Herencia de Oro
Repasamos la excelente actuación de la selección española de baloncesto en el Eurobasket 2022, justo un año después de la retirada de Pau Gasol, Marc Gasol y Sergio Rodríguez. Analizamos los partidos, la convocatoria, los nervios tras cada ronda y la ambición de conseguir una medalla histórica. Un triunfo totalmente inesperado y que hara recordad cada momento y cada jugador que han logrado tan hito asombroso.
La eliminación de España en los pasados juegos olímpicos de Tokyo 2020 fue algo más que una triste noticia. Era el último partido de los componentes de una generación de jugadores españoles nunca vista y que tardaremos mucho en volver a ver. España se quedaba huérfana de una generación que, personalmente, copan los mejores lugares de un ranking ficticio de los mejores jugadores españoles de toda la historia. Aquella derrota contra Estados Unidos, dejaba a España sin posibilidad de pelear por medalla y con el inicio de un debate de donde nos llevaría el futuro de la selección sin jugadores notables en sus equipos NBA ni Euroliga y con un pelotón de jugadores jóvenes que empezaban a despuntar en sus respectivos clubes y sin la necesaria experiencia de lidiar en fases finales de torneos europeos o mundiales para cumplimentar el gran objetivo deseado por todo aficionado, volver a ganar. Y como nos suele ocurrir cada septiembre, aparcamos la selección española por “culpa” de la temporada regular de los equipos de clubes donde quizá nuestro seleccionador Sergio Scariolo, pueda contemplar a estos jugadores mientras tiene el difícil objetivo de lidiar con la Virtus en la Lega Italiana y la Eurocup.
Y el primer paso para nuestra selección son las ventanas de clasificación para el próximo Mundial en 2023 donde empiezan a emerger una serie de jugadores que, sin saberlo (o sí), están siendo observados por Scariolo para competir en el Eurobasket 2022 de Berlín. Competir, ese es el objetivo marcado por los buenos aficionados al baloncesto cuando descubres la inexperiencia de estos jugadores – no confundir con la calidad – para enfrentarse a unos monstruos venidos de la NBA y con la aspiración de salir campeones de Europa y sumar una “estrellita” más a su abultado currículum de resultados. Es la primera vez en 20 años que nos llegan dudas para elegir a más de la mitad de los jugadores para un torneo con la selección. Primero se selecciona a Lorenzo Brown como base. Crea mucho debate mediático su inclusión en la convocatoria, pero todos o ninguno. Si Larkin (Turquía), Dorsey (Grecia), Tobey (Eslovenia) etc. pueden jugar un europeo, ¿por qué España no puede? Después los jugadores más expertos como los Hernangómez, Rudy (lástima la lesión de Llull) o Garuba. Anotadores como Jaime Fernández o Darío Brizuela y destacados en sus equipos como López-Arostegui, Pradilla o Joel Parra. Se sumaron al barco Alberto Díaz y Sebas Saiz para completar 12 jugadores de los cuales, solo 4 jugadores disputaron el último torneo internacional.
No cabe duda de que son buenos jugadores, con mucha calidad, pero no mentimos si decimos que ninguno es la estrella de sus respectivos equipos, cosa que sí pasa con los rivales en este Eurobasket. La “España de los Gasoles” no hubiese tenido ningún problema en batir a Bulgaria, Georgia, Bélgica, Montenegro y Turquía. Pero esta “nueva España” no destaca por la experiencia y veías cada partido con la sensación de que todos serían igualados y habría que ganarlos en la cancha, con defensa y ataque, buscando un líder como Willy Hernangómez con 15 puntos y 7 rebotes en la primera fase y con el acompañamiento de Jaime Pradilla contra Bulgaria, Darío Brizuela contra Montenegro y Alberto Díaz decisivo contra Turquía. Claro está, detrás de los mas esperados como Lorenzo Brown y Rudy Fernández. Sólo una derrota ante Bélgica (40% en tiros de campo) y cuatro victorias de nivel que ejercieron de mucho carácter al cuadro de Scariolo en la primera fase donde acabaron primeros del grupo A con 87 puntos de media y con el tercer mejor +/- de la competición tras Serbia y Grecia. Llegar a octavos era una obligación, pero he de afirmar que el juego ofrecido por estos chavales novatos en estas lides me convenció de tal manera, que sabía que competirían en las rondas finales.
