CD Cubas: el equipo que hizo que se cambiaran las horas de misa

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La Luna - Restaurante de Guarde

Hace casi treinta años las calles de un minúsculo pueblo de la Comunidad de Madrid se vaciaban. Los cuberos y cientos de personas de los alrededores dejaban sus hogares durante un par de horas y se daban cita en un campo de fútbol.

Solo sé que me apetecía hacer esta entrevista, recordar aquel equipo que metía en su Municipal a mil o dos mil personas en los grandes partidos de Preferente, Tercera División o en aquella inolvidable eliminatoria de Copa del Rey frente al casi consagrado CD Leganés de Luis Ángel Duque.

Cubas de la Sagra contaba en aquella época con seiscientos vecinos. Su vida transcurría lejos de los periódicos, de las radios locales y por supuesto de las televisiones. Pocos habíamos oído hablar de aquella pequeña “aldea” que se escondía a la vera de Griñón y Parla.

Todo cambió a finales de la década de los 80 por un balón.  Una “redonda” acariciada por un plantel de jugadores de ensueño que, en una de las mejores terceras que he conocido, se agarró al cuello de los grandes para escribir, partido tras partido, -con Sebás Jimémez primero, con Cepero después- una de las historias más bonitas del fútbol madrileño de tierra. Tan seguro estoy de ello como de que el párroco de Cubas de la Sagra miraba el horario del partido del equipo antes de poner el de las misas. Tan seguro de eso como de que en aquel CD Cubas jugaba uno de los mejores futbolistas que he visto en mi vida: Luis Sanz Carreño “Pilo”.

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Sobre la mesa del Restaurante La Luna hay docenas de recortes de prensa y fotos. Lucas y Guardeño están sentados frente a mí, preparados para emocionarse recordando una de las etapas más bonitas de sus vidas. Yo frente a ellos, sin poder quitarme de la cabeza la última imagen que tenía de Lucas, siempre risueño, siempre preparado para gastar una broma, para ser el alma de un vestuario, vestido de corto. Hace treinta años de eso y de la última vez que nos vimos.

No sé si este podcast se escuchará poco o mucho, si esta historia resultará interesante o no. Lo que tengo claro es que en esta media hora larga de radio se puede escuchar el cariño hacia unos futbolistas que protagonizaron unas de las mejores hazañas del fútbol madrileño y que hicieron exclamar a un cura en el sermón: "¡Está claro que en Cubas la religión es el fútbol!".