El Leganés plantó cara al merecido campeón
El Atlético de Madrid se proclama campeón de la División de Honor en la última jornada de liga ante un Leganés que luchó hasta el último minuto
Que manera de ganar, que manera de vencer. El ADN rojiblanco estaba servido en el terreno de juego. Pero también, que manera de luchar de los pepineros que no se iban a arrugar en el último partido.
La emoción estaba servida y esta última jornada de la DH5 no iba a dejar indiferente a nadie. Los partidos Leganés-Atlético de Madrid y Real Valladolid-Real Madrid habían tenido que ser aplazados desde el pasado fin de semana, lo cual no iba a generar si no más expectación por saber quien sería el campeón de la División de Honor.
El Atlético de Madrid dependía de si mismo, empatado a puntos contra el Real Madrid. El Leganés, a estas alturas no se jugaba nada, pero eso no les iba a impedir dejar alma y cuerpo en el campo para seguir dando las buenas sensaciones que han dado en este último tramo de la competición. Y lo iban a pelear hasta el final.
Comenzaba el partido con un Atlético muy enchufado y con la clara posesión del balón. Pero los pepineros, bien colocados en defensa, iban a atajar todas las acometidas de los rivales. Los primeros minutos iban a transcurrir mayoritariamente en el campo del Leganés, pero los colchoneros no llegaban a materializar sus ocasiones, de manera que el tiempo transcurría y el Atlético atacaba con más intensidad. Un magnífico Mario Soriano iba a desarrollar el juego a su antojo, con la determinación de todos sus compañeros, que sabían perfectamente lo que tenían que hacer.
Los pepineros empezaban a sufrir en defensa y no se iba a hacer esperar el primer gol de los visitantes. En un mal despeje en defensa por parte de los blanquiazules, conseguía hacerse con el balón Serrano para dejársela a Alberto y armar la jugada. La terminaba poniendo Héctor en el minuto 23 para así estrenar el marcador del partido.
Este tanto, paradójicamente, iba a dar fuerzas a los locales saliendo de la zona defensiva para poner más intensidad en el partido. La podría haber tenido Rubén Torres en el minuto 30 que se iba a ir de todos para encarar a portería, pero el tiro se le quedaba falto de fuerzas para que Iturbe atrapara con facilidad. De esta manera nos íbamos al descanso con el 0-1 a favor de los rojiblancos.
La segunda mitad lo iba a tener todo. Intensidad, decisión y sobre todo goles. Y el primero iba a llegar de los pies de Carlos en el minuto 65. Pase de Iker para Carlos, que desde el lateral izquierdo la pone con la diestra desde fuera del área sorprendiendo a todo el mundo, incluido a Javi Garrido que no iba a conseguir alcanzarla. Segundo gol para los rojiblancos que cada vez empezaban a sentirse más campeones.
Pero no podía faltar la réplica del Leganés, que estaba luchando con todas sus ganas y en el minuto 85 Mario Alonso iba a aprovechar la suya para atacar los nervios de los visitantes. 1-2 en el marcador y escasos minutos para terminar el partido.
Y menudos minutos de infarto. Los de Sergio Solís intentando conseguir el empate hasta el último segundo y los rojiblancos sabiendo que estaban a minutos de alcanzar la gloria.
Entonces iba a llegar el gol que desatara la locura rojiblanca. En una lucha por el balón entre Piriti y Verde, finalmente el balón quedaba sin dueño y esto lo iba a aprovechar Joao, llevándose el esférico, encarando a portería y consiguiendo así el tercero para los colchoneros.
Con ese último gol empezaba la fiesta para el Atlético de Madrid, que segundos después escuchaba el pitido final y se proclamaba merecido campeón de la División de Honor. Música, alegría y toda la euforia acumulada se pegaban un festín en honor a los campeones.
El Leganés por su parte, incluso no jugándose nada, no terminaban el partido con el mejor sabor de boca. Nunca gusta perder y menos a un equipo que pelea hasta el último aliento y al que ahora le toca cargar las pilas para volver como nunca y como siempre.
Ficha técnica: