En memoria del aficionado del Vicálvaro fallecido esta semana

La sonrisa de Lude

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Unidos contra el DIPG

Lude  estoy jodido, de verdad. Horas para escribir algo que no estará a tu altura y que lo único que me ofrecerá será consuelo. Ojalá lo consiga también con alguno de los que te han querido.

Me hubiera gustado escribir de ti vivo, me hubiera gustado tener la idea de ir a verte al hospital antes, me hubiera gustado que además de la aspitas azules en el mensaje que te escribí hubieras podido contestar. Ahora esperaré los domingos un mensaje que no llegará y me acordaré de ti más que cuando podías escribirlos desde tu cama del hospital, desde tu casa convaleciente, o desde la grada del campo del Vicálvaro cuando conseguías patear la nueva cabronada que la vida te ponía en el camino. Supe demasiado tarde que además de pelear contra el cáncer también lo tenías que hacer con las ganas de irte con la madre y el abuelo que fueron tus últimas puñaladas en el corazón. 

Tu gente del Vicálvaro, de mi Vicálvaro … ¿Sabes que mi padre ayudo a construir  el campo viejo y que trabajó en Valderrivas toda la vida? Me hubiera gustado explicarte que mi segundo partido en la radio fue allí. También que mi tío Gaspar, el más querido, espero que los demás no se enfaden, vivía frente al Cuartel. Me he quedado con las ganas de contarte que el “Tarta” el “Cojo”, el “Moqui”, el “Maño”, César,  Clemente, Emilio… no eran el once inicial del Vicálvaro de los años 70, pero para mí serán nombres siempre ligados al barrio y a recuerdos de esos momentos de la vida en la que solo somos felices y nada malo nos puede pasar.

Me hubiera gustado hablar del club, de las peñas del Vicálvaro, de toda su gente que ha conseguido situar al club entre los más especiales del fútbol madrileño de  barrio.  Lude eras un oyente con cara, la tenías desde hacía muchos años para nosotros, para mí.  Tu rostro regordete lo tengo grabado. Sabes que me gusta imaginaros a los oyentes con los cascos puestos, riéndose de nuestras meteduras de pata, vibrando con ascensos y llorando con descensos, contigo era muy fácil  imaginar.

La semana está siendo jorobada, el domingo será muy complicado, el consuelo que me queda es que te has marchado con los tuyos rodeado de gente que te quería, con gente que inundó la cibereternidad con mensajes de amor, de ánimo, de sentimiento. Sé que te llegaron todos, que muy débil, sin fuerzas para seguir viviendo, lograron sacarte la sonrisa de la que todos los que tuvieron la suerte de disfrutarte como persona hablan.

Te vamos a echar mucho de menos David. Le dabas humanidad a todo lo que hacíamos delante de una cámara, de un micro y delante de una fría pantalla de ordenador. Conseguiste hacernos útiles, que nuestro trabajo  mereciera todavía más la pena, nos hacías sentirnos especiales e importantes porque sabíamos que para ti era esencial que informáramos de tu Vikal. Lograste que tu cara fuera la primera que viéramos cuando escribíamos algo del club de tu vida. Mi amiga Margot Martín, la conoces,  escribía hace unas horas que nuestro trabajo seguirá siendo importante porque tenemos a muchos “Ludes” a los que cuidar e informar tras el micro, la cámara y el teclado. Y eso haremos Lude, eso haremos. 

Gracias David Ludeña por una sonrisa eterna. Juanma explícale bien todo lo de allí arriba.