El XI de Jesús López
De todos los jugadores que he visto esta temporada, he elegido uno de cada equipo al que yo querría siempre en el mío. Se quedan fuera decenas que podrían haber entrado, así que no olvides compartir el tuyo
La cuarentena no puede ser excusa para dejar de hablar de lo que más nos gusta: el balón y sus protagonistas. De los más de 300 jugadores que componen la DH5, todos podrían aparecer en un once ideal. He tenido que dejar fuera a muchos cracks, muchos jugones que me han maravillado y muchos soldados con los que iría a la guerra. Tras un duro proceso de selección, he confeccionado una convocatoria con sus 11 jugadores y dos entrenadores fantásticos.
La portería no la puede ocupar un jugador que no sea Jacobo. El Aravaca no ha tenido antes un portero tan diferencial, tan dominante bajo palos y tan capaz de dar tranquilidad y serenidad a su línea defensiva. Pasar del Atlético de Madrid al Aravaca no es una tarea sencilla, pero Jacobo se adaptó a la perfección y demostró desde el primer día por qué es uno de los mejores porteros de la categoría. Valiente en el juego aéreo y con unos reflejos felinos, solo una inoportuna lesión le ha apartado de los terrenos de juego. Al ser del 2002, la próxima temporada podrá volver a disfrutar de la DH5.
El lateral izquierdo le pertenece a Miguel Gutiérrez. La razón es muy sencilla: no hay ningún jugador en esta categoría más preparado que él para el fútbol profesional. Por experiencia y por sus características, es el mejor lateral izquierdo de la liga. Probablemente, con mucha diferencia respecto al segundo mejor. Tiene un guante en su bota izquierda, supera las líneas rivales por fuera o con diagonales hacia dentro y sería una sorpresa si la próxima temporada no se convierte en indiscutible en el Real Madrid Castilla.
En el eje de la zaga, tenía que aparecer un central tan contundente como Chinchu. Este equipo busca centrales recios, que marquen la diferencia por alto y a ras de suelo. Chinchu es un defensor con jerarquía, con garra, un auténtico líder en la retaguardia que ha maravillado a todos los que disfrutamos de esta categoría. A pesar de su imponente físico y de su carácter sobre el césped, Chinchu también nació en 2002, por lo que aún podrá seguir en DH5 el año que viene.
Su acompañante será Tahif, del Leganés. Otro portento físico para apuntalar el centro de la defensa, cuyo juego aéreo es un seguro de vida cuando su equipo se ve exigido atrás. Además, Tahif es capaz de sacar el balón jugado y de conducir para superar la presión de los atacantes rivales. Pese a tener perfiles diferentes, su físico recuerda al de su compatriota Aymane, actualmente en las filas del filial pepinero y que la temporada pasada jugó en DH5.
Rabadán será el dueño del lateral derecho. Lleva tres temporadas siendo titular en esa posición en el Juvenil A del Alcorcón, incluso cuando estaban en LN12, y hay una razón para que nadie le haya sacado de ahí. Es un jugador ofensivo, al que le gusta subir la banda y llegar a campo rival para servir centros a sus atacantes. Su personalidad fuerte resulta fundamental en una categoría tan igualada como DH5. Está llamado a ser uno de los jugadores que promocionen la temporada que viene del Juvenil al filial alcorconero.
El doble pivote lo conforman dos jugadores muy distintos. Por un lado, Peter del Badajoz. Este jugador ha sido una de las sorpresas más agradables de la temporada. Un mediocentro con dotes físicas, sí, pero cuya mayor virtud es la pausa que puede aportar al juego. En el irregular comienzo de temporada de su equipo, Peter se mostró como un mediocentro solvente, capaz de levantar la cabeza y de llevar la manija de su equipo.
