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"No hemos hecho nada especial. Bailar, reírnos, tomar una copa y celebrar mucho". Llull y Campazzo (relevo emocional de Nocioni), acompañados de Causeur y Yusta, se saltaron el protocolo de la celebración y se acercaron a Cibeles cuando la claridad ya había ganado la batalla a la noche. Fue el último servicio a una temporada que ha dejado 66 victorias, un par de momentos angustiosos y un 2 x 83. Dos títulos tras 83 partidos.  

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Cinco Sentidos Baloncesto

De cada aventura radiofónica uno suele quedarse con alguna imagen concreta. Esta vez el protagonista de la escena que he elegido para abrir este artículo se llama Lolo Calín. Lolo es uno de los ayudantes que forman parte del cuerpo técnico que dirige Pablo Laso. Podéis ponerle cara si visionáis el famoso momento de Felipe Reyes cantando a pleno pulmón el "Fantástico" de Love of Lesbian en el vestuario visitante del Palau. Por ahí aparece un hombre trajeado y con barba dándolo todo. Feliz, dichoso. En éxtasis. Completamente alejado de su puesta en escena habitual, que exige pizarra y tranquilidad. Unos minutos después vi a Lolo en el parqué del Palau, repanchingado en una silla, hablando por el FaceTime con una de esas personas que siempre están en los malos momentos.

Lolo Calín es un entrenador de 37 años que lleva media vida en el Real Madrid, entidad a la que llegó procedente del colegio San Agustín. Es ayudante de Laso, que cuando sonó la bocina final prefirió no atender a los micrófonos que lo requerían, que solo entró al vestuario para el tradicional selfie de Llull y que, como es habitual, ni siquiera asomó su flequillo (es un decir, Pablo) en el balcón de la Comunidad de Madrid. "Estoy contento por todos, jugadores, empleados y aficionados, pero yo prefiero no aparecer porque ahora la fiesta es de los jugadores. Decimoséptimo título para el hijo de la señora Biurrún, a cinco de Lolo Sainz y a diez de Pedro Ferrándiz. La leyenda se sigue escribiendo en el interminable libro de éxitos de esta etapa aún inacabada.

Porque el Madrid de Pablo Laso (incluye a muchas personas dentro y fuera de la pista) sigue en plena vigencia. Dentro de tres meses la Supercopa de Madrid será el amanecer del Laso 9.0. Casi nada. Pero obviamente no es lo mismo ganar que perder. Porque las victorias siempre arrastran menos barros. Y más en una sección dependiente de un club de fútbol. La quinta Liga en siete años refuerza un proyecto que anhela volver a estar en la Final Four para pelear, otra vez más, la Copa de Europa. En esta final el Madrid ha tumbado a un rival que le tenía tomada la medida en combates cuerpo a cuerpo desde el advenimiento de Pesic al conjunto culé. Hay un sector impenitente que le sigue negando el pan y la sal al técnico vitoriano. Argumentan básicamente que durante los últimos ocho años los trofeos de la sección han sido gracias a los jugadores, o al presupuesto, o a Florentino y las derrotas son culpa del entrenador. El caso es que durante el último lustro el Madrid, que siempre llega a las instancias finales de todas las competiciones, ha levantado cuatro Ligas y dos Euroligas. En el mismo espacio de tiempo el Barcelona no se ha podido asomar a ninguna Final Four y tampoco ha podido conquistar el torneo doméstico. Con Pascual, Bartzokas, Sito ni Pesic.

"Cuando estás acostumbrado a ganar y mantienes el hambre, es muy difícil que no acaben cayendo los títulos", confiesa el número uno de la sección, Juan Carlos Sánchez. Durante estos años el Real Madrid ha negociado con solvencia la fuga de Mirotic, Sergio Rodríguez y Luka Doncic, por nombrar solo a tres actores principales del éxito. También ha sobrevivido a la gravísima lesión de Sergio Llull, el gran ídolo del madridismo. "Llevo dos años de mierda". Sirva como ejemplo que en los títulos merengues se han ido alternando los mejores jugadores, desde Felipe a Campazzo, pasando por Llull, Chapu o Rudy. El Madrid no deja de ganar, no deja de pelear por todos los títulos. Los corbatas de la sección llevan ya varios meses trabajando en el futuro, cuya hoja de ruta apunta a Campazzo y Tavares como pilares del proyecto, Jordan Mickey como interior multidisciplinar y un base del primer escalón europeo por el que van a pelear hasta el último cartucho. El proyecto ganador del Madrid está plenamente vigente y va a ser reforzado. Si los blancos quieren prolongar esta etapa gloriosa durante la 19/20, el curso que viene se irán seguro a más de 83 funciones.