Dibujo de Irene García.

Orgullo de madres.

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Unas letras para "ilustrar" un dibujo del MVP del Mundial de China, Ricky Rubio.

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Empiezo diciendo que el dibujo que ilustra esta entrada es de mi hija, Irene García, y que no soy capaz de expresar con palabras el orgullo que siento al verlo. A ella le encanta dibujar. Ayer por la tarde, después de ver ganar a España se puso a hacerlo. Yo no fui consciente hasta la noche y, al descubrirlo, me emocioné. Me encantó el dibujo pero, sobre todo, que el triunfo de España fuera motivo para su creatividad. El valor de una victoria como un mundial de baloncesto bien merece, por lo menos, la misma atención que otras cuestiones menos importantes que atraen el interés de los jóvenes (aquí me salió la vena de madre madurita).  A veces me da miedo que, acostumbrados como parecen estar a las victorias, no sepamos transmitirles el valor, por ejemplo, de aquella plata en Los Angeles.  

Me encantó que su elegido fuera Ricky, dice que optó por él por ser el MVP, pero yo adoro que sea el dibujado porque todos hemos visto la madurez de Ricky Rubio en este mundial. Irene creo que no recuerda al Ricky que, con la edad que ella tiene ahora, se ganó un sitio con la selección absoluta en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. Pero, supongo que a lo mejor ahora le da por investigar y descubre el papel que aquel joven tuvo en la final que no pudo disputar el lesionado Jose Manuel Calderón (ahí le dejo el dato para que cuando lea este artículo, si lo lee :), lo busque). Ricky Rubio tiene talento a raudales, no vamos a descubrirlo ahora (me reservo el palito a los que llevan años dudando de él, no es su momento ahora).  Pero es que, además, ahora tiene templanza y madurez.  Madurez a los 28 (casi 29). La madurez que te da la vida. Templanza que se adquiere para soportar las lesiones, sensatez que te dan los fracasos, madurez que te llega cuando pierdes a tu madre, siendo tú y ella muy jóvenes.
Ricky se acordó en la dedicatoria del mundial de su madre, fallecida hace cuatro años por un cáncer de pulmón. Y estoy segura de que ella siente, como yo, orgullo de madre.