Y a partir de aquí, empieza lo complicado de esta serie de torneos. Las rondas finales son a partido único y te encuentras a equipos con estrellas de NBA y Euroliga decididos a darlo todo y aportar su experiencia ganadora para luchar por las medallas. Algo que honestamente, le falta a España, nos pongamos como nos pongamos. Después de Rudy y los Hernangómez el jugador con más internacionalidades en España era Sebas Saiz con 39 partidos. Ninguno de ellos, excepto Rudy, saben lo que es levantar un título europeo y ser premiado con MVP. En octavos de final esperaba Lituania. Era “mi tope”, porque el rival salía de un “grupo de la muerte” con Alemania, Eslovenia y Francia entre otros. Un partidazo de España contra Lituania a la que venció 102-94 tras una prórroga, donde apareció el mejor Lorenzo Brown (28 puntos 8 asistencias) el Willy de siempre (21 puntos 8 rebotes) y la experiencia de Rudy (13 puntos) y la potencia de Garuba (8 puntos 8 rebotes 3 asistencias y 2 robos) para desquiciar a Valanciunas con 5 puntos (16 puntos 10 rebotes de media) Sabonis y compañía. Una remontada recordada tras ir perdiendo por 12 puntos a falta de 15 minutos para acabar el partido.
La sorpresa vino en cuartos de final, donde Finlandia se llevaba por delante en octavos a la Croacia de Hezonja y Bogdanovic. Mucho aficionado respiraba aliviado sin enterarse de que eran unos cuartos de final, donde prima más la ronda que se juega que el rival. Finlandia no ha llegado a cuartos por sorpresa y con un Markkanen demoledor se llevaban el primer cuarto con un claro 19-30. Es evidente la mala gestión española, pero, de nuevo de la mano de Willy (27 puntos 5 rebotes), la mejora de Juancho (15 puntos), la polivalencia de Garuba (7 puntos 6 rebotes 3 asistencias) España fue remontando hasta que aparecieron las 11 asistencias de Brown, los 14 puntos de Darío Brizuela y los incuestionables galones de Rudy Fernández con sus 11 puntos y 5 recuperaciones de balón que hicieron inútiles los 28 puntos y 11 rebotes de Lauri Markkanen. España, la nueva España, avanzaba a semifinales para enfrentarse a la local Alemania. Ya habían desaparecido del cuadro Turquía, Serbia y la mismísima Grecia (por parte de Alemania) llena de estrellas NBA y Euroliga como Larkin, Micic, Jokic o Antetokounmpo. Fue un durísimo partido entre dos selecciones que pocos esperaban ver, por lo cual, ambas llegaban con mucha energía pero la experiencia de España cortó los cables a Schröder y compañía y terminó venciendo con un parcial de 20-31 en el último cuarto. Una remontada de carácter con 29 puntos de Lorenzo Brown y partidazos de Willy y Garuba con 17 créditos de valoración. Con tan alto “hype” España se colaba en la final contra la “favorita” Francia.
Favorita porque se componía de un conjunto lleno de estrellas, con Gobert, Luwawu-Cabarrot, Maledon y Fournier en la NBA y Yabusele, Poirier, Heurtel, Okobo y Fall jugando en Euroliga. En España, son 7 jugadores los que no han debutado en ningún torneo oficial de selecciones. Por ese y otros muchos motivos, España disponía de pocas opciones de ser campeón. Pero las tenía, ya fuesen mínimas y con Scariolo como entrenador cualquier cosa podría ocurrir. Como el 20-9 en 8 minutos o el 47-26 en el minuto 18. La esperada reacción francesa colocaba el 49-46 en el minuto 23 y rebajó las expectativas españolas de ganar el título. Pero en un partido “terrenal” de Lorenzo Brown (14 puntos 11 asistencias) y de Willy Hernangómez (14 puntos 8 rebotes), aparecieron Jaime Fernández (0 puntos en octavos, cuartos y semifinales) para anotar 13 puntos en 20 minutos y Juancho Hernangómez que se vistió de actor principal para conseguir 27 puntos con 7/9 en triples para romper el partido en el último cuarto y vencer la gran final 88-76. España conseguía 4º europeo (el 4º de los últimos 6 disputados) de una forma inesperada, con mucho sufrimiento, con las mismas críticas que de costumbre y con la mayor pasión que tuvo en vilo a todo un país durante poco más de dos semanas.
Un triunfo muy especial, porque España no era favorita. Ni para ganar, ni para las medallas. Los más optimistas lo veían llegando a cuartos de final en un torneo con grandes estrellas como dos dobles MVP (Jokic y Antetokounmpo) de NBA, el doble MVP de la Final Four (Micic) de la Euroliga, el jugador con más futuro (Luka Doncic) del mundo y un tío con 37 años que decidió jugar con todos los chavales que desean ser como él, como Rudy Fernández. Y ahora, los nombres de Lorenzo Brown (mejor quinteto) Jaime Pradilla, Rudy Fernández, Xabi López-Arostegui, Jaime Fernández, Darío Brizuela, Alberto Díaz, Sebas Saiz, Willy Hernagómez (MVP), Usman Garuba, Juancho Hernangómez y Joel Parra ya no serán simples conocidos para los amantes del baloncesto, serán conocidos para la eternidad de una nueva generación que pide paso y que ha conseguido mantener a una afición en un estado de éxito profundo, de herencia dorada. Los próximos retos llegarán, pero ahora dejémosles disfrutar. Y vosotros también, porque España somos todos.