EL PARTIDO EMPEZÓ, LA RADIO EMPEZÓ
Colocamos un alambre enlazándolo con la antena de aquel radio casete Sanyo, las intereferencias del 102.3 de la FM eran millones. Solo en un punto muy cercano a la ventana y sin apoyo posible aparecían las voces de los locutores de Ser Móstoles. Desde Caño Roto, en mi barrio de Carabanchel, era un imposible poder sintonizar aquella emisora en la que debutaría un jovencísimo proyecto de periodista.