Consejos nutricionales: comer fuera no está reñido con buenos hábitos
En los últimos años y conforme vamos cumpliendo primaveras, tendemos a salir con amigos o parejas a cenar o comer fuera. Esto no implica necesariamente tener que salirte de una dieta equilibrada. Aunque a veces no nos lo ponen nada fácil.
Foto: Infosalus
La sociedad española es una sociedad a la que le gusta reunirse y celebrar hechos, cumpleaños, santos, aniversarios, todo. Absolutamente todo. Celebrar y tener turnos partidos en nuestros trabajos es lo que puede estar detrás de que nuestros cuerpos hayan cambiado. ¿Cómo celebramos lo anteriormente dicho? ¿Dónde comemos en el trabajo deprisa y corriendo? Lo primero en una hamburguesería de moda, un americano o alguna pizzería y lo segundo, si no es un bocadillo, en los mismos restaurantes.
Por lo general, mucho aporte calórico y carbohidrato simple y poca proteína.
“Entonces, ¿qué hago? ¿Me coso la boca?”. Rotundamente no
No es cuestión de no salir. De no tener vida social. Simplemente con seguir una serie de pasos sería suficiente para comer fuera de casa sin remordimiento alguno. A continuación vamos a ver y examinar algunas reglas y algunos trucos.
La primera sería no ir a ninguna celebración con el estómago vacío. Realiza tus 5 – 6 comidas diarias para llegar saciado y no llegar hambriento. No vale el dicho “esta noche cenamos en un buffet, pues no como y me reservo”. Error. Al llegar al sitio, si es de menú, normalmente sirven antes el pan que la bebida: pide que se lleven el pan y que traigan agua. Teniendo como norma comenzar la comida con una ensalada. Evita refrescos y bebidas dulces ya que tienen muchas calorías y nada de valor nutricional. Por no hablar en concreto de las gaseosas que erosionan nuestros huesos.
“¿Vamos a un buffet libre?”. La contestación, como recomendación es clara: NO. Cuando tenemos tanta variedad, a la que no estamos acostumbrados, comemos de más. Hasta reventar. Elimina la comida rápida de tus preferencias o gustos. Solo hacen que tu cuerpo se intoxique. Mucha grasa, muchas calorías y pocos nutrientes.
¿Quién dijo que el tamaño no importa? Compartir es vivir. Si pides una ración grande, comparte esa ración con quien estés cenando o con los que estés cenando. De guarnición cambia las patatas fritas por una ensalada o patata cocida. Siempre será más beneficioso. En verano, o cuando viajes, intenta evitar los desayunos buffet de los hoteles que están repletos de bollería y siempre comemos de más.
Di no a las salsas, mantequilla, fritos en general y rebozados en particular
Elige comida de calidad no de cantidad. Cuando estés fuera de casa consume alimentos que se hayan cocido al vapor, a la parrilla o al horno. Teniendo en cuenta que las pieles, en el caso de los animales, es donde más se reconcentra la grasa. Estás en la universidad o en el trabajo y tienes hambre y ¿qué haces? ir a la máquina a sacar algo de comer. Evítalo. Cambia esos snacks basura por snacks saludables previamente elegidos en tu casa.
Y para finalizar estos consejos, no tendríamos mejor postre posible. “De postre un heladito”. Las propiedades de los helados, en general, son más bien escasas mientras que lo que nos aportan en cuanto a grasa, azúcares y calorías ya tendríamos cubierto el cupo de medio día. Estamos equivocados cuando pensamos que no hay mejor manera que acabar el día con un heladito.
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