteamos en el club, no hacemos rifa. Nosotros no tenemos un sueldo más que para cubrir el combustible de nuestros vehículos. A los entrenadores les exigimos un título de nivel 1 y tener un certificado de delitos penales y de abusos limpio. Queremos que el padre que deja a su hijo con nosotros esté tranquilo. Nuestro sueño es que un jugador de nuestra escuela sea internacional y sobre todo que los niños que salgan de aquí sean buenas personas en el día de mañana”.
Por último pudimos hablar con algunos padres y alumnos de la escuela y todos estaban encantados por haber elegido la escuela DBase. Los padres por los valores que reciben sus hijos y los alumnos por la diversión y el aprendizaje que consiguen entrenando y jugando.