El Rayo vence en Ganapanes con sufrimiento
El Rayo Vallecano terminó sufriendo para llevarse los tres puntos del barrio de El Pilar. Se fue al vestuario con tres goles de renta y terminó pidiendo la hora.
Comenzó el partido con un Rayo Vallecano dominador. Prueba de ello, el golazo desde fuera del área de Marcos Moraga con un gran golpeo.
Poco a poco, comenzaron a equilibrarse las fuerzas y ese Rayo Vallecano de los minutos iniciales, el cual intentaba crear jugadas desde atrás, fue contagiado del juego made in Ganapanes. Es decir, patadones para un lado y el otro. Por su parte, el primer acercamiento de peligro de los lobos fue un centro de Samuel Rosario que no llegó a rematar Nicolás Ruiz en el segundo palo.
En el minuto 25 se vio el mejor gol del partido. Daniel Nieto, el central diestro del Rayo, decidió probar fortuna desde su campo al ver al arquero local algo adelantado. Y tanto que lo logro. Golazo desde más allá del medio del campo. Hubo cierta polémica, ya que el balón salió de la portería y los locales protestaron que no había sido gol. Marcos de Segovia, el jugador más activo del Adarve, pudo acortar distancias tras un balón a la espalda de la defensa rayista pero su chut con la puntera se marchó más allá del segundo palo.
Las ocasiones seguían produciéndose. Más numerosas para los lobos, pero más peligrosas para los de la franja. Ejemplo de esto fue un gran contrataque iniciado por Juan Ybarra, continuado por Daniel Nieto que se sumó al ataque y finalizado por Iván López pero que taponó la defensa. Ya en el añadido del primer tiempo, este mismo jugador se marchó de su marca y metió su gol particular con un disparo raso pegado al palo.
Los primeros compases de la segunda parte fueron de acercamientos a una y la otra área, pero sin finalizaciones. Es más, fueron los minutos menos emocionantes de todo el encuentro.
Un cabezazo de Pablo Oltra para los visitantes que pasó muy cerca del palo precedió al primer gol local un minuto después. Marcos de Segovia cortó un posible contraataque de los vallecanos, se acomodó para su pierna zurda y directo a las mallas desde fuera del área.
Dos minutos después, el Adarve sumó su segundo tanto. Rodrigo Fernández se sumó al ataque tras un balón colgado por su portero desde su campo y cabeceó al palo contrario. En dos minutos, el partido se había vuelto totalmente diferente.
Es ahí cuando el conocido “gen Adarve” salió a la luz. El luchar por cada balón como si fuera el último, desplegar un juego (aún) más directo y al límite del reglamento.
Ya en los últimos minutos, el central goleador de los lobos se incorporó como delantero en busca del tercer tanto del empate, pero la más clara la tuvo el primer goleador, Marcos de Segovia, con un disparo cruzado. Los lobos terminaron asfixiando a los de la franja, que supieron aguantar el resultado, aunque pidiendo la hora.