Duelo de mínimos

Unas horas antes de que Argentina se proclamase campeón del mundo por tercera vez en su historia, el Sporting de Hortaleza recibía al Diocesano en la decimoquinta jornada de la división de honor. Tras la gran temporada pasada que realizaron los blanquiazules donde conseguirían el ansiado ascenso. Este año están siendo un mar de dudas, no logran encontrar un juego regular que les permita encarrilar una racha de victorias para fortalecer su confianza.  

Los chicos de Gonzalo venían de haber recibido una dura derrota fuera de casa por dos goles a cero ante el Rayo Majadahonda. Los malos resultados que está teniendo el Sporting de Hortaleza los últimos partidos están generando un clima de tensión ante la posibilidad de que, el mismo año que han conseguido el ascenso, puedan volver a bajar de división. Por lo que, los sportinguistas llegaban a este partido con la obligación de puntuar para no quedarse rezagados de sus competidores en los puestos bajos de la tabla. 

Bajo un cielo nublado el árbitro Luis Enrique Morona dio inicio a este encuentro. Los primeros minutos fueron para el equipo visitante, que estaba logrando sentirse más cómodo sobre el campo usando un estilo de juego más directo mediante pases largos intentando buscar la espalda de la zaga del Hortaleza. A partir del minuto veinte de encuentro el partido se igualo, pero era una igualdad tirando para lo bajo, sendos equipos eran incapaces de encontrar ventajas a través del balón, el centro del campo parecía ser inexistente.  

Tanto el conjunto de Gonzalo como el de Jorge Sánchez estaban teniendo una propuesta de juego parecido, ninguno parecía querer que su equipo tuviera la paciencia de realizar una jugada elaborada, su idea era llegar con el mínimo proceso al área rival, lo que estaba generando un juego muy abierto y sin ningún dominador. 

El Sporting en varios tramos de partido se partía con demasiada facilidad, algo que evidentemente era consecuencia de su juego, donde estaban rifando demasiado el balón con ese intento continuo de jugar en largo. Andrés el centrocampista del Sporting era el único que le estaba poniendo algo de orden y sentido al juego de su equipo, cada vez que recibía el balón limpiaba la presión de maravilla y era capaz de hacer unos pases filtrados extraordinarios. Fue el mejor jugador del equipo local. 

El fútbol es un deporte donde entran en juego tantas variables que muchas veces viene el gol antes que el juego, y eso mismo le ocurrió al Sporting, que conseguiría adelantarse casi en el epilogo de este primer tiempo de partido, gracias a un gol tras un rechace de un córner del central Miguel, que leería de maravilla la jugada y conseguiría estar en el sitio idóneo y mandarla a guardar en el minuto 43. 

La primera parte acabaría con esta sensación de que ninguno de los dos equipos había sido realmente superior al otro. Sin embargo, el resultado es lo que al final manda, y en eso iba ganando el Sporting de Hortaleza. 

Darian inicios estos segundos cuarentaicinco minutos de partido con un Diocesano que, al ver la dificultad que tenía el Sporting para trenzar jugadas y ganar duelos, intento tener un juego más elaborado y realizar un ataque posicional que realmente les sirviera para desajustar y partir a su rival. El conjunto de Gonzalo Valdivia por su parte, seguía mostrando esa debilidad en su juego, siendo un manojo de nervios y malas decisiones a la hora de atacar. 

El gol de los visitantes no tardaría en llegar, fue de la mano de Pablo tras un mal entendimiento de los dos centrales del Sporting en el juego aéreo, donde el delantero del Diocesano conseguiría abrirse un surco entre estos dos, y realizar una definición exquisita para batir al guardameta.  

La segunda parte estuvo dominada por un Diocesano, pero aún así, no pudo adelantarse en el marcador debido a dos acciones excelentes del portero del Sporting Pablo Martínez, quien saco dos balones prácticamente a bocajarro. 

Pese a esta superioridad del equipo de Jorge este segundo tiempo, el marcado fue incapaz de moverse. 

Con este empate a uno, los locales caen al puesto decimotercero, mientras que, el Diocesano está detrás en la cola como el decimocuarto.