A su lado, la mayor confirmación de la temporada. El año pasado, Álvaro del Val nos demostró que tenía uno de los mejores golpeos de balón de la categoría –si es que no tiene el mejor, que es más que posible–. Sin importar la distancia a la que se encontraba de la portería, cualquier disparo de Álvaro podía convertirse en gol. Además de su fantástico golpeo y de ser un lanzador casi perfecto de faltas y saques de esquina, este futbolista se ha superado a sí mismo para ser el líder total de su equipo. No se puede entender al Rayo Majadahonda sin Álvaro del Val, porque sus características encajan como anillo al dedo en el sistema de Alberto Álvarez. Uno de los jugadores de culto de la DH5.
Como extremo derecho, he elegido al futbolista más superior que he visto comparado con sus compañeros. Que nadie se enfade en Móstoles, pero Mario Rojo dejó una exhibición tras otra hasta que su rodilla dijo basta y le dejó en el dique seco. Por su explosividad, por su habilidad con el balón en los pies y por su liderazgo, era casi imposible pensar que el Móstoles URJC podría perder la categoría con Mario sobre el césped. Esa inoportuna y amarga rotura de ligamentos dejó tocado a su equipo, que se movió rápido para encontrar sustituto. A pesar de ello, todos sabemos lo mucho que echan de menos a su estrella.
Por la otra banda, he decidido colocar a Iago del Burgos. El Burgos es un equipo estimulante, guerrero, de los que emociona ver jugar por las características de sus jugadores. Hay muchísimos jugadores con calidad, pero quizás Iago sea el más diferente de todos. Un extremo veloz, ligero y regateador como ya no quedan. Si alguien duda de su capacidad para crear estragos, puede preguntar a los defensores de Real Madrid y Atlético de Madrid, a los que causó muchos problemas con y sin espacios.
La mediapunta la ocupará el mejor jugador de la categoría: Mario Soriano. Un talento aplastante, un futbolista mágico que ha sido capaz de dar esperanzas a su equipo para luchar por la liga. Mario es imparable en carrera, dominante sin espacios y letal si se atreve a disparar a puerta. En un fútbol cada vez más igualado y menos alegre, Mario nos da esperanzas a los que disfrutamos viendo a los magos tirando caños imposibles y recortes donde nadie se atrevería a hacerlos. A este jugón, por desgracia para nosotros, se le queda pequeña la categoría y la próxima temporada estará jugando en Segunda B.
Al killer de este equipo también se le queda corta la DH5. Por supuesto, hablo de Slavy, el pichichi de la categoría. En la plantilla del Real Valladolid destacan muchísimos nombres, pero uno de ellos brilla un poco más que el resto. Slavy es un delantero incansable en la presión, inteligente y resolutivo. No necesita muchas ocasiones para aumentar sus cifras goleadoras, porque su precisión dentro del área marca la diferencia.
No podía olvidarme de los entrenadores para esta gran plantilla y Óscar Martos no puede faltar. Todos los méritos del Aravaca son suyos. Ha mantenido en dos ocasiones a su equipo en División de Honor con un presupuesto muy inferior en comparación con todos sus competidores. Esta temporada, tratará de repetir por tercera vez una gesta prácticamente milagrosa. Ha sido capaz de convencer a todos los jugadores que han pasado por sus manos de que el carácter no se negocia, que con el gen Aravaca se puede ganar a cualquiera y que el Antonio Sanfiz debe ser su fortín. Por encima de estilos, de fútbol vistoso y respetando a todos sus rivales, Óscar se ha convertido en el mejor entrenador de DH5. En estas tres temporadas y hasta la fecha, ha conseguido que su equipo sea el único que nunca ha terminado una jornada en puestos de descenso junto a Real Madrid y Atlético de Madrid.
Al lado de Óscar, otro técnico fantástico. Iván Amaya llegó al banquillo de un Juvenil A vallecano que se encontraba algo desorientado, sin una identidad clara. Casi sin tiempo, Iván le ha lavado la cara al Rayo, ha sacado la garra que llevaban dentro y, en esencia, ha hecho que sus jugadores sean ellos mismos. Ahora, el Rayo Vallecano lucha, compite hasta el final y lo deja todo sobre el césped. Amaya ha convencido a sus muchachos para seguir una idea, tener una identidad y lo están cumpliendo a la perfección. Su seña de identidad está presente en cada acción del equipo.