Madrileñismo

Madrileñismo es disfrutar con el Madrid de basket cuando el Monarca levanta un trofeo al cielo, pero también estar con ellos cuando todos asumían en la previa que iban a palmar. Sí, eso pasaba no hace mucho, hacedme caso. Madrileñismo es abrazarse al nirvana contando una final del Estudiantes en Vistalegre, pero también hacer un viaje en tren a León con un miedo aterrador a que el Estu se fuera a la mierda. Madrileñismo es acompañar al Fuenlabrada hasta el último rincón de Europa en una competición que los demás convierten en clandestina, pero también llorar con ellos sobre el parqué del Raimundo Saporta un minuto después de consumarse el temido descenso.

Madrileñismo es contar una final del Rivas Ecópolis en un Cerro del Telégrafo a reventar. Madrileñismo es disparar la ilusión soñando con un ascenso imposible del Complutense, aquel equipo dirigido por el “Cura” Miguel Ángel Martín que casi obra un milagro en forma de ACB. Madrileñismo es dar visibilidad al Real Canoe y al Estudiantes femenino, espacio que ahora ha ocupado, sufriendo cada semana para mantener la categoría, el CREF Hola del castizo Chamberí. Madrileñismo es escarbar en una Mini Copa para que los muchachos con solera siete estrellas comiencen a ser conocidos.

Madrileñismo es presentar a Sergio LLull cuando no tenía ni barba. O charlar con “Nachocho” (Azofra) durante horas. O hacer una triple (qué bien hilado, demonios) entrevista con Solana, Ferrán y Guardia en la misma pista del Fernando Martín. Madrileñismo es sentir el deporte de esta Comunidad aunque hayas nacido a cientos de kilómetros. Madrileñismo es hacer las cosas con más amor que obligación. Madrileñismo es devoción. Madrileñismo es sentirlo. Y sueños imposibles. Madrileñismo es intentarlo siempre, hasta cuando es imposible. Madrileñismo es santificar este maravilloso deporte llamado baloncesto. Madrileñismo es encontrar esa historia que merece la pena ser contada. Madrileñismo es ganar y perder… pero siempre estar.

Madrileñismo es PoblaFM. Necesitamos que nos acompañéis en este enorme desafío.

Gracias de corazón.