La familia azul
El Baloncesto Fuenlabrada reúne todos los ingredientes que necesita un periodista para disfrutar con su trabajo y estimular su pasión por el baloncesto. Pero seamos serios, aquí el periodista es lo de menos. Lo verdaderamente importante es que el club sureño crea y deja crear un fantástico ambiente de familiaridad que refuerza la devoción por una de las entidades más importantes del deporte madrileño.
He disfrutado del enorme privilegio de poder contar los partidos de Eurocup del Montakit Fuenlabrada para La Otra de Telemadrid, una aventura fascinante con la que he aprendido muchísimo. Una experiencia que me ha servido para refrendar todo lo que ya sabía después de tantos años junto a los azulones en Onda Madrid. Sí, azulones, que es como le gusta ser bautizados a los aficionados del Fuenla, lo de naranja es coyuntural, sobre todo para el capítulo de la nostalgia y los sentimientos.
El Fuenla es una familia. Es admirable cómo cuida el club a sus aficionados y peñas a través de las redes sociales. Nunca les sobra una etiqueta, ni un RT, ni una mención para demostrarle a su gente que ellos también forman parte de las alegrías y decepciones del equipo. Emociona porque es algo difícil de ver en la élite, donde en la mayoría de ocasiones los perfiles oficiales de los clubes parecen dirigirse a su público desde un púlpito a todas luces ficticio. Ese modo de actuación del Montakit Fuenlabrada en redes es reflejo de la vida real, en la que Jota y los jugadores siempre tratan de interactuar con sus devotos seguidores. Ya sea en una cena con una peña o en una charla en las tripas del Fernando Martín.
El Fuenlabrada ha completado una Eurocup notable. Poderosos equipos con sello Euroliga han besado la lona del Fernando "Fortín". Los azulones han carecido de gatillo forastero, un defecto que a la postre les ha penalizado a pesar de llegar con vida al kilómetro 14 de un torneo muy exigente. Se han quedado a las puertas de los cuartos, pero han engordado el orgullo de una de las parroquias más fieles del basket español. En los libros de historia quedará para siempre que un tiro libre de Marko Popovic con la camiseta del Fuenla le convirtió en el máximo anotador histórico de la Eurocup. Legendario. Una pequeña muesca como colofón a un gran curso continental. Resultados al margen, la familia azul es maravillosa. Qué bien lo hemos pasado. Gracias a todos.
PD. Queridos Roberto, Ezequiel y David. No me quiero olvidar de vosotros en estas humildes líneas porque desde el periodismo también formáis parte de la familia azul. Cuánto aprendo de vosotros, socios.